Estará ubicada cerca de una planta cloacal y se alimentará también con restos de alimentos y estiércol. Una potencia instalada de 2,8 megavatios (MW) le permitirá generar unos 17.520 MWh/año netos.

San Juan está a punto de dar un salto importante hacia la generación renovable más allá de la energía solar, segmento en el que liderea en el país. La provincia contará con su primera planta de biogas a fines de 2026, o principios de 2027 como máximo.

El proyecto, que apunta a producir electricidad a partir de residuos orgánicos, estará ubicado en Rawson, muy cerca del límite con Pocito, y será desarrollado por la empresa Biogeneradora Centro SA, con una inversión cercana a los 8 millones de dólares.

El corazón del sistema será un biodigestor: una especie de «estómago industrial» donde se descompone materia orgánica en un entorno sin oxígeno, liberando gas metano. Ese gas se captura, se procesa y se convierte en electricidad a través de motores especiales.

Este tipo de iniciativas biogeneradoras de energía ya vienen ganando terreno en otras provincias, pero que será inédita para San Juan. La empresa cordobesa, que presentó su proyecto en una audiencia pública la semana pasada, busca ahora obtener la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para dar el siguiente paso.

El proceso diseñado por esa compañía de una provincia que viene avanzando fuerte en biogas aprovecha residuos orgánicos que actualmente no tienen un destino específico en San Juan —como el estiércol de gallinas, vacas y cerdos provenientes de la actividad ganadera— para transformarlos en energía.

El maíz cumple un rol clave dentro de esta reacción, ya que es un grano con alto potencial de generación de metano, lo que garantiza una proporción estable de este gas, fundamental para la producción eficiente de biogás.

El corazón del sistema será un biodigestor: una especie de «estómago industrial» donde se descompone materia orgánica en un entorno sin oxígeno, liberando gas metano. Ese gas se captura, se procesa y se convierte en electricidad a través de motores especiales.

Este proceso —conocido como digestión anaeróbica— no solo genera energía limpia, sino que también produce un subproducto útil: biofertilizante. La planta estima producir unas 44.000 toneladas por año.

El proyecto tendrá una potencia instalada de 2,8 megavatios (MW), una cifra que le permitirá generar unos 17.520 MWh/año netos, suficientes para abastecer a más de 1.200 hogares durante 12 meses.

¿Qué residuos usarán para hacer biogás?

El principal insumo será maíz, cultivado en el mismo predio de 150 hectáreas donde se levantará la planta.

De esas tierras, 147 hectáreas se destinarán exclusivamente a producción agrícola para alimentar el biodigestor. Pero la planta también aceptará restos de alimentos y estiércol, sumando un impacto ambiental positivo al reducir residuos y emisiones.

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Para fines de 2026, o principios de 2027 como máximo, la provincia contará con su primera planta biogeneradora de energía.

El predio elegido está estratégicamente ubicado: a solo 2 kilómetros de la planta de tratamiento de líquidos cloacales de OSSE en Cerrillo Barboza, lo que facilita la logística y el abastecimiento. De toda la superficie, la planta en sí ocupará apenas 3 hectáreas.

Un proyecto que viene de la mano de CAMMESA

La llegada de Biogeneradora Centro SA a San Juan no fue casual. La empresa resultó ganadora de una convocatoria nacional e internacional lanzada por CAMMESA para sumar energías renovables en puntos clave de la red eléctrica.

El objetivo era claro: incorporar proyectos que ayuden a reducir restricciones de abastecimiento y generación forzada.

En esa licitación, la planta sanjuanina se destacó no solo por su escala, sino también por el precio acordado: la energía será vendida al sistema a 188,3 dólares por megavatio-hora. De todas las obras adjudicadas en esa ronda, esta es una de las más grandes, por encima de proyectos que se desarrollarán en Santa Fe, Salta, Buenos Aires, Córdoba y Santiago del Estero.

Empleo y operación tecnológica

La planta funcionará de manera continua, en tres turnos, y generará alrededor de 30 puestos de trabajo directos.

El mayor volumen de personal estará dedicado al campo, mientras que el monitoreo y control del sistema estará a cargo de un Centro Remoto de Operaciones.

En cuanto a los plazos, si bien el proyecto está pensado para ejecutarse en dos años, la empresa confía en reducir ese tiempo a 18 meses.

Durante la audiencia pública, representantes de la compañía destacaron que el propósito principal es “generar energía limpia, contribuir al desarrollo industrial de la zona y aportar a la matriz energética nacional mediante la inyección de la energía eléctrica al sistema interconectado”.

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