La ministra de Trabajo, Kelly Olmos, consideró que la medida llevada a cabo por 80 líneas de colectivos fue un exceso. «No es un paro gremial, sino un conflicto interno de un sector que perdió las elecciones en el sindicato», dijo.
Unas de las ramas disidentes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), nucleada en la “Lista Azul Juan Manuel Palacio” lanzó un nuevo paro que afectó a unas 80 líneas de colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) entre las 0 de este viernes y el mediodía.
La medida de fuerza, que no fue anunciada con anticipación y sorprendió a miles de pasajeros que debieron buscar vías alternativas para llegar a sus destinos, fue en reclamo de mejoras salariales y ante la supuesta «falta de respuestas» por parte del ministerio de Trabajo de la Nación para el reconocimiento de las autoridades electas en distintas seccionales.
Pasadas las 12 del mediodía, las líneas afectadas por la medida de fuerza (que pertenecen todas al mismo grupo empresario) comenzaron a retomar sus servicios.
La ministra de Trabajo de la Nación, Raquel ‘Kelly’ Olmos, consideró «terrible» y «un exceso» al paro dispuesto por un sector disidente de la UTA y apuntó contra el grupo DOTA al plantear que se trataba en verdad, de «una suerte de lockout patronal«.
Las líneas que estuvieron afectadas por el paro son utilizadas por unas 15 millones de personas al mes.
“Esto es terrible. Es un exceso, ya que no es un paro gremial sino un conflicto interno de un sector que perdió las elecciones en el sindicato de la UTA y quiere torcer el brazo teniendo de rehén a los usuarios con la complicidad de la empresa DOTA”, sostuvo Olmos este viernes en declaraciones a Radio 10.
Para la funcionaria, “hay sectores empresarios que quieren digitar quién es el interlocutor gremial», algo con lo que -según indicó- «se han cruzado todas las fronteras”.
Desde el sector que llevó adelante la medida, aseguraron que se debía a que, «entre gallos y medianoches, la conducción de la UTA, sin consultar con las bases, viene desde hace ya años firmando acuerdos salariales de miseria y ha logrado pulverizar nuestros salarios, reduciendo su poder adquisitivo a un 50% de lo que debería ser».
Se trata de un sector de trabajadores que, a nivel nacional, conducen Miguel Bustinduy y Osvaldo Agrafogo, enfrentados al gremio que dirige Roberto Fernández.
Las líneas que estuvieron afectadas por el paro son utilizadas por unas 15 millones de personas al mes. Entre ellas se cuentan la 5, 6, 7, 8, 9, 10, 20, 21, 23, 24, 25, 28, 31, 44, 50, 51, 56, 57, 74, 76, 79, 84, 91, 99, 101, 106, 107, 108, 117, 130, 135, 146, 150, 161, 164, 168, 177 y 188 y, en el ámbito provincial, la 256, 263, 271, 299, 370, 373, 384, 385, 388, 403, 405, 421, 429, 435, 540 y 543, todas del grupo DOTA.
Según denunció Olmos la medida de fuerza fue una verdadera “una extorsión” que “ha cruzado todas las fronteras” e insistió en que no se trató de «un paro” sino de “un conflicto interno dentro del sindicato de la UTA” que es “impulsado por la empresa DOTA”.
Por su parte Bustinduy salió al cruce y señaló que “hablamos con la ministra, pero nos llamó la atención lo que dijo de que somos extorsionadores” porque “lo único que estamos haciendo es reclamar el salario de nuestros trabajadores”.
“Nuestro mayor problema es Roberto Fernández porque no habla con nadie”, dijo el dirigente gremial opositor a la conducción de la UTA.
Y denunció que pese a que la Lista Azul se impuso en elecciones gremiales de cinco seccionales del país -Mar del Plata, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán-, y “a pesar de que la Justicia lo viene ordenando desde hace más de dos meses”, la conducción de la UTA “no quiere» ponerlos en posesión del cargo y «se vale para ello de la pasividad de un ministerio que no funciona”.