Con financiación de Corporación América, la canadiense Blue Sky puso en marcha una campaña de exploración para confirmar si, como sugieren resultados geofísicos previos, los límites del yacimiento podrían ampliarse.
La exploración de uranio y vanadio en la Patagonia sumó un nuevo capítulo en las últimas semanas. La canadiense Blue Sky Uranium Corp anunció el inicio de un programa de perforación diamantina en el objetivo Ivana Gateway, una zona ubicada a pocos kilómetros del depósito Ivana, dentro del distrito Amarillo Grande, en la provincia de Río Negro.
Se trata de una etapa clave dentro de la estrategia de la compañía para validar la continuidad geológica del sistema mineralizado y avanzar en la consolidación de un polo de minerales estratégicos con proyección energética.
La iniciativa se enmarca en un acuerdo más amplio que apunta a acelerar el desarrollo del proyecto Ivana y evaluar nuevos objetivos dentro del mismo distrito minero.
El programa contempla un total de 1.200 metros de perforación y está siendo financiado por Ivana Minerales SA, la empresa conjunta creada junto a Abarate Spain, firma perteneciente a Corporación América, el holding liderado por el empresario argentino Eduardo Eurnekian.
La iniciativa se enmarca en un acuerdo más amplio que apunta a acelerar el desarrollo del proyecto Ivana y evaluar nuevos objetivos dentro del mismo distrito minero.
Un objetivo satélite que podría ampliar el yacimiento
Ivana Gateway se localiza a unos 4.700 metros al noroeste del depósito Ivana y fue definido a partir de trabajos geofísicos realizados durante el segundo semestre del año.
En octubre, la compañía completó un relevamiento de tipo ET polo-dipolo a lo largo de cinco kilómetros, que permitió identificar una anomalía de cargabilidad de aproximadamente 1,4 kilómetros de ancho.
Según la interpretación técnica, esta señal estaría asociada a la extensión del frente redox que caracteriza al sistema mineralizado de Ivana.
En términos simples, se trata de la zona donde se concentran las condiciones geoquímicas favorables para la acumulación de uranio, un concepto clave en este tipo de depósitos sedimentarios.
El objetivo central de la campaña en marcha es verificar si esa anomalía geofísica se traduce en mineralización efectiva o, al menos, en indicadores geoquímicos que confirmen la continuidad del sistema hacia el norte.
Para eso, el programa prevé la perforación de una “cerca” de pozos que abarcan unos 4.300 metros lineales, atravesando el frente redox interpretado.
El estado de avance en el proyecto de uranio
La ejecución de los trabajos está a cargo de la contratista AGV Falcon Drilling. Todos los pozos se perforan con recuperación de testigos de diámetro HQ, una metodología que permite obtener información geológica detallada y de alta calidad, fundamental para afinar el modelo del yacimiento.
Las perforaciones comenzaron a fines de octubre y, al momento del último reporte, ya se habían completado 11 de los 19 pozos planificados.
El proceso de registro geológico y muestreo de los testigos se encuentra en marcha, mientras que los resultados analíticos serán difundidos una vez que estén disponibles y hayan sido interpretados por el equipo técnico.
Desde la compañía destacaron que este programa no solo apunta a sumar toneladas potenciales, sino también a seguir validando el enfoque exploratorio aplicado en todo el distrito Amarillo Grande, una de las áreas con mayor prospectividad para uranio en Argentina.
Una alianza estratégica con foco en minerales clave
Ivana Gateway se encuentra dentro de concesiones que son 100% propiedad de Blue Sky, a través de su subsidiaria local Minera Cielo Azul SA. Sin embargo, el financiamiento de la campaña corre por cuenta de Ivana Minerales SA, la sociedad creada para impulsar el Proyecto de Uranio-Vanadio Ivana.
De acuerdo con los términos del acuerdo definitivo firmado en diciembre de 2024, Ivana Minerales tiene el derecho exclusivo de adquirir hasta el 100% de participación en determinados objetivos de exploración del distrito Amarillo Grande.
Para ejercer esa opción, la empresa deberá cumplir con compromisos de financiamiento durante un período de seis años, abonar el precio correspondiente según una fórmula preestablecida y otorgar a Minera Cielo Azul una regalía del 2% sobre los objetivos adquiridos.
Esta estructura busca alinear incentivos: Blue Sky conserva exposición al éxito del proyecto, mientras que el socio industrial aporta capital y capacidad de desarrollo para acelerar los plazos.
