Se prevé que el uso de este combustible de altas emidiones caerá en los países desarrollados, principalmente en la Unión Europea. La evolución del consumo dependerá de la electricidad, que absorbe dos tercios de este combustible.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) informó que la demanda global de carbón se mantendrá casi inalterada durante este año y el próximo, en contraste con el crecimiento de las energías renovables, en pleno auge.

El consumo global de carbón, un alto emisor de gases de efecto invernadero que alcanzó el máximo histórico en 2023 con un crecimiento del 2,6 %, va a permanecer estancado tanto este año como el próximo, según el informe de la AIE.

La demanda va a seguir cayendo en los países desarrollados y, sobre todo, en Europa, mientras continuará subiendo en algunas economías emergentes, principalmente de Asia, señala la proyeccio´n de la Agencia.

El año próximo, la demanda global permanecerá más o menos estable en torno a los 8.700 millones de toneladas, aunque el informe resalta que la evolución dependerá de la electricidad, que absorbe dos tercios del carbón, y que experimenta mayores fluctuaciones, por ejemplo, debido a las condiciones climáticas.

El informe destaca que, aunque el carbón se utiliza en mayor medida en los sectores eléctrico e industrial, el principal factor detrás de este aumento ha sido su empleo para compensar la disminución en la producción hidroeléctrica y atender la creciente demanda de electricidad.

El análisis de la AIE sugiere que, con las políticas actuales y las tendencias del mercado, la demanda mundial de carbón se mantendrá estable hasta 2025.

El año próximo, la demanda global permanecerá más o menos estable en torno a los 8.700 millones de toneladas, aunque el informe resalta que la evolución dependerá de la electricidad, que absorbe dos tercios del carbón, y que experimenta mayores fluctuaciones, por ejemplo, debido a las condiciones climáticas.

Por lo que respecta a la producción, el pasado año también se alcanzó un pico histórico de 8.900 millones de toneladas, con incrementos considerables de los tres primeros países que por sí solos -China, India e Indonesia- representan el 70% del total mundial.

Qué países empujan la demanda de carbón

A pesar del avance continuo en la adopción de energía solar y eólica, que está ralentizando el ritmo de crecimiento del uso de carbón en China, se estima que la demanda de electricidad en el país aumentará un 6,5% este año.

Esto hace improbable una reducción en el consumo de carbón a corto plazo.

carbon
El consumo global de carbón, que alcanzó el máximo histórico en 2023 con un crecimiento del 2,6 %, va a permanecer estancado tanto este año como el próximo.

En India, se anticipa que el crecimiento de la demanda de carbón se moderará en el segundo semestre de 2024. Esto se debe a que se espera que las condiciones meteorológicas se normalicen y que la producción hidroeléctrica mejore.

En la Unión Europea, después de una caída superior al 25% en 2023, se proyecta que la generación de electricidad a partir del carbón descenderá casi en la misma proporción este año.

Por otro lado, aunque el uso de carbón en Estados Unidos también ha disminuido significativamente en los últimos años, el aumento en la demanda de electricidad y la menor transición del carbón al gas natural podrían interrumpir esta tendencia en 2024, según el informe.

¿Es posible prescindir de los combustibles fósiles?

En la reciente Conferencia de las Partes 28 (COP28), celebrada en Dubai, 198 países acordaron triplicar la capacidad global de energías renovables y duplicar la tasa de mejora anual de la eficiencia energética para 2030. Este objetivo busca acelerarse mediante una reducción progresiva del uso de energía basada en carbón.

Uno de los principales objetivos del acuerdo es «dejar de utilizar combustibles fósiles en los sistemas energéticos de manera justa y ordenada, acelerando la acción en esta década para lograr cero emisiones netas para 2050«. No obstante, estas metas han sido cuestionadas por diversas voces.

Haitham Al Ghais, Secretario General de la OPEP, ha expresado dudas sobre la viabilidad de estas metas, afirmando que «la industria petrolera, las energías renovables y los vehículos eléctricos no funcionan de manera aislada».

Al Ghais subraya que no es realista pensar que el petróleo, el carbón y el gas puedan ser eliminados de inmediato y reemplazados únicamente por vehículos eléctricos y plantas de energía solar y eólica.

Además, destacó que «los productos derivados del petróleo también son esenciales en excavadoras, topadoras y camiones volquete en sitios mineros, así como en el transporte de minerales desde los centros de oferta hasta los de demanda».

Por otro lado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó su compromiso con la transición hacia energías limpias, pero también destacó que su país continuará explotando petróleo.

Lula argumentó que «el mundo no está preparado» para eliminar por completo los combustibles fósiles en este momento.

«Apoyo la transición energética, pero la realidad es que el mundo aún no puede prescindir del petróleo», declaró el presidente de Brasil, país que también es miembro de la OPEP.

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