Presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia
La gestión portuaria nos obliga a tener una idea clara sobre cómo será la operatoria portuaria en un futuro cercano y no tanto. Es una de las reglas básicas tomar decisiones hoy pensando en el escenario que habrá dentro de cinco, diez o veinte años en nuestros puertos.
En ese marco, dos de los debates centrales que compartimos hoy los puertos de todo el mundo –y que estuvimos tratando en un taller de UNCTAD celebrado en Buenos Aires- son cómo aprovechar las nuevas energías para tener un sistema más eficiente pero también más amigable con el medio ambiente; y también cómo integrar los procesos digitales a la operación portuaria.
En ambos casos el panorama es claro respecto de la necesidad de profundizar esas herramientas, pero el ritmo de las innovaciones suma incertidumbre respecto de cuál es la mejor estrategia, y cuál será la mejor oportunidad pensando en el mediano y largo plazo.
Lo que hay que hacer es incentivar la innovación para que si una tecnología todavía no es competitiva, lo sea.
Respecto de la energía, dada la evolución que tenemos lo que parece que es más rentable, por ahora en el corto plazo, es la solar y la eólica. Eso es lo que parece. Pero creo que no podemos negarnos a ninguna alternativa. Primero porque la tecnología evoluciona muy rápidamente y entonces a lo mejor la undimotriz, que hasta ahora ha pasado desapercibida, resulta que aparece un invento una innovación que la hace competitiva.
Lo que es determinante, y esto es muy importante, es ver cómo podemos conseguir que las energías sean competitivas con las no renovables, porque si no imponer un sistema de consumo por la fuerza no me parece oportuno.
Lo que hay que hacer es incentivar la innovación para que si todavía la solar no es competitiva, yo creo que lo es por los datos que tengo, pero si hace falta investigar más en eólica, lo hagamos, en otras, lo hagamos. Ahora vamos a ir al hidrógeno, ¿pero el hidrógeno para cuándo? Dentro de 10 años, entonces no. No tiene ningún sentido. Los recursos tenemos que ponerlos en las que pueden ser competitivas a corto plazo para llenar este bache, este hueco.
También hay mejoras de eficiencia que se pueden hacer sobre cuestiones que sí conocemos y están probadas. Hay varias cosas, a pesar de que los camiones están haciendo un esfuerzo tremendo de reducción de emisiones, la apuesta nuestra todavía tiene que ser por el ferrocarril que emite bastante menos de la mitad de lo que emite un camión.
Y eso nos lleva a un problema logístico considerable porque los puertos se han desarrollado más por el uso del camión que del ferrocarril por lo tanto tendríamos que buscar una logística integradora del ferrocarril que abarate costos porque claro, si resulta que para usar el ferrocarril tienes que hacer varios movimientos te encarece la operación, entonces hay que buscar la fórmula.
Las líneas ferroviarias de 750 o mil metros del puerto de Valencia están lo más próximas al puerto, de forma de que se pueda descargar y llevarlo al patio inmediatamente de una manera sencillita, y la logística tienen que estar pensada mas o menos en la línea de cómo integramos el camión, el ferrocarril y la naviera. Ahora el reto nuestro es mejorar la eficiencia y la logística en tierra, la integración de los distintos tipos de transporte.
