El mercado del metal de transición es distinto al resto, más dinámico y no responde a precios estables de commodities. Qué ideas analizan para adaptarse a un sistema distinto al oro y la plata.  

Argentina cuenta hoy con la segunda reserva de litio de mundo, tres proyectos produciendo y varios más en exploración avanzada y cerca de empezar a producir. Se trata de uno de los crecimientos de un sector minero más rápidos que vivió el país y viene con un desafío particular: adaptar el sistema fiscal y de regalías a algo que es totalmente distinto, debido a que no es un commoditie como el oro y la plata.

Esta diferencia se traduce en que este metal no tiene un precio fijo internacional al cual atar ese porcentaje en cada una de las liquidaciones. En cambio, los Estados deben estar atentos a un complejo mercado en el que los valores se acuerdan entre privados y los números cambian constantemente.

Esto no solo ocurre en Argentina, sino que otros productores, como Chile y Bolivia, también buscan nuevas formas de trabajar que se adapten a esta industria.

La oportunidad es clara: el país puede producir litio, un producto de alta demanda en el mundo. Pero para poder aprovechar este boom por completo es necesario tanto la creación de puestos de trabajo y cadenas de valor como una liquidación de impuestos y regalías a un buen precio.

Sin una referencia constante del mismo, es más difícil para el sistema provincial y nacional asegurar que estos valores son los adecuados.

Desde la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) tomaron la posta en este sentido y difundieron datos sobre cómo funciona el mercado del litio. Dos especialistas citaron un informe de la Cooperación Alemana para el desarrollo (GIZ). También detallaron qué alternativas públicas y privadas se ensayan para poder afrontar las particularidades del negocio de este mineral.

Cómo se conforma el precio del litio

En la actualidad, el valor de los compuestos de litio que se venden varía tanto por el tipo de producto (pueden ser hidróxidos, carbonatos o sales), el nivel de pureza final o las condiciones de venta. Es que, por ejemplo, en el caso de los contratos de exclusividad, la cantidad de producto asegurado, los plazos de pago, afectan el precio.

Sin una referencia constante del mismo, es más difícil para el sistema provincial y nacional asegurar que estos valores son los adecuados.

Para comparar, en el caso del oro sin importar la cantidad, cada onza se venderá al mismo valor. Pero si una planta que hace baterías asegura la compra anual o semestral de la producción, la minera puede y suele ofrecer un mejor precio.

En el país hay tres minas produciendo litio y una cuarta podría sumarse durante este 2024.

Esto tiene que ver con el desarrollo en pocos años de la demanda y oferta del mineral. Mientras otros productos de la industria tuvieron siempre un valor dentro del esquema internacional similar, el litio se utilizaba mayoritariamente dentro de la farmacéutica o como un aditivo en cerámica y vidrio y otras industrias.

Pero desde que se empezó a utilizar en baterías su requerimiento aumento, teniendo su boom definitivo en la última década con los vehículos eléctricos y los objetivos de transición energética.

La velocidad en la que creció y cómo hay avances y cambios constantes en lo que requieren los compradores hace que la dispersión de precio sea también grande.

Según un estudio de GIZ, el litio refinado con calidad de batería se vendía en 2023 entre 1,5 y 2,5 dólares el kg en un mismo momento. Esto no tiene que ver con los cambios que se produce en el mercado global, donde por ejemplo hubo una suba en el primer trimestre del año pasado y volvió a bajar en el último.

La dispersión se da en un mismo momento, por lo que dos contratos simultáneos pueden tener precios distintos, según los acuerdos entre las partes.

Herramientas impositivas para la industria del litio

En Argentina, al igual que en otros países productores de este mineral, conocer el precio de mercado permite asegurar que la exportación se hace a través de valores adecuados. De lo contrario, existe el riesgo de subfacturación para pagar menos impuestos o cánones de lo correspondiente.

Litio, Minería, Agua
Se espera que el litio siga creciendo en nuestro país durante los próximos años.

Hubo un ejemplo de este delito entre 2018 y 2019, que fue descubierto y multado en 2022, de una minera de Catamarca que vendió litio a un tercio de su valor a una empresa de su mismo grupo económico en Estados Unidos.

El fraude fue confirmado y la empresa pagó la diferencia de USD 8 millones que subfacutró y una multa de $6.700 millones.  

A nivel nacional, el ente a cargo de controlar este tipo de maniobras es la AFIP. Para poder hacerlo necesita tener datos de cómo se calcula el valor del mineral y también actualizar constantemente los mismos, conforme el mercado internacional cambia.

En la columna publicada por CAEM, detallan que Argentina ya está trabajando con la alemana GIZ, que aporta datos anticipados de cómo se encuentran los valores internacionales.  

A su vez, las provincias tienen también un interés particular, debido a que el valor de facturación define cuánto cobrarán de regalías. Este canon, ya que no se lo considera impuesto, es una retribución por la extracción de un recurso no renovable.

No se paga a Nación, aunque sea un valor fijo para todo el territorio argentino, debido a que para la ley argentina la riqueza subterránea es propiedad de las provincias. En algunos casos, la distribución se comparte con los municipios, aunque esto varía con las legislaciones locales.

En un modelo similar al que se utiliza en Chile, algunos estados provinciales decidieron participar de forma directa con empresas estatales en el esquema del litio. Esto les permite tener información de primera mano de los precios y condiciones de liquidación del mineral. Este esquema además los hace parte del crecimiento y beneficio del sector de forma directa.

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