Durante el 2022, la provincia superó el millón de toneladas diario y las inversiones en el rubro para este año alcanzan los 250 millones de dólares. ¿Por qué un mineral de menor calidad empieza a sacarle ventajas al que llega a Vaca Muerta desde Entre Ríos?
La producción de Vaca Muerta no solo ha multiplicado los volúmenes del no convencional, sino que ha potenciado una gran cantidad de actividades complementarias en Neuquén, Río Negro y otras provincias. Una de ellas se desprende de los pozos de petróleo y gas, cuyo rendimiento precisa de agentes de apoyo o apuntalantes para mantener abiertos los orificios de fracturación hidráulica.
En ese marco, las arenas de fractura se convirtieron en un insumo vital para las operaciones y los proyectos de inversión de las canteras se dispararon. En sus inicios, la arena silícea para Vaca Muerta se importaba, pero a medida que avanzó el desarrollo de hidrocarburos, las operadoras iniciaron campañas de exploración en la Argentina, con el objetivo de abaratar costos.
La inversión acumulada para este año ronda los 250 millones de dólares, incluyendo las canteras, sus plantas de tratamiento y laboratorios, y se espera que la tendencia continúe.
Sin embargo, no es tan sencillo encontrar este mineral, ya que para poder utilizarse debe presentar muchas cualidades naturales, entre las que se incluyen la redondez, la alta resistencia y la pureza. Además, debe procesarse con cuidado, conforme a especificaciones muy exigentes y estándares altos.
En términos de calidad, la arena ubicada en la provincia de Entre Ríos se posicionó como la más rica. De hecho, en 2018 desde las canteras Cristamine SA y Aresil SA ubicadas en la localidad de Ibicuy, partían entre 70 y 100 camiones diarios llevando más de dos millones de toneladas por día. El obstáculo evidente era el costo del transporte, que significaba el 65% del total, ya que el mineral debía viajar más de 1.000 kilómetros.
Con este escenario se apuntó a la producción “in basing”, es decir, a la que se extrae en cercanía a los campos petroleros en búsqueda de mayor eficiencia a menor costo. De todas maneras, si bien la calidad de la arena rionegrina es menor, alcanza un nivel aceptable y cumple con los estándares de las normas ISO y API.
“Son arenas que funcionan muy bien en pozo. La ecuación que hacen las operadoras les sirve, incluyen estas arenas que son de menor calidad, pero que tienen un 60 % menos de costo, y si bien van a producir menos cantidad de barriles anuales, abaratan los costos”, explicó el secretario de Minería de Río Negro, Joaquín Aberastain Oro.
Canteras en Rio Negro
A medida que la arena de Rio Negro comenzó desplegar resultados favorables, las canteras de la provincia comenzaron a crecer y distintas empresas desembarcaron en la región. Las primeras canteras se ubicaban en la zona centro de la provincia en el Bajo de Santa Rosa, y estaban al sureste, más alejadas de la cuenca.
Sin embargo, las productoras rápidamente destinaron inversiones para acortar aún más las distancias con el yacimiento. Actualmente, las compañías instaladas en la zona que desarrollan la actividad son: YPF, Aluvional -perteneciente a Vista Energy-, NRG y Rada Tilly, una empresa de transporte de Chubut que llegó a Río Negro.
La inversión acumulada para este año ronda los 250 millones de dólares, incluyendo las canteras, sus plantas de tratamiento y laboratorios, y se espera que la tendencia continúe. De hecho, YPF planifica una nueva planta y Rada Tilly continuará llevando su producción a Rio Negro. En tanto, Aluvional tiene una planta de tratamiento ya instalada en la provincia, mientras que NRG, tiene una en Allen.
Según Aberastain, hay cerca de 900 solicitudes de canteras, “incluso tenemos campos improductivos que históricamente vivieron de la ganadería que hoy están ofreciéndolos para la actividad minera”, destacó el funcionario.
Es importante resaltar que las compañías deben pagar las tasas de mantenimiento para producir arena silícea ya que, la mayor parte de la industria se lleva adelante en canteras de tierra fiscal. Además, la autoridad de aplicación y los dueños del recurso minero son de las provincias y cada una de ellas tiene sus propios códigos de procedimientos para la actividad.
Uno de los planteamientos recurrentes en el COFEMIN es la necesidad de una regulación nacional para quitarle incertidumbre al sector. “Sería bueno lograr algún tipo de acuerdo para que todas las provincias ofrezcamos las mismas reglas de juego, pero termina siendo facultad de cada provincia”, concluyó el geólogo.