El trabajo autónomo, donde gigantes de más de 400 toneladas trasladan material sin un humano al volante, se afianzan en el mundo. Chile ya lo implementó y creen que es “razonable” que un proyecto local los use.
En el proyecto Gabriela Mistral, una flota completa de camiones autónomos -sin choferes- trasladan más de 400 toneladas de roca de un punto a otro. No hay seres humanos conduciendo las maniobras de los vehículos en el lugar.
Una red de sensores le indica a cada gigante donde están sus compañeros de flota, el lugar desde donde deben salir y hacia donde dirigirse para recibir más carga o depositarla. Trabajan las 24 horas del día y prometen ser más eficientes y reducir el error al mínimo.
Todo eso sucede en plena Cordillera de los Andes, aunque del lado chileno. Donde sí hay humanos es en oficinas alejadas de la zona de operación. Desde ahí controlan constantemente el trabajo y dan nuevas indicaciones.
La diferencia es que están a resguardo y sin el riesgo que implica mover las moles como los caminos de la mina.
Los camiones autónomos funcionan leyéndose entre sí, a otros equipos y al entorno. Responden a un programa que les indica qué trabajo deben realizar, pero se vinculan con lo que los rodea para evitar problemas.
La tecnología autónoma ya es algo conocido en minería, lleva más de 10 años probándose en distintos proyectos y está ahora en proceso de extenderse. Solo en el país vecino las principales empresas cuentan con 30 camiones vendidos y operando, otros 200 más encargados y tienen perspectivas de que en poco tiempo ese número se duplique.
Cómo funcionan los camiones autónomos
Una distinción importante para entender esta tecnología es que no son lo mismo que los equipos remotos, que tienen un operario cada uno que con un comando a distancia, cámaras y sensores los controlan.
Los camiones autónomos funcionan leyéndose entre sí, a otros equipos y al entorno. Responden a un programa que les indica qué trabajo deben realizar, pero se vinculan con lo que los rodea para evitar problemas.
Germán Wilson, vicepresidente de Finning Caterpillar en Argentina, explicó a Dinamicarg que la empresa viene desarrollando hace más de una década y hoy trabajan con vehículos diesel eléctricos que trabajan en flotas de Australia, América del Norte y también en América del Sur. Perú, Bolivia y Chile son los países que empezaron a incorporar estos diseños.
Además de Caterpillar, otras empresas también avanzan en investigaciones que apuntan a la minería con operaciones remotas, esto quiere decir sacando personal de las zonas de trabajo más manual para dar espacio a maquinaria que utilice desarrollos 4.0.
“La autonomía es una conversación específica dentro de una más grande que es la de operación remota, que la industria viene teniendo”, dijo.
Una de las características que tiene el uso de autónomos, es que se suma a proyectos nuevos, sea una mina que inicia o un sector de una que ya está trabajando. Es que los camiones operan en flotas, de al menos 25 o 30, en una zona que es un circuito cerrado para otras unidades con choferes.
La incorporación un green field (operación nueva) es necesaria porque diseñan el sistema completo para cada mina. Wilson explicó que los acuerdos se hacen uno a uno entre Finning y la minera, donde observan cuáles son las necesidades de trabajo, qué tipo de camión sirve más, si conviene adquirir nuevos o incluso adaptar algunos de los modelos existentes.
Los resultados, explicó el vocero de la empresa, son operaciones más eficientes, con mayor cantidad de horas de trabajo, reducción de accidentes porque se elimina el error humano y además mejor rendimiento sin roturas de los equipos, ya que también pueden analizar el terreno para evitar daños.
Esto implica que las empresas que lo incorporan también deben adaptarse al cambio que implica usar estos camiones en el tipo de tecnología necesaria, como la conectividad, los repuestos que difieren y la organización del trabajo. “Se deben hacer cambios desde la perspectiva de cómo se puede diseñar la mina, se hace diferente a otras”, agregó.
Esto significa que en ocasiones debe pensarse incluso antes de que se haga la construcción de la misma. Aun así, dijo el empresario, dan muy buenos resultados y eso hace que, en la actualidad, esperan un crecimiento “exponencial” de los proyectos que los están usando.
Las oportunidades de los autónomos para Argentina
Argentina podría sumar en los próximos meses una operación similar. Para el vocero, que es de origen chileno, la minería metalífera podría ser una puerta para que este tipo de operaciones empiecen a desarrollarse en el país.
“Hoy Argentina no tiene proyectos de cobre así pero existe un gran potencial y es muy razonable pensar que uno de estos tenga una flota autónoma”, dijo. Esto se debe a que una de las características que tiene la tecnología es que es muy útil en proyectos en los que hay que mover grandes volúmenes de roca.
La escala de los proyectos cupríferos hace que sean candidatos para el uso de flotas autónomas, porque en general implica extraer mucho más material que las del oro o la plata.
Los grandes camiones que hoy están trabajando en el país, por ejemplo, son la mayoría de hasta 250 toneladas de capacidad, mientras que esta esta es la medida mínima en la que se puede conseguir una flota autónoma.
Justamente esto hizo que Chile fuera el país que primero lo implementó en Sudamérica. Si bien el país vecino tiene más de un siglo de explotación de cobre, fue durante los últimos años, cuando el precio del metal creció junto con la demanda, que las firmas que están operando comenzaron a comprarlos.
El costo, una barrera a superar
Si bien los vehículos autónomos ofrecen mayor rendimiento, el costo mayor podría ser un factor desalentador. Para el vicepresidente de Finning, esto es también un primer paso para el futuro de la minería, que avanza a prácticas más tecnológicas.
Sobre el impacto en la cantidad de trabajo que da la industria, Wilson aseguró que debe darse un cambio de perspectiva. “Un proyecto que utiliza esta tecnología genera más rentabilidad y extiende sus beneficios a más personas”, aseguró.
Según dijo, gracias al rendimiento de que dan los avances tecnológicos, la vida útil, las empresas contratistas y otros puestos de trabajo, como de quienes están a cargo del área de mantenimiento de las flotas autónomas, podrán crecer.
Camiones autónomos gigantes, pero también los otros
El entorno minero es el espacio ideal para el desarrollo de la tecnología de equipos autónomos. Son espacios cerrados, con tareas repetitivas, pero que a la vez permiten poner a prueba en tareas complejas estos sistemas.
En la actualidad, además de los camiones fuera de ruta del porte de los que utiliza Caterpillar, hay también desarrollo en las unidades de menor tamaño, como el que hace en la actualidad Scannia.
Juan Pablo Cagnola, gerente del área off road de la empresa, habló con Dinamicarg y contó que están trabajando en Australia con camiones volcadores autónomos, junto con la minera Rio Tinto. Allí tienen una prueba piloto, donde una flota trabaja de forma similar a los de Caterpillar o Komatsu.
El próximo año lo que hasta ahora era una prueba piloto se convertirá en la primera venta de unidades, primero para Australia y entre finales de 2025 y principios de 2026, saldrán con la venta global de estas unidades. Para Argentina, dijo el gerente, todavía falta, aunque esperan que una activación de minas a gran escala logre que se incorporen unidades, una vez que ya haya mercado.
En cuanto a la posibilidad de que se puedan ver en la calle, Cagnola explicó que la mejor manera de probar el sistema y que siga creciendo en tecnología es que sea en entornos cerrados como las minas. Si bien existen autos autónomos o semi autónomos, como son los Tesla, para el empresario “es diferente por lo que implica un auto y un camión con carga, hay criterios de seguridad diferentes”. Pero, dijo, existe una gran oportunidad para mayor participación de vehículos diesel- eléctrico en las rutas.