La terminal de contenedores amaneció paralizada por una medida del sindicato portuario en plena negociación del Consejo de Salarios. La actividad recién volverá el viernes a las 7 de la mañana, en un escenario que arrastra tensiones acumuladas.
La mañana de este jueves volvió a traer un escenario repetido en el puerto de Montevideo: Terminal Cuenca del Plata (TCP) quedó sin actividad tras un paro decretado por el Sindicato Único Portuario y Ramas Afines (Supra).
La medida, tomada en el marco de la negociación del Consejo de Salarios, detuvo por completo la atención de camiones y la operativa habitual de la terminal.
En octubre, la implementación de un nuevo software de gestión del tráfico detonó un enfrentamiento que derivó en 25 días sin operaciones normales en la terminal de contenedores.
En un comunicado, la Terminal Cuenca del Plata (TCP) informó que la atención se retomará recién mañana viernes 12 a las 7:00, lo que implica que toda la cadena logística vinculada a TCP deberá esperar a que finalice la medida gremial.
La empresa agradeció “la comprensión y el acompañamiento de todos los usuarios ante esta situación” y reiteró su compromiso con “la transparencia, la previsibilidad y la eficiencia”, aunque la decisión de paralizar la actividad vuelve a poner en tensión al principal puerto del país vecino.
El trasfondo del paro se vincula a un reclamo que los trabajadores arrastran desde hace meses: la garantía de una cantidad mínima de jornales, un punto que forma parte del convenio firmado en 2019 entre el puerto y los gremios.
Ese acuerdo fijó tres escalas —5, 9 y 13 jornales—, pero debía revisarse este año. La discusión, sin embargo, quedó empantanada tras el extenso conflicto de octubre.
Las heridas abiertas de octubre: 25 días de parálisis total
El paro de hoy no es un hecho aislado. Llega después de uno de los conflictos más duros que atravesó la terminal de contenedores de Montevideo en los últimos años.
En octubre, la implementación de un nuevo software de gestión del tráfico detonó un enfrentamiento que derivó en 25 días sin operaciones normales.
En aquel momento, los sindicatos denunciaron que el cambio de sistema podía derivar en despidos, por lo que iniciaron asambleas, medidas de fuerza y paralizaciones que bloquearon el ingreso y salida de cargas.

Las autoridades montaron mesas de negociación diarias para intentar recomponer el diálogo, pero las consecuencias logísticas fueron inmediatas.
Transportistas, exportadores e importadores advirtieron pérdidas millonarias y, ante la incertidumbre, varias navieras empezaron a desviar sus recaladas al puerto de Buenos Aires y otras terminales de Argentina y Brasil, un golpe estratégico para Montevideo justo cuando ya había perdido tránsito de cabotaje.
El malestar llegó al punto de que algunos sectores privados reclamaron declarar a Montevideo como “puerto sucio” por su incapacidad de garantizar una operatoria previsible.
Con ese antecedente fresco, el paro actual reaviva el temor de los operadores a que el puerto vuelva a quedar atrapado en un ciclo de conflictos que erosionan su competitividad.
Un cierre de año complejo: se suma la crisis del dragado
Mientras el puerto intenta contener el impacto de los conflictos laborales, otro problema de fondo se cuela en la agenda: la crisis de la flota de dragado de la Administración Nacional de Puertos (ANP).
Un informe interno reveló que solo el 30% de las embarcaciones está operativo, mientras que el 70% restante se encuentra fuera de servicio por falta de mantenimiento, corrosión en los cascos, certificados vencidos y demoras acumuladas en las reparaciones.
El diagnóstico —elaborado por el gerente de Dragado, Manuel Ferrer, y el subjefe del área, John Parodi— expone las consecuencias de años sin planificación adecuada, escasa inversión y pocas posibilidades de acceder a diques de mantenimiento.
El dragado no es un detalle menor: determina la profundidad disponible en los muelles y, por lo tanto, el tipo de buques y el volumen de carga que puede recibir el puerto. Cuando la flota no funciona, la logística nacional queda en jaque.




