El courier y la venta online generaron un boom en el nicho del transporte de carga aérea, lo que llevó a cambios en las empresas y aeropuertos para el manejo de paquetes. Lo que más se busca y la presión sobre Ezeiza.

El transporte de carga aérea en Argentina, aunque representa menos del 1% del volumen total de comercio exterior en toneladas, se ha consolidado como un componente estratégico para ciertos sectores de alto valor agregado.

Su relevancia ha crecido en los últimos años, impulsada por la necesidad de rapidez en la entrega de insumos críticos, el auge del comercio electrónico y la recuperación de operaciones de Aerolíneas Argentinas con aviones dedicados exclusivamente a carga.

A diferencia del transporte marítimo o terrestre, que mueve mayores volúmenes a costos más bajos, la carga aérea se justifica por la velocidad y el valor de los bienes transportados, lo que la convierte en un indicador a considerar dadas las dinámicas del consumo que hoy atraviesan el país. La liberación de las importaciones se suma a la proliferación de plataformas digitales, dándole otro aire al sector.

Históricamente, este segmento marginal en el entramada productivo se apoyó en los vuelos de pasajeros, que ofrecían capacidad en bodegas para mover encomiendas, documentos urgentes y productos de alto valor.

Antes de 2020, se movilizaban entre 180.000 y 200.000 toneladas anuales, con Ezeiza concentrando más del 80% del flujo total (llegó a abarcar el 94,5%), mientras que Aeroparque, Córdoba, Mendoza y Rosario tenían participación mínima.

La mayor parte de la actividad correspondía a importaciones, principalmente de electrónicos (25%), autopartes (20%), farmacéuticos (15%), textiles y moda (10%), y exportaciones de pescado y mariscos (30%), frutas finas (15%), carne vacuna premium (10%) y medicamentos (8%).

Durante la pandemia de COVID-19, el sector experimentó una fuerte caída de hasta el 50%, debido a la reducción de vuelos internacionales de pasajeros y restricciones logísticas.

No obstante, la necesidad de trasladar vacunas, medicamentos y ciertos insumos tecnológicos generó picos de demanda que mostraron la resiliencia del sector.

A diferencia del transporte marítimo o terrestre, que mueve mayores volúmenes a costos más bajos, la carga aérea se justifica por la velocidad y el valor de los bienes transportados, lo que la convierte en un indicador a considerar dadas las dinámicas del consumo que hoy atraviesan el país

En 2022, antes de la reapertura completa, el movimiento carguero por aire alcanzó unas 210.000 toneladas, recuperando gradualmente los niveles pre-pandemia.

avion de carga aérea
El transporte de carga aérea crece en el país.

Sin embargo, la infraestructura y la capacidad de flota dedicada seguían limitadas, con escasos aviones cargueros exclusivamente asignados a vuelos domésticos y regionales.

Importaciones más libres impulsan el courier de cargas aéreas

El lanzamiento de Aerolíneas Argentinas Cargas en 2023 representó un punto de inflexión. La compañía estatal destinó un Boeing 737-800BCF, con capacidad de carga aproximada de 20 toneladas por vuelo, para operar rutas nacionales regulares y algunos destinos regionales hacia Brasil y Chile.

La decisión respondió a la necesidad de generar ingresos alternativos a los vuelos de pasajeros, aprovechar sinergias en mantenimiento y tripulación, y recuperar presencia en un mercado que había cedido terreno a operadores privados e internacionales.

Según datos oficiales, los primeros seis meses de operación mostraron un crecimiento sostenido de entre 8% y 12% en toneladas transportadas respecto al mismo período de 2022, con especial incidencia en autopartes y productos farmacéuticos.

Sin embargo, el verdadero salto parece estar dándose este 2025. El interés por las compras en el exterior se aceleró en los últimos meses a raíz de la decisión del Gobierno de flexibilizar el régimen de importaciones, motorizando este segmento.

Entre las medidas más destacadas se encuentra el aumento del límite para compras vía courier, que pasó de 1.000 a 3.000 dólares por envío, junto con la implementación de una franquicia de 400 dólares libres de aranceles.

Frente a este escenario, Aerolíneas Argentinas relanzó su servicio, ofreciendo un esquema que permite a los consumidores consolidar varias compras realizadas en Miami y recibirlas directamente en su domicilio en Argentina.

En este marco, las operaciones de courier registraron un crecimiento superior al 100% en el último año. Según la Cámara Argentina de Prestadores de Servicios Internacionales Aeroexpresos (Capsia), el volumen de carga aérea transportado en enero de 2025 aumentó un 105,85% en comparación con enero del año anterior, y un 20,22% respecto a diciembre de 2024.

“Actualmente, el courier de Aerolíneas Argentinas en Miami recibe un promedio de 50 paquetes por vuelo, lo que representa un volumen constante y creciente de envíos gestionados por el servicio”, le informó la compañía a a Dinamicarg.

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LATAM y otras aerolíneas completan sus bodegas con cargas.

“El costo promedio del servicio ronda los 25 dólares por paquete de hasta 2 kilos, en el caso de entregas en CABA. Este valor puede variar según el peso, volumen y destino final, pero se mantiene competitivo frente a otras alternativas”, agregaron desde Aerolíneas Argentinas.

