Culminó el proceso iniciado el 20 de junio y se prueban las válvulas para su vinculación al gasoducto Neuba II, que iniciará la distribución de 11 millones de metros cúbicos diarios provenientes de la formación neuquina.
El proceso del llenado del Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK) llegó a su fin el martes y tras el proceso de prueba de las válvulas que lo vinculan al troncal Neuba II estará en condiciones de comenzar a aportar hasta 11 millones de metros cúbicos diarios de gas proveniente de Vaca Muerta.
El ducto de 573 kilómetros de extensión ya contiene los 25 millones de metros cúbicos de gas inyectados desde Vaca Muerta, por lo que se avanza en el comisionado (denominación técnica de apertura y cierre) de 17 válvulas para completar el protocolo de seguridad.
Tras esta última etapa de pruebas, se estima que en 3 o 4 días se concretará la vinculación con el Neuba II, que transportará el gas hacia el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El GPNK transportará en esta primera etapa 11 millones de metros cúbicos de gas diarios provenientes de Vaca Muerta y, tras la entrada en operación de los turbocompresores, duplicará su capacidad.
El 9 de julio pasado, en un acto en Salliqueló, proviuncia de Buenos Aires, se concretó la apertura de la última válvula del primer tramo del GPNK que, una vez concluido el proceso de llenado del ducto, permitirá la conexión con el sistema troncal de gas.
La inauguración del GPNK se concretó luego de un plazo récord de diez meses para construir el tendido de 573 kilómetros desde la planta compresora de la localidad de Tratayen, en Neuquén.
Desde que se realizó la primera soldadura. el 16 de noviembre del año pasado en la localidad de Salliqueló, hasta la última, del 12 de mayo a la altura de la Reforma, en La Pampa, pasaron 178 días. Habitualmente una obra de esta envergadura demanda al menos 24 meses de trabajo.
Se soldaron en promedio 5 kilómetros de caños por día en los tres frentes de obra, se utilizaron aproximadamente 300.000 toneladas de cañerías, para una obra que contó con 5.500 trabajadores directos y 40.000 con los indirectos en toda la zona de influencia.
Aún así, pese a la celeridad inédita de la obra, el fin de los trabajos y posterior proceso de llenado y puesta en marcha demoró algunas semanas más de lo previsto y la provisión de gas no alcanzó a concretarse para cubrir la mayor parte del invierno, como en algún momento se había previsto.
Más allá de eso, en esta primera etapa, el gas que se inyecte al sistema troncal a través del GPNK será destinado a alimentar las centrales térmicas de la red de electricidad, a través de Camessa, por lo que en esta primera etapa no llegará a los hogares.
Se prevé que, merced del gas producido en Vaca Muerta y transportado a través del GPNK el Estado se ahorre unos 2.000 millones de dólares este año en concepto de sustitución de importaciones de GNL.
Este ahorro se elevará hasta los 4.200 millones de dólares en 2024 permitiendo así prácticamente dejar en equilibrio la balanza energética que al año pasado arrojó un déficit de 5.000 millones de dólares.
Obras complementarias al gasoducto Néstor Kirchner
La puesta en operación del GPNK es clave para revertir el déficit de la balanza energética pero apenas un eslabón en una serie de obras que se están encarando para que potenciar la capacidad exportadora de gas de la Argentina.
La reversión del Gasoducto Norte no sólo permitirá sustituir en las provincias del NOA el gas proveniente de Bolivia (cuya producción entró en franco declive) sino también exportar el excedente de producción a los estados del sur de Brasil, Rio grande do Sul en especial.
En la misma línea Energía Argentina (Enarsa) anunció días atrás la habilitación de la obra de ampliación del Neuba II con un conducto complementario a la etapa 1 del GPNK que aumentará aún más la evacuación de gas proveniente de Vaca Muerta, al conectar el nuevo conducto con el que abastece al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El nuevo loop del Neuba II forma un “rulo” que cruza el partido bonaerense de Carlos Casares, abarcando una distancia de 28,2 kilómetros, desde el kilómetro 957 hasta el 985. Así, el caño recorre el tramo que une las Plantas compresoras Saturno y Ordoqui, para luego expandirse otros 10 kilómetros adicionales.
Los tramos que recorren Neuba I y II se extienden desde la Cuenca Neuquina hasta la ciudad de Bahía Blanca y desde ese nodo, por distintas trazas, hasta el AMBA, considerada la zona de mayor demanda de gas. Con el crecimiento productivo de Vaca Muerta la traza se volvió de importancia estratégica para la distribución del recurso.
En ese sentido, la obra habilitada permitirá el transporte de un adicional de 5 millones de m3 de gas que podrá llegar al AMBA.
La posibilidad de avanzar, también, en la construcción de una planta de licuefacción de gas será clave para expandir las posibilidades productivas que ofrece Vaca Muerta y convertir a la Argentina en un actor peso.
Para encarar este desafío se necesita un nivel de inversiones nunca antes visto en la Argentina: tan sólo el proyecto que impulsa YPF con la malaya Petronas requerirá 50.000 millones de dólares durante toda su vida útil, estimada en 35 años.
Pero el rol clave que tendrá el gas como combustible de transición para la descarbonización de las economías y las matrices productivas hace viable encontrar ese financiamiento. Licuado, el gas de Vaca Muerta puede ser cargado en barcos y exportado al mundo, superando los límites de la región.