Los primeros estudios indican que las arcillas de un cráter guardan entre 20 y 40 millones de toneladas del mineral. Expertos señalan que, si se confirma, uno de los principales países compradores de litio dejaría de importar.

El oro blanco sigue dando qué hablar en gran parte del globo y una novedad podría sacudir el mercado internacional. Se trata de un nuevo yacimiento de litio descubierto en Estados Unidos, más precisamente, en un cráter volcánico formado hace unos 16 millones de años.

Lo particular de la reserva, más allá de su ubicación, es el volumen de las reservas proyectadas por los investigadores.

Los datos preliminares indican que el cráter albergaría entre 20 y 40 millones de toneladas del mineral clave para la reconversión energética, muy por encima de las que pueden encontrarse bajo el salar boliviano, considerados hasta ahora el mayor yacimiento del mundo.

“Si se consigue extraer el litio con un consumo energético muy bajo o con un proceso que no consuma mucho ácido, la extracción puede ser muy importante desde el punto de vista económico”.

“Si nos fiamos de sus estimaciones, se trata de un yacimiento muy, muy importante. Podría cambiar la dinámica del litio a nivel mundial, en términos de precio, seguridad del suministro y geopolítica”, señaló Anouk Borst, geóloga de la Universidad KU de Lovaina y del Museo Real de África Central de Tervuren.

Tras el descubrimiento, Lithium Americas Corporation comenzó a planificar cómo extraer el oro blanco ante las complejidades que presenta el sitio.

En ese sentido, la compañía que en Argentina lleva adelante la producción en Cauchari-Olaroz, espera comenzar las operaciones en el cráter para 2026.

Según explicó Thomas Benson, geólogo de la firma canadiense, el primer paso consistirá en retirar la arcilla con agua y separará los pequeños granos de litio de los minerales más grandes mediante centrifugación. A continuación, la arcilla se lixiviará en depósitos de ácido sulfúrico para extraer el «oro blanco».

Litio, Minería, Salmuera
La exploración de nuevos yacimientos tras las erupciones se centra en las calderas con sedimentos lacustres alterados hidrotérmicamente en lagos sin desagües.

“Si se consigue extraer con un consumo energético muy bajo o con un proceso que no consuma mucho ácido, la extracción puede ser muy importante desde el punto de vista económico”, aseguró Borst. “EE. UU. tendría su propio suministro del metal y las industrias estarían menos preocupadas por la escasez», agregó.

Propiedades únicas para la producción de litio

El cráter conocido como la caldera McDermitt se ubica en la frontera que divide Nevada y Oregón y se formó hace 16,4 millones de años, cuando unos 1.000 km3 de magma explotaron hacia el exterior. La caldera se llenó de productos eruptivos de un magma alcalino rico en sodio y potasio, así como en litio, cloro y boro.

Este magma se enfrió rápidamente y formó una roca volcánica vítrea finamente cristalina, la ignimbrita, que al erosionarse produjo partículas ricas en litio. El equipo de Benson propuso que esta salmuera caliente formó una capa de illita de unos 40 m de espesor en los sedimentos del lago.

El fluido se desplazó hacia arriba a lo largo de las fracturas formadas al reanudarse la actividad volcánica, transformando la esmectita en illita en la parte sur del cráter, Thacker Pass. El resultado fue una arcilla rica en litio.

Según los análisis llevados adelante en la locación, esta arcillolita inusual contiene entre un 1,3% y un 2,4% del mineral en el cráter volcánico.

Esto supone casi el doble que lo que se encuentra en el principal mineral arcilloso portador de un componente clave para las baterías de los autos eléctricos, la esmectita magnésica, más común que la illita.

Debido a estas condiciones, Benson asegura que esta arcilla es “única” entre los yacimientos sedimentarios volcánicos. “Las arcillas esmectitas son relativamente más abundantes”, afirmó.

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