Este martes seguía cortado el suministro eléctrico. En el trascurso del día realizarán una navegación por el canal principal para evaluar el estado de boyas y balizas. Varios sectores suspendieron sus operaciones.
La tormenta que azotó la provincia de Buenos Aires el pasado fin de semana tomó la forma de un fuerte temporal en Bahía Blanca, donde hubo 13 muertos por el derrumbe de un techo e incontables pérdidas materiales.
Entre las principales instalaciones afectadas, se destacan las terminales del Puerto Ingeniero White, que sufrieron destrozos de distinta magnitud y paralizaron su actividad hasta nuevo aviso.
Hasta este martes, el suministro eléctrico permanece cortado en varias zonas del complejo por la caída varias torres de tensión.
Sin embargo, el dañó más grave tuvo lugar en la playa de calado de Terminal Bahía Blanca SA tras el derrumbe del techo por los fuertes vientos que alcanzaron hasta 150 kilómetros por hora.
Una de las zonas más afectada fue la de los frigoríficos que, sin energía, debieron evacuar la mercadería. Dieron por terminada la actividad hasta febrero.
Durante la jornada de ayer, las autoridades portuarias llevaron adelante un diagnóstico general y hoy se prevé hacer una navegación por el canal principal para evaluar el estado de boyas y balizas antes de proceder a su rehabilitación.
“Esperamos el retorno de la energía eléctrica para ver cómo funciona todo y esperamos que no haya daños que a simple vista no se advierten”, señalaron desde el Consorcio de Gestión, Prefectura y terminales privadas.
En paralelo, se trabaja para volver a poner en marcha las plantas petroquímicas del sector después de las paradas no programadas. Este “freno en caliente” deriva en que el proceso para volver a la actividad se prolongue entre 24 y 48 horas.
Los daños que sufrió el puerto por el temporal en Bahia Blanca
En la Terminal Bahía Blanca SA quedó inhabilitado el ingreso de camiones con cereal y la carga de buques tras el derrumbe del techo en la playa de calado. Por estas horas, las exportadoras evalúan emplear instalaciones alternativas para continuar con las operaciones de carga.
Entre las opciones que se barajan aparecen las terminales de Dreyfus y Cargill, donde los daños registrados son más leves y ya están en condiciones óptimas.
El sector de la firma de acopio estadounidense Viterra Glencore, en tanto, resultó el más impactado tras la destrucción casi total de la celda de la planta de crushing y el colapso de los silos de recibo.
Por su parte, la terminal de ADM sufrió daños de consideración y su planta quedó inhabilitada hasta nuevo aviso.
En la de Patagonia Norte, a cargo del muelle multipropósito del sitio 21, las ráfagas hicieron que numerosos contenedores se volcaran o cayeran sobre otros, aunque no habría roturas en los equipos eólicos almacenados.
En la planta de TBB Bunge se voló el techo en el caladero de camiones y no se podrán realizar descargas por un mes. Una de las zonas más impactadas fue la de los frigoríficos que, sin energía, debieron evacuar la mercadería. Ante la situación, dieron por terminada la actividad hasta febrero.
Daños más leves se registraron en la zona de Pampa Energía ,donde se cayó una grúa de montaje para molinos eólicos y se rompió una pala.
Profertil, por su parte, puso su planta en proceso de arranque mientras que la Compañía Mega ya se encuentra en condiciones de operar y TGS nunca debió detener su actividad.
Las instalaciones de Dow, la refinería de Transfigura, la planta de PAE y la de Unipar, solo evidenciaron daños menores.
Por último, se destacó la caída de dos enormes grúas en el sitio 5 de Puerto Galván. “Una de ellas casi impacta sobre un buque que estaba amarrado, el cual pudo alejarse a tiempo del muelle”, señalaron desde el Consorcio bahiense en referencia al bulkcarrier Caipirinha, que estaba descargando 10 mil toneladas de baritina importada.