CGC diseñó un plan para hacerse cargo de los yacimientos, pero el traspaso debe contar con el visto bueno de la gobernación, que teme una reducción de las operaciones.
YPF se encuentra en un complejo proceso de negociación con el gobierno de Santa Cruz vinculado al intento de transferir sus operaciones en yacimientos convencionales de la provincia, donde la petrolera tiene 25 bloques en el flanco norte de la cuenca del Golfo San Jorge.
Para la empresa nacional, la cesión es fundamental en su estrategia de desprendimiento de campos maduros, alineada con el Proyecto Andes, que busca centrar los recursos en las oportunidades del shale de Vaca Muerta.
De acuerdo al CEO de la estatal, Horacio Marín, los bloques santacruceños le están costando millones de dólares y ponen en jaque la estrategia de la nueva gestión.
El gobierno de Santa Cruz no termina de validar el proceso de achicamiento de la estructura productiva en los bloques.
Si bien el gobernador Claudio Vidal fue de los primeros mandatarios en negociar los traspasos a principio de año, el proceso se estancó desde entonces.
Desde la provincia, que tiene autoridad sobre la continuidad de las operaciones y la concesión de permisos a nuevos actores, no aceptan el diseño de readecuación para los yacimientos dispuesto por YPF.
Además, el mandatario ha sido crítico con el modo en que la petrolera plantea su retiro, exigiendo una transición que considere el impacto social y económico en la región.
A lo largo del año, YPF ha planteado tres modelos de transferencia para sus campos en Santa Cruz, sin éxito hasta el momento.
El primer intento consistió en revertir el control de las áreas a Fomicruz, la empresa estatal santacruceña, y, a cambio, costear proyectos de infraestructura y fondos para la remediación de potenciales pasivos en los campos de explotación. No obstante, la iniciativa fracasó debido a diferencias económicas entre ambas partes.
Posteriormente, la petrolera buscó incluir estos campos en una segunda ronda del Proyecto Andes, que cuenta con el respaldo del banco Santander, para gestionar el proceso. En esta fase, surgió el interés de firmas privadas como Pecom, Patagonia Resources y Roch, que valoran las áreas como una oportunidad de expansión.
Sin embargo, la negociación se vio obstaculizada, ya que los bloques están operativamente interconectados, lo que complica la partición de las instalaciones y servicios compartidos. Ante las dificultades de dividir las áreas y encontrar un modelo que armonice con los intereses provinciales, YPF ha explorado una tercera estrategia.
La colaboración con CGC
Ante el infructuoso traspaso, YPF puso una tercera alternativa en marcha con la ayuda de CGC, la empresa de Corporación América que lidera la producción de hidrocarburos en Santa Cruz. El plan consiste en que esta última asuma la administración de los bloques y coordine la optimización operativa de los campos junto con otras compañías interesadas.
A pesar de los avances de esta opción, el gobernador Vidal no ha terminado de dar su visto bueno, manteniendo su postura de que YPF debe garantizar una salida responsable y atender las cuestiones ambientales antes de traspasar las operaciones. Además, el mandatario no termina de validar el proceso de achicamiento de la estructura productiva en los bloques.
El gobernador de Santa Cruz podría llegar a Buenos Aires entre hoy y mañana (viernes) para reanudar las conversaciones con YPF. No obstante, el rumbo de estas negociaciones sigue siendo incierto. Aunque los ejecutivos de la petrolera llevan meses buscando acuerdos para facilitar una salida ordenada de la provincia.
Vidal mantiene una postura crítica respecto al accionar de la compañía. «YPF no puede retirarse así nomás. No es tan simple. Debe abordar la remediación de los pasivos ambientales en la provincia. No puede irse de un día para otro», señaló anoche en una comunicación telefónica con el medio Econojournal.
Ultimátum de YPF por los campos de Santa Cruz
Para YPF, cerrar estas transferencias antes de fin de año es una prioridad estratégica. La compañía ha indicado que a partir del 1º de enero de 2025 dejará de asumir los costos operativos en Santa Cruz si no se logran avances, con una eventual reducción de personal en las áreas afectadas.
Actualmente, alrededor de 2.000 trabajadores están en suspensión laboral, debido a la pausa de operaciones desde el primer cuatrimestre de este año. Una salida ordenada reduciría significativamente los costos de producción de YPF, ayudando a la empresa a alcanzar un mejor balance financiero y un perfil crediticio más favorable.
El desenlace de las negociaciones con Santa Cruz sigue siendo una incógnita, pero YPF ha dejado clara su intención de continuar con su plan de salida, incluso si implica una ruptura con la provincia en caso de no alcanzar un acuerdo.