La iniciativa, que obtuvo la aprobación en Diputados, sería modificada por la cartera nacional en tres aspectos puntuales. La idea del oficialismo es liberar la exportación del recurso y facilitar el acceso al régimen.
La regulación sobre el gas natural licuado es una de las claves para avanzar con distintos proyectos que apuntan a construir plantas de licuefacción el país. En ese marco, se elaboró un proyecto de Ley de GNL para establecer un régimen de incentivos que atraigan inversiones.
La iniciativa se presentó en la Cámara de Diputados en octubre, cuando obtuvo media sanción tras el apoyo del bloque de Frente de Todos y la abstención de Juntos por el Cambio. Sin embargo, debido a su proximidad con las elecciones generales la ley no llegó al Senado y ahora podría ser modificada.
La totalidad de la producción de GNL sería de libre exportación y el Estado no podría acceder al 10% como indica el proyecto presentado en octubre.
La nueva Secretaría de Energía que encabeza Eduardo Rodríguez Chirillo está a favor del esquema para potenciar el GNL, pero habría diferencias en tres puntos clave incluidos en el documento presentado por la ¿ex? funcionaria, Flavia Royón, y se baraja la posibilidad de retirarla del Congreso.
Según apuntaron desde el equipo de Chirillo, la idea del gobierno sería bajar el mínimo que tienen que tener los desarrollos de licuefacción para ser incluidos en el plan de promoción. El esquema aprobado en Diputados señala que los emprendimientos deben contar con una inversión de más de 1.000 millones de dólares en un plazo de hasta 6 años para tener una producción no menor a 1 millón de toneladas anuales.
Si bien la norma plantea que las iniciativas pueden llevarse a cabo en etapas, para la cartera energética este requerimiento segrega a las pymes. “No tiene que haber un tamaño o inversión mínima si queremos que la industria del GNL se desarrolle”, manifestaron desde el entorno oficialista.
En segundo lugar, se planteó la posibilidad de que el GNL no sea incluido en la misma categoría que el gas y, por lo tanto, que no esté sujeto a las mismas regulaciones. “Para nosotros tiene que ser considerado como una nueva industria, porque es eso. Si vos ponés una planta, y hacés un proceso para obtener este producto, eso es una industrialización”, sostuvieron tras la consulta de Diario Río Negro.
Así, la totalidad de la producción de GNL sería de libre exportación y el Estado no podría acceder al 10% como indica el proyecto presentado en octubre. “Si se considera al GNL como una industria entonces tampoco se les podría cortar el suministro de gas”, sumaron.
Por último, el tercer punto se enfocaría en acrecentar la seguridad jurídica y la estabilidad, ya que consideran que son los aspectos que las empresas más tienen en cuenta a la hora de invertir, aunque no dieron mayores preciosones respecto a cómo se llevaría a la práctica.
De avanzarse en las modificaciones planteadas, la iniciativa deberá volver a la Cámara de Diputados para que se convaliden los cambios que se haya introducido.
El proyecto fue impulsado por el gobierno anterior junto con YPF y es por esto que está realizado mayormente a la medida del proyecto que la petrolera de mayoría estatal tiene con la firma malaya Petronas, un plan que podría generar una inversión de entre 10.000 y 40.000 millones de dólares.