Las instalaciones en la región deberían alcanzar su pico este año, aunque el nuevo informe de BloombergNEF a la vez advierte sobre una desaceleración en los próximos años. Resaltan cambios positivos en la Argentina.
Las instalaciones de energía limpia en América Latina, con la eólica y la solar como protagonistas, “alcanzarán su punto máximo este año”, según un informe reciente de BloombergNEF (BNEF).
Sin embargo, BNEF prevé que las instalaciones anuales disminuirán en los próximos años. “Este descenso estará impulsado por el impacto de las tarifas más altas de transmisión, que afectarán especialmente a los proyectos solares de pequeña escala, y por la reducción y ausencia de acuerdos de compra de energía (PPA), lo que frenará el desarrollo de grandes instalaciones”, advierte
En el caso de la Argentina, el estudio resalta cambios significativos introducidos por el actual Gobierno que impactarán directamente en el sector energético.
Según la Agencia Internacional de Energía, Latinoamérica jugará un papel clave en esta expansión, con una proyección de 190 GW de nueva capacidad verde.
“El presidente argentino aprobó en julio una importante reforma económica que afectará directamente al sector energético”, señala el informe.
Entre las medidas destacadas, se incluye el Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI), diseñado para atraer capital extranjero a largo plazo.
Otro cambio relevante fue la revocación de la capacidad de Cammesa, el administrador del mercado energético argentino, para firmar PPA mediante subastas públicas.
Según el informe, “como resultado, se espera que los nuevos PPA para energías renovables se firmen exclusivamente a través del mercado corporativo”.
Brasil, con altas tasas de crecimiento
La consultora anticipa que las altas tasas de crecimiento que caracterizaron la transición energética en Brasil, el principal mercado de la región, “se enfriarán pronto”.
Según su análisis, tanto los proyectos de energía eólica como solar enfrentarán desafíos como el “exceso de oferta de energía, cuellos de botella en la transmisión y restricciones severas”.
En particular, la emergente energía solar de pequeña escala en Brasil, que fue responsable de gran parte de la inversión en energías limpias en América Latina, también se ve afectada por varios obstáculos.
Entre estos, se incluyen “el aumento de las tarifas de transmisión, las dificultades para obtener los permisos necesarios de los distribuidores de energía, la competencia con el mercado mayorista y los impuestos sobre la importación de módulos solares”.
En cuanto a México, el informe destaca que la reciente elección de Claudia Sheinbaum como presidenta trajo consigo cambios importantes en el sector energético.
“Un proyecto de ley aprobado recientemente limita la participación de generadores privados de energía al 46%. Esta legislación busca fomentar la inversión privada sin perder el control estatal sobre el sector”, apunta el informe.
Según la consultora, este marco podría mejorar las perspectivas para las energías renovables en comparación con el gobierno anterior, ya que un entorno más favorable a las empresas facilitaría el cumplimiento de estos objetivos.
Chile, por su parte, incrementó significativamente sus instalaciones de energías renovables en los últimos años.
“La energía eólica y solar representa un tercio de su electricidad, la mayor proporción de la región, y el país está en camino de alcanzar un récord en la instalación de estas fuentes, al mismo tiempo que cierra plantas a carbón”, informa el estudio.
Sin embargo, los problemas estructurales que afectaron al país limitarán el crecimiento de las energías renovables hasta finales de la década.
Entre estos desafíos, los cuellos de botella en la transmisión redujeron significativamente el progreso de muchos proyectos.
Para enfrentarlo, “los desarrolladores han tenido que combinar sus proyectos eólicos y solares con sistemas de almacenamiento de energía para mitigar las pérdidas financieras”.
Qué se espera para la energía limpia en el fututo
A pesar de que el sector alcanzará su máximo potencial este año, la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) publicó recientemente un informe sobre las proyecciones y análisis de las energías renovables hasta 2030.
En el documento se detalla que, en los próximos años, el mundo sumará más de 5.500 GW de nueva capacidad verde, lo que representa casi tres veces el aumento observado entre 2017 y 2023.
Latinoamérica jugará un papel clave en esta expansión, con una proyección de 190 GW de nueva capacidad verde.
La energía solar fotovoltaica será la principal fuente de crecimiento, representando el 72% de las incorporaciones, seguida por la energía eólica con un 19%, mientras que la hidroeléctrica tendrá un rol menor con el 5%.
Brasil liderará el desarrollo regional, con una participación del 58% en la capacidad proyectada para la región, es decir, alrededor de 110 GW. Este crecimiento será impulsado principalmente por el auge de la generación distribuida y los acuerdos bilaterales para proyectos a gran escala.
Chile, por su parte, contribuirá con el 14% de la nueva capacidad, es decir, unos 26,6 GW, a través de una combinación de licitaciones de suministro, plantas comerciales y contratos de PPA.
En el caso de Argentina, el país se encargará del 4% de las nuevas instalaciones (aproximadamente 7,6 GW), impulsado también por los acuerdos PPA y la participación activa en el mercado mayorista de electricidad.