El récord alcanzado sobre el cierre de 2025 confirma el peso decisivo del desarrollo no convencional, que sostiene los máximos históricos de petróleo y gas y consolida a la Cuenca Neuquina como el corazón del nuevo ciclo energético nacional.
Con Vaca Muerta ya consolidada como motor principal, la producción de hidrocarburos en la Argentina volvió a marcar un hito en noviembre de 2025, al alcanzar los niveles más altos de la historia reciente, según las estadísticas oficiales difundidas por la Secretaría de Energía de la Nación.
En concreto, la producción total de petróleo llegó a los 857,7 mil barriles diarios, mientras que el gas natural alcanzó los 122,3 millones de metros cúbicos por día.
Detrás de estos números aparece un dato clave que explica la magnitud del fenómeno: cerca del 70% de ambos recursos proviene hoy de Vaca Muerta, que se afianza como el principal motor hidrocarburífero del país y uno de los desarrollos no convencionales más relevantes a nivel global.
El verdadero corazón del récord productivo volvió a ser el segmento no convencional. En noviembre, el petróleo shale y tight alcanzó los 579,8 mil barriles diarios, lo que representó el 67,6% del total nacional.
El desempeño productivo de noviembre mostró comportamientos distintos entre el petróleo y el gas, aunque en ambos casos dentro de un rango históricamente elevado.
En petróleo, los 857,7 mil barriles diarios implicaron una leve corrección mensual del 0,2%, pero con un crecimiento interanual contundente del 13,6%, que confirma una tendencia expansiva sostenida.
La comparación de largo plazo resulta aún más elocuente: el nivel actual supera en casi 63% al registrado en febrero de 2020 y deja muy atrás los promedios anuales de los últimos años.
Mientras en 2021 la producción rondaba los 523 mil barriles diarios, en 2024 ese promedio ya había escalado a más de 709 mil barriles, reflejando el impacto estructural del shale en la matriz petrolera.
En el caso del gas natural, la producción total fue de 122,3 millones de metros cúbicos diarios. Si bien se observó una caída mensual del 1,4% y un retroceso interanual del 3,9%, el dato debe leerse en un contexto de volúmenes históricamente altos.
La serie muestra que el sistema gasífero argentino opera sobre una meseta elevada, con una marcada estacionalidad, pero sostenida en gran medida por el aporte del no convencional.
El no convencional como columna vertebral del crecimiento
El verdadero corazón del récord productivo volvió a ser el segmento no convencional. En noviembre, el petróleo shale y tight alcanzó los 579,8 mil barriles diarios, lo que representó el 67,6% del total nacional.
En términos dinámicos, mostró una suba mensual del 1,3% y un crecimiento interanual del 32,1%, cifras que confirman el fuerte ritmo de expansión del shale oil.
La perspectiva histórica refuerza la magnitud del cambio: la producción actual es más de cuatro veces superior a la de febrero de 2020 y triplica holgadamente el promedio de 2021.
En gas no convencional, la producción llegó a 76,6 millones de metros cúbicos diarios, equivalente al 62,6% del total nacional.

Aunque el nivel se mantuvo estable respecto de octubre y mostró una leve baja interanual del 0,5%, continúa muy por encima de los registros históricos.
Desde 2021, el promedio anual pasó de poco más de 59 MMm³/d a 87,3 MMm³/d en 2024, confirmando que el shale gas es hoy el principal sostén del abastecimiento interno y de la capacidad exportadora.
Más pozos, más actividad y mayor previsibilidad
El récord productivo no se explica solo por la productividad de los yacimientos, sino también por el fuerte incremento de la actividad. En noviembre se contabilizaron 96 pozos en perforación de explotación, un 1,1% más que en octubre y un 26,3% por encima del mismo mes del año anterior.
La comparación histórica vuelve a mostrar un cambio de escala: el número de pozos activos es un 50% superior al de febrero de 2020 y supera con claridad los promedios anuales de los últimos cuatro años.
Este mayor ritmo de perforación, concentrado principalmente en áreas no convencionales, da cuenta de una industria que opera con mayor previsibilidad, planificación de largo plazo y eficiencia técnica, incluso en un contexto de reordenamiento macroeconómico y ajustes regulatorios.
Vaca Muerta, epicentro del nuevo ciclo energético
Dentro de este escenario, la provincia de Neuquén volvió a ratificar su papel central. En noviembre de 2025, la producción provincial de petróleo alcanzó los 590.339 barriles diarios, con una suba mensual del 0,54% y un salto interanual cercano al 29%. En el acumulado de enero a noviembre, el crecimiento fue superior al 24% respecto del mismo período de 2024.
El dato estructural es aún más contundente: casi el 97% del petróleo producido en Neuquén fue no convencional, con más de 572 mil barriles diarios de shale. Áreas emblemáticas como Loma Campana, La Angostura Sur II, Bajo del Choique–La Invernada, Bajada del Palo Este y Bandurria Sur explicaron buena parte de la estabilidad y el crecimiento productivo.
En gas natural, la provincia registró una producción de 81,22 millones de metros cúbicos diarios. Aunque mostró una leve baja mensual, el acumulado anual se mantuvo en terreno positivo. El gas no convencional explicó más del 90% del total provincial, con un claro predominio del shale gas, consolidando a Neuquén como el núcleo del nuevo ciclo energético argentino.




