La provincia suma nuevos parques fotovoltaico y ya hay acuerdos entre productores vitivinícolas y grandes generadores para cubrir parte de la demanda energética con fuentes limpias. Con qué estrategias avanza el gobierno para alentar a los pequeños emprendimientos.

El consumo energético atraviesa toda la cadena de producción vitivinícola, desde la recolección y el transporte de la uva en los viñedos hasta la elaboración, el envasado y la distribución del vino. En un contexto donde la eficiencia y la sostenibilidad son clave para ganar nuevos mercados, la industria comienza a adoptar energías renovables, con la solar como una de las más prometedoras.

Mendoza, epicentro del vino argentino, avanza en la incorporación de energía solar. Un claro ejemplo es el parque El Quemado, el primer proyecto de energías renovables presentado al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).

Con 330.000 paneles bifaciales en 350 hectáreas y una inversión de 220 millones de dólares, esta iniciativa busca marcar un hito en el sector.

Sin embargo, Argentina enfrenta desafíos estructurales que frenan el crecimiento de las renovables, principalmente la falta de infraestructura eléctrica. Para aprovechar al máximo el potencial solar y eólico del país, es clave modernizar la red de transmisión y evitar cuellos de botella.

Inversión privada y energías limpias

El sector privado también impulsa la transición energética. La empresa 360 Energy y el Consorcio Alto Gualtallary (una sociedad de viñedos mendocinos administrada por LGE Grupo Consultor) firmaron un PPA (Power Purchase Agreement) por 3 GWh anuales durante cinco años, cubriendo así el 65% de la demanda energética del consorcio y fortaleciendo su estrategia de reducción de emisiones de carbono.

La energía provendrá principalmente del Complejo Solar La Rioja, que integra los parques fotovoltaicos La Rioja I, II y III, y del parque solar Cañada Honda IV, junto al emblemático Cañada Honda I, el primer parque solar a gran escala de Argentina, inaugurado en 2012.

En Mendoza coexisten dos sistemas: el de grandes parques solares, que sólo los grandes usuarios pueden comprar; y el de generación distribuida, que permite que cualquiera genere su propia electricidad con paneles solares.

El Consorcio Alto Gualtallary, compuesto por 40 parcelas en 2,5 hectáreas, destinará esta energía a viñedos y bodegas como Zuccardi, Norton, Familia Millán y Riccitelli, así como a un hotel de la cadena Marriott. La principal aplicación será el bombeo de agua para riego, una necesidad clave en la producción vitivinícola de la región.

Mendoza apuesta por la energía distribuida

El gobierno mendocino busca atraer inversiones tanto para grandes parques solares como para pequeñas bodegas e industrias interesadas en energías renovables.

“El marco normativo de la generación distribuida permite que cualquier usuario, sea una bodega grande o un productor pequeño, pueda instalar energía renovable”, explicó Raúl Faura, gerente técnico del EPRE Mendoza (Ente Provincial Regulador Eléctrico), a Dinamicarg.

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El vino y Mendoza, clima ideal para la energía solar.

Faura diferenció entre dos sistemas: el de grandes parques solares, que operan en el Mercado Eléctrico Mayorista y que sólo los grandes usuarios pueden comprar esta energía. Y el de generación distribuida, que permite que cualquier usuario genere su propia electricidad con paneles solares.

Las bodegas más grandes ya han dado el primer paso. Norton instaló un parque solar de 200 kW para autoconsumo, mientras que Trivento implementó en 2019 una planta fotovoltaica con 918 paneles solares, una de las inversiones más significativas en renovables para la industria del vino.

Energía solar y bodegas: un tándem ideal

¿Por qué la energía solar encaja tan bien con la vitivinicultura? En primer lugar, los paneles solares modernos funcionan incluso en días nublados y se adaptan al clima cálido/templado de Mendoza, que no solo es ideal para la producción de vino, sino también para la eficiencia de esta tecnología.

Las bodegas pueden utilizar la energía captada para alimentar talleres, salas de degustación, oficinas y equipos industriales, optimizando costos y reduciendo su impacto ambiental.

José Alberto Zuccardi, director de Familia Zuccardi y vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), enfatizó a Dinamicarg que la sostenibilidad es un eje central en el Plan Estratégico Vitivinícola 2030.

“El cambio en el cuadro tarifario y los costos de la energía eléctrica están impulsando a muchas bodegas a buscar soluciones renovables”, comentó.

“En nuestra empresa apostamos por cultivos orgánicos y vinos naturales, y estamos evaluando opciones para abastecernos con energías sustentables a través de generadoras o sumándonos a proyectos privados”.

Zuccardi también resaltó la relación entre energía y agua en Mendoza: “Extraer agua de napas subterráneas a 100-300 metros de profundidad y presurizarla para riego consume mucha energía. Con el sinceramiento de costos energéticos, el sector se está viendo obligado a repensar estrategias y buscar alternativas más eficientes”.

Regulaciones y avances en generación distribuida

Desde 2018, Mendoza cuenta con la Ley 9084, que establece el marco para la generación distribuida. Esta normativa permite que cualquier usuario, ya sea un hogar, una bodega o una fábrica, instale paneles solares y se conecte a la red, incluso con opciones como:

-Usuario generador: instala paneles en su casa o empresa para autoconsumo.

-Usuario generador colectivo: varias personas o empresas generan energía en conjunto.

-Generador virtual: permite instalar paneles en un sitio distinto al de consumo y conectarse a la red.

CAMMESA, Malargue, Paneles fotovoltaicos
Mendoza inyectará a la red nacional 450 MW de energía solar.

En Mendoza, cualquier usuario puede sumarse a la generación de energía renovable instalando paneles solares, ya sea en su hogar, en una industria o incluso en otro terreno conectado a la red. A esta última opción se la conoce como “punto de solo inyección”, lo que permite a quienes no tienen espacio suficiente generar su propia energía en un lugar distinto al de consumo.

Para impulsar el crecimiento de las renovables, la provincia flexibilizó las conexiones y apuesta a aprovechar su infraestructura local, que aún tiene capacidad disponible, a diferencia de las líneas de transmisión nacionales, que están saturadas.

Además, se trabaja en conjunto con bodegueros y asociaciones vitivinícolas para difundir estos beneficios y facilitar la transición energética en el sector.

Generación virtual: un modelo innovador

Mendoza avanza hacia un modelo innovador de generación distribuida con el “generador virtual”, una propuesta que podría implementarse a mediados de año y que promete optimizar el sistema energético.

Fernando Formento, presidente de la Federación de Cooperativas Eléctricas de la provincia, explicó que este concepto permite integrar distintas fuentes de energía—como parques solares y pequeñas centrales hidráulicas—en una única planta virtual.

Este esquema abre la puerta a inversiones en generación que luego pueden comercializarse directamente con los usuarios, sin necesidad de que estos realicen grandes desembolsos. Por ejemplo, una bodega podría comprar energía a estos generadores sin tener que construir su propia planta.

Además, se fomenta la creación de “granjas comunitarias”, donde varias empresas o personas pueden asociarse para desarrollar proyectos de entre 5 y 8 MW y enviarlos virtualmente a sus medidores.

El modelo también ayuda a descongestionar el sistema eléctrico nacional, ya que la energía generada se transporta por la red provincial en lugar de utilizar los corredores de transmisión de alta demanda.

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