Presión sobre Ezeiza

En los primeros cinco meses de 2025, el ingreso de paquetes comprados en el exterior mediante couriers internacionales registró un crecimiento superior al 300% en comparación con el mismo período del año anterior.

Según informaron desde Aeropuertos Argentina Cargas, el volumen mensual pasó de 58.000 a 176.000 bultos, mientras que el peso total se duplicó, alcanzando las 790 toneladas por mes.

“El 90% de los productos que ingresan a través del courier son adquiridos en tiendas de Estados Unidos, principalmente a través de plataformas como Amazon, eBay y comercios online especializados”, explicó la vocería de Aerolíneas a la consulta de este medio.

 “Los envíos más frecuentes corresponden a productos electrónicos y ropa, aunque hay una gran diversidad en cada carga. También son comunes los pedidos de instrumentos musicales, repuestos pequeños para autos, accesorios y gadgets”, agregaron desde la aérea.

La mayor parte de la actividad correspondía a importaciones, principalmente de electrónicos (25%), autopartes (20%), farmacéuticos (15%), textiles y moda (10%), y exportaciones de pescado y mariscos (30%), frutas finas (15%), carne vacuna premium (10%) y medicamentos (8%).

Para hacer frente a este escenario, Aeropuertos Argentina anunció a principio de año la construcción de un nuevo edificio exclusivo para envíos courier en Ezeiza. Una obra que demandaría una inversión de 6 millones de dólares y permitiría mejorar la distribución y organización de los paquetes.

Mientras tanto Ezeiza concentra el flujo de carga aérea ya que dispone de terminales modernas con depósitos fiscales y cámaras de frío, pero en el interior del país las instalaciones son limitadas. Sin embargo, recientemente la terminal bonaerense comenzó a experimentar un retraso importante en el procesamiento de las entregas.

La implementación de un nuevo sistema informático en el aeropuerto provocó demoras significativas en la liberación de mercancías.

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En pleno boom del sector, harán pruebas de transporte de carga aérea con Tierra del Fuego.

Esta situación afecta tanto a insumos críticos como a bienes de consumo, aumentando los costos de almacenamiento y poniendo en riesgo la competitividad del comercio exterior, según señalaron la Asociación Argentina de Agentes de Carga Internacional (AAACI) y Aeropuertos Argentina Cargas (TCA).

El problema se originó por la combinación del crecimiento de importaciones y la puesta en marcha abrupta del nuevo sistema informático entre el 22 y 23 de agosto de 2025, que reemplazó al anterior sin período de transición paralelo.

Las cargas aéreas consolidadas, que requieren coordinación compleja, resultaron las más afectadas, mientras que las exportaciones y las importaciones por courier o a granel continuaron operando normalmente.

Si bien despachantes de aduana criticaron la “desastrosa implementación” del sistema, la Aduana y otros organismos mostraron disposición a colaborar, extendiendo plazos y facilitando gestiones, y se espera que la situación se normalice en las próximas semanas.

Argentina, entre los de mayor crecimiento de carga aérea en la región

El transporte de carga aérea en los principales mercados de América Latina y el Caribe (LAC) mostró un desempeño positivo en junio, con un crecimiento promedio del 2,6%.

Sin embargo, este avance no fue uniforme: mientras países como Ecuador y Argentina destacaron por sus incrementos porcentuales, Brasil y Chile registraron caídas significativas en sus flujos de mercancías. El panorama evidencia tanto la recuperación parcial de ciertos mercados como los desafíos persistentes en la región.

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Las cargas aéreas crecieron en Argentina y en la región.

Ecuador lideró el crecimiento regional con un aumento del 21,8%, impulsado principalmente por el tráfico con Estados Unidos, que superó las 9.300 toneladas, un 32,4% más que en el mismo mes del año anterior. Gran parte de este crecimiento provino de las exportaciones de rosas, que en junio superaron las 4.000 toneladas, con un incremento interanual superior al 22%.

Argentina, por su parte, mostró un alza del 18,3%, consolidando su posición como uno de los mercados más dinámicos en la región.

Colombia y México experimentaron incrementos más moderados, pero sostenidos. El transporte de carga aérea internacional desde y hacia Colombia creció 2,8%, a pesar de la caída del 4,2% en el corredor Colombia–Estados Unidos, el de mayor volumen en la región.

Este retroceso se compensó con aumentos significativos en los flujos hacia España (+14%), Países Bajos (+59%) y Ecuador (+63%). México, en cambio, vio crecer sus intercambios con Estados Unidos en un 15% (USA–México) y 20% (México–USA), lo que permitió un aumento general del 5,6% en las toneladas transportadas.

En contraste, Brasil y Chile sufrieron retrocesos importantes debido a la caída en sus flujos con Estados Unidos, su principal socio comercial. Brasil registró un descenso del 5,8%, especialmente en importaciones de equipos de telecomunicaciones (-20%) y exportaciones de artículos de cuero (-47%).

Chile acumuló siete meses consecutivos de caída, con un descenso del 9,8% en junio y del 12,3% en el primer semestre, afectado por la reducción del 18,3% y 13,6% en los flujos Chile–USA y USA–Chile, respectivamente.

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