Se trata del depósito Ivana, epicentro de Amarillo Grande en Río Negro, con el que buscan posicionar a la provincia como primera productora de uranio de bajo costo en la Argentina. Según estimaciones actualizadas, contiene unos 28 millones de toneladas de mineral.

El depósito Ivana, epicentro del proyecto Amarillo Grande en Río Negro, volvió al centro de la escena con el inicio del primer “muestreo participativo de agua”, una instancia clave en la fase exploratoria de este emprendimiento que apunta a posicionarse como el primer productor de uranio de bajo costo en Argentina.

Ubicado a unos 25 kilómetros de Valcheta, el muestreo fue impulsado por la Secretaría de Minería provincial y reunió a un abanico amplio de actores: desde organismos técnicos como la Secretaría de Ambiente, el Departamento Provincial de Aguas (DPA) y la Defensoría del Pueblo, hasta vecinos, superficiarios del área y estudiantes de un colegio local.

La campaña impulsada por la Secretaría de Minería de Río Negro acaba de dar un paso clave en la fase exploratoria, que permitirá obtener datos comparativos antes, durante y después de las perforaciones.

“Es un paso clave, ya que permitirá obtener datos comparativos antes, durante y después de las perforaciones. Esto garantiza transparencia, promueve la confianza y fortalece el control ambiental participativo”, destacó Joaquín Aberastain Oro, secretario de Minería de Río Negro.

La campaña ambiental fue liderada por la empresa Ivana Minerales S.A., conformada por Blue Sky Uranium y Corporación América, que tiene previsto comenzar las perforaciones en estos primeros días de junio.

Cómo se hizo el «muestreo participativo» del agua

La tarea técnica estuvo a cargo de la consultora Hidroar S.A., que recolectó muestras de agua subterránea en tres puntos clave del proyecto: aguas arriba, en el centro del depósito y aguas abajo.

De forma paralela, el DPA tomó contramuestras en los mismos sitios para realizar análisis independientes en laboratorios certificados.

“El muestreo se realizó en los tres puntos definidos, y el DPA también tomó una contramuestra en cada sitio. Este proceso con control cruzado garantiza transparencia y rigor técnico”, explicó Aberastain Oro.

Qué hay detrás del depósito Ivana

Se trata del yacimiento de uranio y vanadio más relevante del país, ubicado en una planicie semiárida de fácil acceso durante todo el año. Según las estimaciones actuales, contiene unos 28 millones de toneladas de mineral.

La campaña de este año prevé una inversión de 6 millones de dólares, destinada a perforaciones de relleno —para confirmar el volumen comercial del recurso— y a la búsqueda de nuevos cuerpos satélites.

Uranio, Chubut, Minería, Energía Nuclear
La Secretaría de Minería, dependiente del Ministerio de Economía, reporta 14 proyectos de uranio en la Patagonia.

Según los datos más recientes, el depósito cuenta con recursos minerales indicados de 19,7 millones de toneladas con una ley de 333 ppm de uranio (0,039% U₃O₈) y 105 ppm de vanadio (0,019% V₂O₅).

Además, hay recursos inferidos de 5,6 millones de toneladas con una ley de 262 ppm de uranio (0,031 % U₃O₈) y 109 ppm de vanadio (0,019% V₂O₅).

La empresa estima una vida útil de producción de 11 años, con una producción promedio anual de 1,5 millones de libras de uranio. Se considera que el proyecto tiene “excelente potencial para convertirse en el primer productor de uranio de bajo costo y a corto plazo en Argentina, con posibles créditos adicionales por vanadio”.

El estado actual del proyecto de uranio

El proyecto avanza en su fase de exploración avanzada, con el foco puesto en llevar el depósito Ivana a una instancia de factibilidad técnica y económica.

En este marco, Blue Sky Uranium amplió su plan de perforación para 2025. Ya hay contratos firmados con las empresas Patagonia Drilling y AGV Falcon, que comenzarán una nueva campaña de perforaciones el próximo 1 de junio, con el objetivo de definir mejor los cuerpos mineralizados e investigar zonas satélites que arrojaron buenos resultados preliminares.

Además, se están desarrollando estudios metalúrgicos e ingenierías detalladas que apunten a optimizar la rentabilidad del proyecto.

Si el cronograma avanza según lo previsto, los estudios de factibilidad estarían listos en un plazo de tres años desde 2024, habilitando así el arranque de la etapa constructiva.

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