Los gremios aceiteros lanzaron la medida de fuerza tras rechazar la última oferta salarial de las empresas. Los trabajadores esperan una recomposición del 25% y la propuesta inicial fue del 15%. El paro ya lleva tres días.
El paro de aceiteros que se inició el último martes paralizó la actividad portuaria en el Gran Rosario y las consecuencias de la medida de fuerza crecen en la medida que pasan los días y no se resuelve la disputa salarial con las empresas del sector.
La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA) llevan adelante un paro nacional por tiempo indeterminado en todas las plantas del país ante la falta de acuerdo en la negociación colectiva salarial, y las terminales portuarias del norte de la ciudad santafesina están frenadas: hay cerca de 5.000 camiones que no pueden ingresar.
La cámara Ciara-CEC, de la industria aceitera, lamentó este miércoles la continuidad del paro: “Se está afectando severamente el derecho al trabajo de los miles de transportistas que ven paralizada su actividad».
El escenario es de creciente tensión mientras que las exportaciones de granos siguen sin reanudarse. Desde Williams Agroservicios informaron que el paro afecta a la zona de San Lorenzo, Puerto General San Martín y Timbúes.
Esto complica la logística de una cosecha que ya venía con un lento ritmo de comercialización por los bajos precios internacionales, que están en mínimos de cuatro años. Las terminales afectadas son, entre otras, T6, Cargill, Cofco PGSM y Bunge.
El secretario general de SOEA, Daniel Succi, apuntó días atrás que uno de los temas detrás del paro es la discusión de la paritaria.
Según indicó, el sector agroindustrial ofreció entre un 10% y un 15%, lo que para el gremio fue insuficiente (esperan un incremento del 25%)
Asimismo, ratificó que el cese de actividades también es en reclamo contra el impuesto a las Ganancias y la reforma laboral que imponen la aprobada Ley Bases.
“Con la devaluación y el incremento de los alimentos, la situación está mucho peor que antes”, manifestó en ese sentido el secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores de Algodón, Daniel Yofra.
La decisión fue tomada durante el Primer Plenario Nacional de Delegadas y Delegados Aceiteros, que reunió a más de 250 representantes sindicales en San Lorenzo, en el Cordón Industrial del gran Rosario, donde se genera el 84% de la producción industrial de las agroexportadoras.
La respuesta de CIARA al paro de aceiteros
La Cámara de la Industria Aceitera-Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) no tardó en responder y lamentó este miércoles la continuidad del paro: “Se está afectando severamente el derecho al trabajo de los miles de transportistas que se ven paralizada su actividad en estas últimas 48 horas”, cuestionaron a través de un comunicado emitido ayer.
“Son muchos los sectores del trabajo que se ven afectados por esta medida, que también incómoda de una manera innecesaria a los vecinos de todas las comunas y municipios donde están radicadas las plantas y las terminales portuarias”, agregaron en ese sentido.
La instancia de diálogo fracasó en la jornada del lunes tras ocho horas de negociación, cuando se reunieron los gremios con representantes patronales de las cámaras CIARA, CIAVEC y CARBIO.
Al defender su postura, los privados argumentaron que “la industria aceitera tuvo en 2023 el peor año de su historia sin resignar ni un solo puesto de trabajo”, expresando que este año se comprometieron «a que ningún trabajador pierda en relación con el avance de la inflación”.
A su vez, precisaron: «Al día de hoy ya se dio un 77% de aumento (la inflación del año) y ahora ofrecemos otro aumento, de modo de proteger el poder adquisitivo de los trabajadores en los próximos meses” y agregaron que, “actualmente, más del 60% tiene ingresos mensuales por encima de los 2,8 millones de pesos”.
A pesar del escenario descripto, la industria expuso que “los sindicatos no aceptan y presionan por un aumento mayor y por el impacto de Ganancias, que claramente es un problema ajeno a la industria; es un impuesto y como todo tributo, aprobado por el Congreso, se debe pagar”.
