Un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario señala que los despachos agroindustriales podrían crecer hasta los 38 millones de toneladas en 2035 si se concretan mejoras proyectadas. El potencial que podrían sumar los hidrocarburos y otras industrias en sinergia con la Via Troncal.

Un estudio reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) plantea un futuro ambicioso para la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP).

Con inversiones clave y algunos cambios en el tablero productivo, esta arteria fluvial podría duplicar su volumen de carga en los próximos diez años, consolidándose como el gran eje logístico del Cono Sur.

La BCR estima que, si se concretan las inversiones proyectadas en toda la región, el volumen de carga en la HPP podría duplicarse hacia 2035, superando ampliamente los 38 millones de toneladas, frente a los 19,2 millones registrados en 2020.

Vaca Muerta se suma al juego: con el transporte de combustibles y fertilizantes desde la cuenca neuquina hacia los puertos del río podría articular nuevas sinergias entre el agro y el gas. Incluso se menciona el uso futuro de biocombustibles como el biometano para propulsar embarcaciones.

Granos, minerales, celulosa, combustibles y hasta fertilizantes podrían transitar con más fluidez por esta vía, que atraviesa cinco países (Además de Argentina y Paraguay, también Brasil, Bolivia y Uruguay) y conecta el corazón productivo del continente con los puertos de salida al mundo.

En la Argentina, la agroindustria sigue siendo el gran usuario de la Hidrovía. Pero ya no está sola. El trabajo de la BCR advierte que sectores como la energía, la minería y los complejos forestales también empiezan a ganar protagonismo.

Según el modelo AGMEMOD (una herramienta de simulación de mercados agroalimentarios que analiza la interacción entre oferta, demanda, comercio y precios, tanto internos como externos), si se concretan mejoras de infraestructura y se eliminan los derechos de exportación, las exportaciones agroindustriales podrían crecer un 82% hacia 2035, alcanzando los 251 millones de toneladas.

Ese salto traería aparejado un fuerte aumento del transporte fluvial de granos e insumos.

Al mismo tiempo, complejos forestales en el NEA y NOA podrían incorporar barcazas para mover su producción.

Y en energía, Vaca Muerta se suma al juego: el transporte de combustibles y fertilizantes desde la cuenca neuquina hacia los puertos del río podría articular nuevas sinergias entre el agro y el gas. Incluso se menciona el uso futuro de biocombustibles como el biometano para propulsar embarcaciones.

En minería, el desafío logístico se complica: cobre, litio y otros minerales del NOA y Cuyo podrían requerir soluciones multimodales, en las que la hidrovía cumpliría un rol clave, incluso si la salida principal fuera el Pacífico.

Inversiones, integración y desafíos regionales

Brasil ya tiene en marcha su propia hoja de ruta. Con la reactivación del tramo Cáceres-Corumbá, se espera un embarque anual de 5 a 6 millones de toneladas de soja y maíz desde Mato Grosso y Mato Grosso do Sul. Dragado, desarrollo de puertos y tecnología ambiental son los pilares del plan brasileño.

Paraguay, en tanto, suma nuevos jugadores al tablero logístico. La planta de celulosa Paracel y una cementera en Concepción generarán un tráfico estimado de 7,3 millones de toneladas anuales, y el Corredor Bioceánico Porto Murtinho-Carmelo Peralta podría convertirse en una vía clave para el comercio fluvial.

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Las exportaciones agroindustriales podrían crecer un 82% hacia 2035, alcanzando los 251 millones de toneladas.

Bolivia tampoco se queda atrás. Además de utilizar la HPP para exportar productos agroindustriales e importar combustibles, el yacimiento de hierro El Mutún podría cambiar la ecuación logística del país, si se mejora el acceso a Puerto Busch.

Uruguay, por su parte, desempeña un rol clave como punto de transbordo. Nueva Palmira, con una terminal para minerales y una creciente infraestructura para graneles líquidos, actúa como “hub fluvial” complementado por el puerto de Montevideo, que avanza hacia un calado de 14,3 metros.

Este sistema bimodal puede ofrecer una logística eficiente, similar a modelos de Europa y Asia.

Infraestructura, eficiencia y una oportunidad en juego

Para alcanzar ese futuro de 38 millones de toneladas, hay una condición clave: mejorar el calado de los puertos del Gran Rosario hasta los 40 pies, lo que permitiría operar con barcos de mayor capacidad y reducir costos.

La hidrovía no es solo una ruta fluvial. Es una herramienta estratégica para mejorar la competitividad regional, diversificar las exportaciones y vincular sectores que antes funcionaban por separado.

La apuesta está sobre la mesa. Ahora, todo depende de que se concreten las inversiones y se mantenga un marco regulatorio estable.

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