Se trata de un cruce clave para Santo Tomé y la capital provincial. Había sido cerrado por el riesgo de colapso y demoras en el inicio de los arreglos ante el freno a la obra pública.
Después de haber permanecido cerrado desde finales de marzo de este año, Vialidad Nacional reabrió el paso para los vehículos autorizados en el Puente Carretero de Santa Fe.
De esta manera, se habilitó el tránsito, incluyendo las unidades de transporte interurbano de pasajeros, taxis, remises y demás vehículos permitidos.
Inaugurado el 14 de julio de 1939, originalmente fue diseñado para soportar el paso de 2.000 vehículos por día. Hasta su clausura, era utilizado por unos 40.000 mil.
El tránsito en la zona de trabajos se realiza de a una mano por vez, similar a lo que sucede en el puente Bailey de emergencia.
Este cruce es esencial para los residentes de la capital de Santa Fe y, en particular, para los habitantes de la localidad vecina, quienes hasta hace dos días debían recorrer varios kilómetros adicionales por la autopista Rosario-Santa Fe, la única opción disponible.
Además, se mantiene el paso para motocicletas, bicicletas y peatones, quienes deben transitar únicamente por la vereda sur.
Los operativos de ordenamiento del tránsito son coordinados por las municipalidades de Santa Fe y Santo Tomé, esta última específicamente sobre el viaducto.
Cómo avanzan los arreglos del Puente Carretero de Santa Fe
Las obras en curso forman parte del plan de reparación del Puente Carretero, bajo la supervisión de Vialidad Nacional, y buscan garantizar la seguridad en el cruce.
Los trabajos finalizados el miércoles se llevaron a cabo entre los arcos del Vado y el río Salado. Incluyeron la perforación del tablero del viaducto y el fresado del área donde, en una etapa posterior, se instalarán las bridas metálicas que sostendrán las ménsulas debajo de la estructura.
Las labores se realizaron en dos juntas, tanto sobre la calzada como debajo del puente, utilizando plataformas colgantes.
La importancia del cruce
El cruce había sido cerrado al tránsito de automóviles y vehículos pesados a fines de marzo, por tiempo indefinido, debido a un deterioro significativo en una parte de su estructura de 1.320 metros sobre el río Salado.
Sólo se permitía el paso controlado de ambulancias y otros vehículos de emergencia y de transporte público.
Inaugurado el 14 de julio de 1939, originalmente fue diseñado para soportar el paso de 2.000 vehículos por día. Hasta su clausura, era utilizado por unos 40.000 mil.
Debido a esta sobrecarga, se proyectó la construcción de un nuevo puente, pero a lo largo de las últimas décadas, diferentes administraciones postergaron la obra.
Y en los últimos meses se consolidó una situación crítica, a la que se sumó el freno casi total de la obra pública nacional que se dispuso en diciembre cuando asumió el nuevo gobierno.
Riesgo de colapso
Desde hace varios meses, el puente presentaba cuatro apoyos del tablero dañados, uno de los cuales estaba en peor estado y en riesgo de colapso. Por esta razón, se decidió interrumpir el tránsito y montar un puente de emergencia.
Por ese paso transitorio solo se permitía el cruce del transporte público de pasajeros, vehículos de emergencias, motos, bicicletas y peatones.
La medida fue dispuesta por Vialidad Nacional, mientras se llevaban a cabo tareas preventivas de mantenimiento.
El principal problema se registraba en una de las juntas del puente, parte de la traza de la ruta nacional 11, a unos 15 metros de la bajada hacia el barrio Varadero Sarsotti, en el extremo sur de la capital. Este sector ya había sido intervenido por personal de Vialidad Nacional en 2023.
Debido a la persistencia del deterioro, a fines de julio del año pasado se colocaron refuerzos y chapones sobre la calzada como una solución temporal, a la espera de una reparación definitiva.
Según evaluaciones privadas, si no se ejecutaba una obra integral de mantenimiento para reforzar la estructura, el puente podría colapsar.
Los técnicos recomiendan la construcción de un nuevo puente, un proceso que, desde su definición y licitación hasta su construcción -aseguran-, podría llevar hasta 15 años.