Agua, luz, gas, combustibles y transporte bajaron considerablemente su incidencia en el esquema de subsidios nacionales. También se quitó el beneficio a comercios, pymes e industrias, con subas que superan el 2.000%. La apuesta por el cambio de matriz energética y la segmentación del consumo.

El Gobierno nacional está avanzando con un nuevo esquema de subsidios para los servicios de gas y electricidad, dejando atrás el criterio de casi universalidad del beneficio y acotando fuertemente la ayuda para alcanzar sólo a los sectores más vulnerables.

Como parte de estas definiciones, se ratifica también que se dejará de subsidiar a comercios, industrias y pymes que -en menor medida que los usuarios residenciales- no venían afrontando el costo pleno de los servicios.

Pero también se percibe el impacto en sectores como universidades, clínicas, clubes o edificios, por citar algunos sectores que afrontan el desafío de pagar las nuevas facturas de los servicios.

Según marca un estudio del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (UBA/Conicet), acumulado a marzo, los subsidios reales cayeron 69,9% a.a. explicados por una reducción real en transporte del 50% y en energía del 75,3%.

Las transferencias por subsidios al agua fueron nulas, lo mismo que para Aerolíneas Argentinas. Los subsidios al Transporte crecen 84,5% nominal y se reducen 50% en términos reales.

En Transporte el recorte se redujo en todo el país con el fin del Fondo Compensador, hasta el momento vigente. Apenas se mantienen algunos subsidios en el AMBA, aunque es incierto hasta cuándo seguirán. Mientras que Aysa, la empresa estatal de agua corriente, aplicó más del 200% de actualización en su tarifa.

El caso de los combustibles líquidos se convirtió en un símbolo: rápidamente, el gobierno liberó los precios del sector que están prácticamente en paridad con el valor internacional, y eliminó obligaciones a las empresas para abastecer el mercado local a nivel inferior, impulsando las exportaciones, pero afectando los valores internos.

Surtidores, estaciones de servicio, naftas
Los combustibles inicialmente liberados también tienen un freno del gobierno por la inflación.

Primer impacto de la quita de subsidios en el sector productivo

Según datos de la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (CATHEDA), el Estado nacional destinó $263.962 millones para subsidiar el costo del sistema energético nacional en febrero, lo que representa el 48% del valor total.

Según el informe de la entidad, el costo del sistema energético trepó a febrero a $554.920 millones, similar al de enero, donde el subsidio había sido del 78%.

Según marca un estudio del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (UBA/Conicet), acumulado a marzo, los subsidios reales cayeron 69,9% a.a. explicados por una reducción real en transporte del 50% y en energía del 75,3%.

«Las pymes serán las más perjudicadas con la suspensión de los subsidios a las tarifas de luz”, aseguró en este contexto la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires (FEBA), organización que nuclea a 250 Cámaras Empresarias Bonaerenses.

“La eliminación definitiva de los subsidios generará otro fuerte impacto en el sector. Desde las cámaras empresariales de la Provincia de Buenos Aires nos manifiestan su preocupación, ya que están cerrando muchos comercios y la industria está parada”, explicó la entidad.

En el último informe de CAME, se dio a conocer que las ventas minoristas pymes se retrajeron 12,6% en el mes de marzo, acumulando un declive del 22,1% en el primer trimestre del año, frente al mismo periodo del año pasado.

La meta que tiene el Gobierno para este año con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es reducir los subsidios del equivalente al 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB) al 1,3%, de los cuales los de energía tendrían que pasar de 1,6 puntos porcentuales a 1,1 p.p., un ajuste de entre 2500 y 3000 millones de dólares.

El nuevo esquema de tarifas de gas y luz que debería estar vigente a partir de mayo suma un nuevo desafío para más de 100.000 pymes productivas que deberán readecuar sus costos atendiendo no sólo la eliminación de todo tipo de subsidios hasta hoy vigentes, sino también la reciente actualización tarifaria en un contexto de fuerte caída de la actividad económica y en consecuencia de sus ventas.

En la última audiencia pública convocada por la Secretaría de Energía se destacó que el nuevo esquema no contiene ningún tipo de subsidio a las actividades productivas, al entender que no sería compatible subsidiar a la energía y tener precios liberados, por lo cual la decisión es sólo asistir con fondos públicos necesidades humanas básicas y cuando sea necesario, ya sea a través de una transferencia directa al banco, o un descuento en la factura de los beneficiarios.

El argumento esgrimido es que, en un contexto de recursos escasos, se eliminan subsidios a la demanda no residencial, como lo son los procesos productivos, dado que no es posible asegurar que los beneficiarios reales sean los sectores de menores ingresos.

¿Cuánto consume y cuánto paga una pyme?

Más allá del impacto de la quita de subsidios que se dará en breve, ya se están sintiendo los efectos del incremento en comercios e industrias pequeñas de los cuadros tarifarios.

Los segmentos con mayor incremento en el precio de la energía, según la resolución 7/2024 a partir de febrero, son los correspondientes a la demanda general del Distribuidor entre los que se encuentran los comercios e industrias pequeñas.

Las facturas de mayo y junio, van a llegar con montos que ya se denuncian impagables para cualquier comercio o industria pyme, y a esta situación se suma el anuncio de los nuevos cuadros tarifarios sobre los componentes de transporte y distribución, publicados por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) en el Boletín Oficial.

Pymes, Industria, Consumo energético
Las Pymes y comercios son los que deberán enfrentar un fuerte ajuste de las tarifas.

De acuerdo al relevamiento detallado de la consultora Economía & Energía, los comercios pequeños con una potencia de 10 KW y un consumo de 1.200 kwh/mes tuvieron un incremento del 276% en el precio mayorista de la energía para todo el país.

Hasta el mes de enero estos usuarios pagaban el 18% del costo de la energía mientras el restante 82% eran subsidios del estado nacional. A partir de febrero pagan un precio muy cercano al costo de generación.

Por otra parte, los pequeños usuarios industriales, con una potencia contratada de 35 KW y un consumo mensual de 6.500 Kwh/mes, tuvieron un incremento en el precio de la energía del 178%.

Hasta el mes de enero estos usuarios pagaban el 31% del costo de la energía mientras el restante 69% eran subsidios del estado nacional.

A partir de febrero pagarán un precio muy cercano al costo de generación. Con los nuevos precios mayoristas, la cobertura de costos de estos segmentos se eleva al 92%.

Según los cuadros tarifarios vigentes publicados en las principales provincias relevadas, en febrero de 2024 un comercio pequeño abona en promedio una factura de $169.000 sin impuestos ni bonificaciones mientras que una industria afronta un monto de $719.000 por mes.

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