La compañía suiza definió los plazos para el inicio de la construcción de la mina en San Juan. La hoja de ruta incluye inversión récord, búsqueda de socios y adhesión al RIGI, mientras en paralelo reactiva Alumbrera y afianza el desarrollo de MARA.

Glencore decidió mover una de sus piezas más importantes en Argentina: planea iniciar en 2029 la construcción de la mina en su proyecto de cobre El Pachón, en San Juan, con la primera producción estimada para 2034.

El dato surgió de una presentación formal ante accionistas durante el Día de los Mercados, un escenario donde la compañía delineó su hoja de ruta.

Entre los datos más relevantes de la presentación, Glencore confirmó que considera la incorporación de un socio de capital para “dimensionar correctamente los riesgos”.

Allí, la minera expuso que El Pachón es uno de los depósitos de cobre sin desarrollar más grandes del mundo, con aproximadamente 6.000 millones de toneladas de mineral a una ley de 0,43%.

Esa magnitud permite pensar en un desarrollo por fases, adaptado a la dinámica global del cobre y a las oportunidades de inversión que abre el nuevo régimen argentino.

La proyección de producción de cobre en El Pachón

El esquema planteado parte de una operación inicial de 185 ktpd (kilotoneladas por día), para luego escalar a 270 ktpd o incluso 360 ktpd, dependiendo de las condiciones de mercado y del ingreso de un socio estratégico.

Bajo el escenario de máxima capacidad —360 ktpd—, Glencore proyecta una producción promedio de 625.000 kilotoneladas de cobre al año durante la primera década, una cifra que ubicaría a Argentina dentro del grupo de países con mayor volumen de oferta del mineral.

La compañía también adelantó que la inversión requerida para la primera etapa se ubica entre USD 8.500 millones y USD 10.500 millones, una de las mayores apuestas del sector en Sudamérica.

Ese número podría replantearse cuando ingresen los resultados de los estudios de factibilidad que se harán una vez que el proyecto obtenga la aprobación del RIGI. La expectativa es que ese visto bueno llegue en el primer semestre del próximo año.

Una estrategia de capital que incluye socios y diversificación

Entre los datos más relevantes de la presentación, Glencore confirmó que considera la incorporación de un socio de capital para “dimensionar correctamente los riesgos”.

La escala del proyecto —tanto en volumen de extracción como en extensión temporal— explica esa búsqueda: se trata de un desarrollo que deberá sostenerse durante varias décadas, con infraestructura de alta complejidad y costos iniciales muy elevados.

La minera también destacó que “el nuevo marco de inversión (RIGI) del gobierno de Milei ha cambiado sustancialmente el panorama de inversión mediante garantías, incentivos fiscales y apoyo regulatorio”.

Mina Alumbrera, cobre, San Juan
Glencore sorprendió al confirmar el reinicio de la mina Alumbrera, en Catamarca, que había cerrado hace casi diez años tras más de dos décadas de operación.

En ese contexto, la compañía aseguró: “Nuestro equipo experimentado está preparado para llevar MARA y El Pachón a la decisión final de inversión y al desarrollo”.

El compromiso de Glencore con el RIGI no se agota en El Pachón. La empresa confirmó que también incluyó al proyecto MARA en Catamarca dentro del régimen, sumando una inversión combinada de USD 13.500 millones, el mayor monto comprometido desde que el esquema está vigente.

Según la compañía, la etapa de construcción generará más de 10.000 empleos directos, mientras que la fase operativa necesitará alrededor de 2.500 trabajadores. Se trata de un volumen de empleo inédito para la minería argentina reciente.

El regreso de Alumbrera

El anuncio de El Pachón no llegó solo. En paralelo, Glencore sorprendió al confirmar el reinicio de la mina Alumbrera, en Catamarca, que había cerrado hace casi diez años tras más de dos décadas de operación.

La matriz suiza retomará la actividad hacia fines de 2026 y espera comenzar a producir nuevamente durante la primera mitad de 2028.

Según detalló la empresa, la decisión se apoya en tres factores: un régimen fiscal más estable, mejores señales para la inversión minera y un mercado del cobre y el oro con precios sostenidamente altos.

Una vez en producción, Alumbrera aportará 75.000 toneladas de cobre, 317.000 onzas de oro y 1.000 toneladas de molibdeno en cuatro años, volviendo a colocar a Argentina en el circuito cuprífero internacional.

Aunque esos volúmenes están por debajo del récord de 2002, representan un retorno estratégico en un momento en que la demanda global de cobre está impulsada por la electrificación, la transición energética y la expansión de infraestructura.

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