La provincia cuenta con una gran cantidad de reservas y el apoyo del Gobierno para desarrollar la industria. Las expectativas que genera el Plan Nuclear Argentino vinculado a la Inteligencia Artificial.
El uranio vuelve a ocupar un lugar en el debate energético y económico en la Argentina. El contexto global sumado a políticas nacionales favorables al desarrollo nuclear para convertir al país en un hub de la Inteligencia Artificial abren un escenario propicio para producir el mineral en la Patagonia.
Durante décadas, su aprovechamiento estuvo marcado por avances intermitentes, desde la extracción de unas 2.600 toneladas entre 1952 y 1997 hasta una paralización forzada por los bajos precios internacionales. Un nuevo impulso se espera a partir de la reciente presentación del Plan Nuclear Argentino por parte del Ejecutivo.
De los 17 proyectos identificados por la Secretaría de Minería, ocho están localizados en Chubut.
La iniciativa marcó un nuevo punto de partida, al incluir tanto la construcción de un reactor modular pequeño (SMR) en Atucha como la activación de reservas nacionales de uranio. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) estima que Argentina posee 33.780 toneladas de uranio recuperable a un costo de hasta 130 dólares por kilogramo.
De acuerdo con los estudios oficiales, se trata de un volumen suficiente para cubrir el consumo actual durante siglo y medio. A pesar de eso, el país aún importa unas 220 toneladas anuales para abastecer a las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse, ya que no hay proyectos operativos en la actualidad.
Chubut como jugador clave
Dentro del territorio nacional, Chubut se destaca como la provincia con mayor concentración de proyectos de uranio. De los 17 emprendimientos identificados por la Secretaría de Minería, ocho están localizados en esa provincia patagónica, algunos de ellos en etapas avanzadas.
Cerro Solo, en particular, es considerado el mayor yacimiento del país y podría cubrir con creces las necesidades del parque nuclear argentino.
También figuran en distintas fases Laguna Salada, Laguna Colorada, Meseta Central, Arroyo Perdido, Hope, Lago Seco y Sierra Cuadrada, todos ubicados en la región central del territorio chubutense.
El gobernador,Ignacio “Nacho” Torres, manifestó en reiteradas ocasiones su interés en desarrollar esta industria como vía para diversificar la economía provincial. En declaraciones recientes, destacó la urgencia de “generar empleo genuino en la meseta central”, una de las zonas más castigadas por el desempleo estructural.

Con ese objetivo, solicitó a la CNEA la reversión a la provincia de propiedades mineras actualmente en poder del Estado nacional, buscando facilitar el desembarco de capitales privados y acelerar los tiempos de explotación. En sintonía con esa visión, la Federación Empresaria del Chubut también respaldó la exploración de uranio como estrategia de desarrollo regional.
Su presidente, Carlos Lorenzo, afirmó que “las reservas de la provincia son comparables con las de Kazajistán”, en referencia al principal productor mundial del mineral. Según Lorenzo, el debate sobre el uranio debe centrarse “en el aprovechamiento económico responsable, no en prejuicios ideológicos o ambientales infundados”.

Algunas compañías extranjeras ya cuentan con trabajos de exploración con avances moderados. Entre ellas se destacan la canadiense Blue Sky Uranium Corp y la británica UrAmérica Ltd, que concentran actividades en los bloques de Cerro Solo y Laguna Salada.
Se prevé que nuevos actores internacionales ingresen en el segundo semestre de 2025, motivados por la mejora en el precio internacional del uranio y por las señales de apertura del gobierno nacional y de las autoridades provinciales. Pero pese al interés empresarial y gubernamental, hasta ahora ningún proyecto argentino de uranio ha llegado aún a la etapa de producción.
Precio internacional del Uranio
Los futuros de uranio subieron a 70 dólares por libra, recuperando impulso tras haberse mantenido en el mínimo de 64 dólares durante marzo y abril, un nivel que no se veía desde hacía 18 meses.
Esta recuperación se dio en un contexto en el que los mercados analizaban tanto las perspectivas de la demanda futura como las limitaciones de la capacidad minera.
En paralelo, Estados Unidos optó por frenar la imposición de aranceles agresivos a sus principales socios comerciales, una medida que ayudó a contener el impacto sobre la demanda energética general.
Sin embargo, la incertidumbre en torno a posibles gravámenes a las importaciones provenientes de Canadá y Kazajistán siguió generando presión sobre la oferta.
Al mismo tiempo, los inversores comenzaron a revisar sus apuestas especulativas sobre el aumento de la demanda de energía nuclear por parte de los centros de datos estadounidenses, tras la irrupción de modelos de lenguaje de gran escala más eficientes desarrollados en Europa y China. En ese marco, se espera un salto positivo en el valor internacional de cara a los próximos dos años.