La electromovilidad encabezó la tendencia y creció un 36% con respecto al 2022 llegando a concentrar desembolsos por 634.000 millones de dólares. China tuvo tendencia a la baja, pero se mantuvo como el principal inversor.

El 2023 estuvo marcado por conflictos bélicos e inflación a nivel mundial, pero también por una aceleración en la transición energética, con un récord de inversión en energías limpias, según un informe de BloombergNEF (BNEF).

La nueva marca se dio gracias al importante incremento en el sector de las renovables, el hidrógeno y la captura de carbono, y principalmente en el avance de los autos eléctricos, .

En todo el mundo, se desembolsaron cerca de 1,77 billones de dólares, lo que representa un alza del 36% en relación al 2022.

Este crecimiento se explica por la expansión de la electromovilidad, que se convirtió en el mayor segmento de gasto a pesar de una contracción por parte de China.

La inversión en la cadena de suministro mundial de energía limpia alcanzó un nuevo récord de 135.000 millones de dólares en 2023.

Energías limpias, Electromivilidad, Transición energética
Durante 2023, el transporte electrificado superó al crecimiento de las energías renovables.

Según el documento, a escala global se invirtieron alrededor de 634.000 millones de dólares en vehículos eléctricos. Esta cifra incluye el gasto en autos eléctricos, autobuses, vehículos de dos y tres ruedas y comerciales, así como la infraestructura asociada.

El crecimiento de las renovables

Por su parte, los desembolsos en tecnología renovable subieron un 8% hasta alcanzar los 623.000 millones de dólares. La categoría incluye la construcción de instalaciones de producción como centrales eólicas, solares y geotérmicas, y plantas de producción de biocombustible.

El tercer segmento en acumular nuevas inversiones fue el de redes eléctricas, con 310.000 millones de dólares.

A su vez, los proyectos de hidrógeno se triplicaron, mientras que se aceleró el incremento en otros sectores emergentes como la captura y almacenamiento de carbono (casi se duplicó) y el almacenamiento de energía (aumentó un 76%).

“El fuerte crecimiento en EEUU y Europa impulsó la subida mundial, aunque China, el mayor mercado de energías renovables del mundo, se debilitó, registrando un descenso del 11%. A pesar de un año de duros titulares, también se cerró la financiación de una cantidad récord de capacidad eólica marina”, declaró Meredith Annex, responsable de energía limpia de BNEF y coautora del informe.

Mynjang, energía eólica
Chila, líder en aerogeneradores marinos y autos eléctricos, entre otros segmentos de las energías limpias, registró una baja en la inversion, pero no torció la tendencia global.

Si bien el gigante asiático sigue liderando el ránking de países con 676.000 millones de dólares desembolsados en 2023, el conjunto de la Unión Europea, EE.UU. y el Reino Unido llegaron a los 718.000 millones de dólares. La suba mayor se evidenció en Estados Unidos con un alza del 22% interanual (303.000 millones de dólares), impulsada por los efectos de la Ley de Reducción de la Inflación.

Por otro lado, el informe destaca que la inversión en la cadena de suministro mundial de energía limpia, incluidas las fábricas de equipos y la producción de metales de baterías, alcanzó un nuevo récord de 135.000 millones de dólares en 2023 (frente a solo 46.000 millones de dólares en 2020), y se prevé que aumente aún más en los próximos dos años.

Energías limpias, aún lejos de las emisiones cero

Según el informe de BNEF el nivel actual de inversión no es suficiente para alcanzar la neutralidad de emisiones para 2050, como indican los compromisos de descarbonización dispuestos en el Acuerdo de París. En ese sentido, se estima que para cumplimentarlos se precisa un promedio de 4,8 billones de dólares al año entre 2024 y 2030.

“Nuestro informe muestra lo rápido que está creciendo la oportunidad de las energías limpias y, sin embargo, lo lejos que todavía estamos del camino”, explicó Albert Cheung, director general adjunto de BNEF.

“El gasto en inversiones para la transición energética creció un 17% el año pasado, pero necesita crecer más de un 170% si queremos encarrilarnos hacia la energía neta cero en los próximos años. Sólo una acción decidida por parte de los responsables políticos puede desbloquear este tipo de cambio de impulso”, concluyó.

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