El proyecto se encuentra a la espera de que llegue financiamiento y se modifiquen los plazos pactados originalmente. Se trata de la obra de ingeniería más importante que una empresa china construye fuera de su país.
La construcción de las represas de Santa Cruz comenzó a gestionarse hace más de 15 años y tuvo su comienzo recién en 2015. Desde entonces, una serie de conflictos, tanto políticos como geológicos, han postergado el avance estipulado de la iniciativa para generación de energía hidroeléctrica que, a día de hoy, está prácticamente frenada y a la espera de una renegociación.
En ese escenario, el nuevo titular de Enarsa, Juan Carlos Doncel Jones, mantuvo una reunión con los directivos de la china Gezhouba, principal constructora a cargo, y representantes de la cordobesa Electroingeniería, socia minoritaria del proyecto. El objetivo del encuentro fue destrabar un nuevo crédito de u$s 500 millones para que se reactiven los trabajos.
El proyecto en su totalidad demanda una inversión de u$s 5.000 millones y representa la mayor iniciativa que la empresa china lleva adelante afuera de su territorio.
Previamente, el CEO de la firma asiática viajó a Santa Cruz para dialogar con el flamante gobernador de la provincia patagónica, Claudio Vidal.
El mandatario se convirtió en uno de los principales impulsores de las obras que completen las centrales y se espera que actúe como nexo político entre el Estado nacional, las autoridades de la compañía, y las entidades bancarias que proveen el financiamiento.
Actualmente, el proyecto está cerca de quedar paralizado a la espera de que se firme la Adenda XII, un documento que deberían rubricar representantes de Enarsa y China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China Limited (ICBC) y Bank of China Limited.
Este contrato actualiza las condiciones financieras y los planes de obra ya que en el convenio original se pactó que las represas entrarían en funcionamiento para 2025, lo que es imposible dado el avance de las obras registrado hasta el momento.
En ese sentido, desde el ente regulador solicitaron que el consorcio empresario presente un nuevo cronograma «que sea posible”.
Quien abordó el tema durante el plenario de comisiones para el tratamiento de la “Ley Ómnibus” fue el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo.
En respuesta a la consulta de la diputada santacruceña Ana Lanni sobre la postura del gobierno en torno a la cuestión, el funcionario señaló: «Lo real es que estamos evaluando las razones que explican por qué no se está avanzando con la obra, y al momento detectamos costos improductivos y una serie de cosas».
Avance de las obras en las represas de Santa Cruz
La hidroeléctrica más avanzada es la que se denomina “Jorge Cepernic”. Se ubica en la progresiva 187, a 135 km de la localidad de Comandante Luis Piedrabuena.
Hasta el momento, la represa registra un progreso cercano al 40% y se prevé hacer el desvío del río este año para comenzar con el llenado en mayo del 2025 y poner en funcionamiento la primera turbina en diciembre de ese año.
En tanto, la instalación Néstor Kirchner, también llamada “Cóndor Cliff”, de 73 metros de altura, cruzará el río Santa Cruz 180 kilómetros al oeste de la ciudad de Puerto Santa Cruz.
Esta obra evidencia más retrasos y está completada solo en un 25%. El diseño de la presa debió ser reformulado luego de que se produjera un deslizamiento de tierra que fracturó uno de los taludes de contención del vertedero.
Con estos niveles de avance se torna imposible que las hidroeléctricas lleguen a pleno funcionamiento para 2025 y desde China presionan para acelerar los trabajos. Cabe señalar que el proyecto en su totalidad demanda una inversión de u$s 5.000 millones y representa la mayor iniciativa que el gigante asiático lleva adelante fuera de su territorio.
De concretarse, las dos centrales sumarán una potencia instalada de 1.310 MW, por lo que se logrará ampliar en un 11,4% el total disponible de energía generada por el agua en todo el país. La obra también contempla la construcción de una línea de Extra Alta Tensión de 170 km que conectará ambas generadoras al Sistema Argentino de Interconexión (SADI).
