El Departamento de Transporte del estado de Pensilvania aprobó normas para que los vehículos operen sin conductor en esos caminos. Las disposiciones exigen certificación y planes de seguridad, garantizando una implementación controlada y segura de esta tecnología.
Pensilvania ha dado un paso significativo en la modernización de su sistema de transporte al aprobar nuevas normativas para la operación de vehículos autónomos. Bajo la dirección del Departamento de Transporte del Estado (PennDOT), permitirá por primera vez que estos vehículos circulen por sus rutas sin la presencia de un conductor en el asiento.
Estas disposiciones buscan regular el uso de estos vehículos altamente automatizados (HAV, por sus siglas en inglés) para asegurar que su funcionamiento sea óptimo en las carreteras estatales.
Con esta normativa, las empresas certificadas tendrán la posibilidad de probar sus vehículos autónomos en rutas estatales, siempre que cumplan con las condiciones estrictamente reguladas por PennDOT.
La coordinación entre operadores y autoridades municipales es esencial para garantizar que la tecnología se implemente de manera segura y ordenada.
Uno de los requisitos fundamentales en estas nuevas regulaciones es la obtención de una Certificación de Cumplimiento, documento emitido por el departamento gubernamental que asegura que cada vehículo cumple con las leyes y directrices del distrito.
Este certificado exige que los HAV operen bajo los lineamientos de la Publicación 950, un documento técnico que detalla los estándares de seguridad y operación que deben seguirse para minimizar riesgos en la vía pública.
Así, se busca garantizar que estos vehículos sean seguros para todos los usuarios, reduciendo los posibles peligros asociados a la conducción autónoma.
Además, las empresas deben presentar un Plan de Gestión de Seguridad exhaustivo, que incluya la estructura técnica y de diseño del vehículo, así como las medidas de seguridad que se hayan incorporado en su fabricación.
Este plan también debe incluir la capacitación de los operadores humanos, quienes, aunque no estén físicamente presentes, deben estar capacitados para monitorear y actuar en caso de situaciones imprevistas.
Vehículos autónomos, operación remota y colaboración local
Una de las innovaciones más destacadas de estas nuevas pautas es la posibilidad de operar vehículos autónomos de forma remota. Esta modalidad brinda una gran flexibilidad a las empresas, ya que pueden monitorear y gestionar las flotas desde ubicaciones externas.
No obstante, es una capacidad que requiere una comunicación precisa y obligatoria: PennDOT ha impuesto la obligación de que las empresas informen a las autoridades locales con un mínimo de diez días de anticipación al inicio de operaciones de vehículos autónomos en cualquier jurisdicción específica.
La coordinación entre operadores y autoridades municipales es esencial para garantizar que la tecnología se implemente de manera segura y ordenada.
Asimismo, los procedimientos incluyen protocolos para los servicios de emergencia, quienes recibirán instrucciones para identificar, asegurar y responder ante situaciones con estos vehículos.
Estas medidas abarcan desde el manejo de incendios hasta los procedimientos de remolque, asegurando que las autoridades locales y de emergencia tengan el conocimiento necesario para intervenir de manera eficaz en caso de incidentes.
Por otro lado, las empresas que operen HAV en Pensilvania estarán obligadas a enviar informes periódicos sobre cualquier incidente o problema de seguridad que ocurra durante la operación de estos vehículos. Este monitoreo incluye la notificación inmediata de accidentes graves, como aquellos que involucren lesiones personales, daños considerables a la propiedad o incluso fallecimientos.
La creación de este marco regulatorio ha sido el resultado de un trabajo conjunto entre PennDOT, expertos de la industria de vehículos autónomos y el Comité Asesor de Vehículos Altamente Automatizados, establecido en 2018 para promover investigaciones y establecer las mejores prácticas en el sector.
Gracias a este esfuerzo colaborativo, Pensilvania se posiciona como uno de los estados pioneros en Estados Unidos en permitir la operación de vehículos autónomos sin supervisión física directa.