Según un análisis realizado por la CEPH, a fin de esta década el país llegará al 1,5 millón de barriles y 230 MM3 de gas diarios. Esperan que se triplique la cantidad de equipos de perforación. Los cambios que estableció la Ley Bases, analizan, serán un gran incentivo.

Un análisis sectorial de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) proyecta que la balanza energética de Argentina podría alcanzar un superávit anual de 25.000 millones de dólares para 2030.

Este panorama alentador se basa en un importante proceso de inversión que, según la Cámara, puede acelerarse gracias a los incentivos establecidos en la Ley de Bases.

«Los principios de libertad de comercio, precios de mercado y disponibilidad de divisas consagrados en esa norma alientan inversiones que en sólo cinco años podrán duplicar la producción de crudo y escalarán la de gas«, destaca la CEPH.

Bajo este marco regulatorio, Argentina podría alcanzar a finales de esta década una producción de 1,5 millón de barriles de petróleo y 230 millones de metros cúbicos de gas diarios.

«La perspectiva de la industria es incrementar la cantidad de perforaciones de pozos nuevos por año a 554 en el 2030. Esto implica triplicar la cantidad de equipos de perforación, que pasarán de 16 a 47 a final de la década, dinámica que replicarán los equipos o sets de fractura», detallaron desde la CEPH.

Según explican desde la Cámara, este crecimiento permitiría un significativo aumento de las exportaciones sin comprometer el suministro interno.

Los datos actuales respaldan esta tendencia: en lo que va del año, las exportaciones de gas y petróleo han crecido más del 20%, impulsadas por mayores volúmenes de ventas y una reducción en las importaciones.

«El dinamismo del sector lo transforma en una fuente generadora de divisas que se potencia fuertemente si existen adecuados estímulos para producir más y ofrecer hidrocarburos al mundo en condiciones competitivas”, subrayan desde la CEPH.

Para consolidar esta oportunidad en el mercado internacional, la Cámara enfatiza la necesidad de reducir la carga impositiva, agilizar la importación de bienes de capital y desarrollar la infraestructura de manera eficiente.

«Esto permitirá achicar la brecha de costos con los competidores globales, incluso frente a las importantes mejoras de productividad que ya ha logrado la industria», concluyen dejando claro que la industria considera que ya hizo los deberes como para recibir los beneficios que pide.

El dinamismo del shale oil

El desarrollo de la industria de hidrocarburos no solo impulsará la producción energética, sino que también fortalecerá una extensa cadena de valor compuesta por proveedores locales, generando más empleo formal y calificado, remearcan desde la industria.

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Argentina podría alcanzar a finales de esta década una producción de 1,5 millones de barriles diarios de petróleo y 230 millones de metros cúbicos de gas.

Una mayor capacidad de transporte permitirá, además, un crecimiento sostenido de la producción de crudo, estimado en un 12% anual acumulativo. Para la Cámara, este incremento no solo garantizará el abastecimiento interno, sino que posicionará a Argentina como un proveedor confiable en el mercado global.

Más pozos para producir hidrocarburos

Desde la CEPH también proyectan un notable incremento en la actividad de perforación.

«La perspectiva de la industria es incrementar la cantidad de perforaciones de pozos nuevos por año a 554 en el 2030. Esto implica triplicar la cantidad de equipos de perforación, que pasarán de 16 a 47 a final de la década, dinámica que replicarán los equipos o sets de fractura», detallaron.

El dinamismo de los hidrocarburos no convencionales lidera este crecimiento, con estimaciones que posicionan al shale oil como protagonista.

Se proyecta que este tipo de crudo alcance el 80% de la producción nacional para 2030, llegando incluso al 92% en la cuenca neuquina, consolidándose como la principal fuente de extracción en el país.

Las previsiones de una consultara, también optimistas

Por su parte, la consultora global PwC elaboró hace un mes un informe destinado a inversores internacionales donde destacó el potencial de los hidrocarburos no convencionales como una oportunidad transformadora para el país, describiéndolos como «El futuro de la Argentina».

El trabajo analiza el estado actual del sector, los desafíos de infraestructura pendientes y las posibilidades de desarrollo que ofrecen recursos como Vaca Muerta.

Según las proyecciones de PwC, Vaca Muerta podría generar un superávit energético de 30.000 millones de dólares para 2030.

Este resultado se basaría en una producción diaria de 1 millón de barriles de petróleo y más de 250 millones de metros cúbicos de gas.

Desde el inicio de su explotación, las inversiones acumuladas en estos yacimientos alcanzarían los 200.000 millones de dólares.

“Vaca Muerta tiene la capacidad geológica de llevar al país a niveles de producción nunca vistos”, afirmó Ezequiel Mirazón, socio de PwC Argentina y líder de Energía, Utilities y Minería.

Destacó también el creciente interés de empresas locales e internacionales en invertir en petróleo y gas no convencional, impulsado por el enorme potencial de la formación.

Mirazón subrayó que en los últimos meses se han concretado anuncios significativos y compromisos de inversión.

“El gobierno acordó con distintos actores nuevas reglas de juego que la hacen aún más atractiva”, concluyó, señalando un marco más favorable para atraer capitales al sector energético argentino.

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