El comité de crisis definió que se superó la emergencia en la red de transporte e indicó a las distribuidoras que solo se mantienen cortes sobre los contratos interrumpibles. En plena crisis, el Enargas aplicó una nueva quita de subsidio para los usuarios de zonas frías.
Luego de días de tensión por las bajas temperaturas y los problemas de abastecimiento de gas, el Comité de Crisis conformado por el Gobierno y las empresas de gas natural definió que el sistema de transporte ya no se encuentra en situación de emergencia.
El alivio llegó gracias a una mejora en la presión de los gasoductos y una baja en el consumo, favorecida por un leve repunte de las temperaturas.
“Las empresas transportistas continuarán evaluando la evolución del sistema para reactivar también los servicios interrumpibles, tanto para la demanda local como para las exportaciones”, informó la Secretaría de Energía.
En ese contexto, se avanzó con la suspensión de los cortes que afectaban a estaciones de GNC y a industrias con contratos firmes en varias regiones del país: Buenos Aires Norte, Centro Norte, Litoral, Norte, Noroeste, Cuyo y Sur, según informó la Secretaría de Energía.
Por ahora, las restricciones se mantendrán solo para aquellos usuarios que cuentan con contratos interrumpibles, tanto en el mercado interno como en las exportaciones, lo que técnicamente se considera una etapa de “pre-emergencia”.
Desde la Secretaría informaron: “El sistema de transporte de gas ya no se encuentra en emergencia y las presiones en los gasoductos y estaciones de regulación y medición se encuentran normalizadas”.
Con ese diagnóstico, se dio por finalizada la tarea del Comité de Emergencia y se ordenó liberar el consumo para usuarios con contratos firmes, “manteniéndose únicamente las restricciones para consumos interrumpibles”.
Además, destacaron que “las distribuidoras están avanzando en todo el país con la liberación progresiva del consumo firme, y en las próximas horas, las empresas transportistas continuarán evaluando la evolución del sistema para reactivar también los servicios interrumpibles, tanto para la demanda local como para las exportaciones”.
Cómo afectaron los cortes y quiénes fueron los más perjudicados
El impacto de la crisis energética comenzó por el segmento de contratos interrumpibles, que —por ser más económicos— son los primeros en ser limitados en épocas de alta demanda.
Con el correr de los días y la persistencia del frío, los recortes llegaron a industrias que, si bien poseen contratos firmes, tienen cláusulas de interrupción acotada durante el invierno (los denominados contratos “firmes, pero con ventana”).
Este tipo de interrupciones están previstas para determinadas cantidades de consumo y solo por períodos específicos, dejando garantizado un servicio mínimo. Son una herramienta intermedia para balancear el sistema antes de aplicar medidas más drásticas.

Aun así, la situación llegó a extremos poco habituales: hubo cortes que alcanzaron a usuarios residenciales, algo que rara vez ocurre.
En Mar del Plata, por ejemplo, se vieron afectados clientes considerados “ininterrumpibles”, lo que genera un problema extra: cuando la red pierde presión en hogares, la reconexión del servicio solo puede hacerse de forma individual, medidor por medidor, con intervención técnica, para garantizar la seguridad.
A diferencia del sistema eléctrico, donde el restablecimiento es automático, en el caso del gas los protocolos de seguridad requieren operaciones manuales controladas. Por eso es excepcional que las redes residenciales lleguen a quedarse sin suministro.
Más presión para los usuarios: bajan el subsidio por zona fría
Mientras se desarrollaba la crisis en el sistema de gas, otra noticia impactó a los usuarios: el Enargas aplicó una nueva suba en el recargo que se cobra en las facturas para financiar el régimen de zona fría, que beneficia a quienes viven en regiones con inviernos más severos.
La actualización, dispuesta a través de la Resolución 444/2025, eleva el recargo del 6,2% al 6,4% sobre el precio del gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST). Se trata del tercer incremento en lo que va del año: el porcentaje había arrancado en 5,44%, subió al 6% en abril y volvió a subir en junio.
Aún no se informó con precisión cuál será el impacto final de esta suba en las facturas, pero el objetivo oficial está claro: reducir los aportes del Tesoro Nacional y hacer que el esquema se sostenga con los recursos que se recaudan directamente de los usuarios.
El régimen de zona fría fue creado para suavizar el peso de las tarifas en zonas con temperaturas extremas, pero su sostenimiento económico se basa en el aporte adicional que pagan más de la mitad de los usuarios residenciales del país.
El nuevo aumento busca cubrir el costo creciente del beneficio sin necesidad de financiamiento estatal, en línea con la premisa de que el sistema sea “autosustentable”.