La situación puede dificultar los ingresos de buques de gran porte a Montevideo y otras terminales. Senadores y autoridades del sector piden que el calado en la principal terminal del país alcance los 14 metros.

Sobre el cierre de un año marcado por disputas gremiales y la pérdida de tráfico en Montevideo en favor de Buenos Aires, al sector portuario de Uruguay se le suma otro dolor de cabeza. A día de hoy, la flota de dragado de la Administración Nacional de Puertos (ANP) atraviesa una situación crítica, con apenas el 30% de sus equipos operativos.

Según el informe interno presentado por la gerencia de Dragado, el 70% de las embarcaciones se encuentra fuera de servicio debido a problemas que incluyen atrasos en mantenimiento, certificados vencidos y corrosión en buques.

La incapacidad de mantener la flota operativa pone en riesgo el Puerto de Montevideo y otras terminales uruguayas.

El diagnóstico fue elaborado por Manuel Ferrer, ingeniero naval y gerente del área de Dragado, junto a John Parodi, contador y subjefe del departamento Flota y Dragado. Ambos responsables señalaron que “solo el 30% de la flota está actualmente en condiciones operativas”, por un deterioro significativo de la infraestructura portuaria.

Entre los factores que explican la situación se destacan la antigüedad de los equipos, la escasa inversión en reparaciones, la falta de estudios técnicos exigidos por la Prefectura Nacional Naval del país vecino, la limitada disponibilidad de diques para mantenimiento y la ausencia de planificación de varadas en años anteriores.

Esta coyuntura tiene un efecto directo sobre la operatividad portuaria. El dragado permite que los buques puedan ingresar a los muelles con seguridad y determina la profundidad que los barcos pueden aprovechar para cargar, lo que repercute directamente en la eficiencia logística y los ingresos que generan los puertos.

La incapacidad de mantener la flota operativa pone en riesgo el Puerto de Montevideo y otras terminales uruguayas, limitando la recepción de buques de gran calado y potencialmente afectando la competitividad del país en el comercio exterior.

Una problemática con tintes políticos en Uruguay

El tema ha sido objeto de debate político. El senador Jorge Gandini destacó que es necesario profundizar el canal de acceso al Puerto de Montevideo y señaló que “tenemos que llevarlo a 14 metros” para garantizar la competitividad frente a otros puertos de la región.

Gandini explicó que la extensión del dragado es crucial para competir con el puerto brasileño de Río Grande, que opera con un calado de 16 metros, y para atraer embarcaciones de mayor porte, cada vez más comunes en el comercio marítimo internacional.

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La falta de mantenimiento deja al 70% de la flota de dragado fuera de servicio.

La discusión sobre la profundidad del dragado también recibió respaldo de Álvaro Delgado, presidente del directorio del Partido Nacional, quien recordó que el compromiso de alcanzar los 14 metros fue asumido en acuerdos bilaterales con Argentina, pero aún no se ha implementado. “Para nosotros es absolutamente importante avanzar cuanto antes”, afirmó Delgado.

Según el informe de la ANP, los obstáculos para recuperar la capacidad operativa incluyen dificultades para conseguir repuestos críticos y la necesidad de intervenciones profundas que requieren coordinación con astilleros y diques. Esto implica que la resolución de la situación demandará recursos, planificación técnica y voluntad política.

Disputas gremiales en el puerto de Montevideo

El Puerto de Montevideo estuvo virtualmente paralizado durante todo octubre debido a un conflicto entre la Terminal Cuenca del Plata (TCP) y los trabajadores por la implementación de un nuevo software. La disputa se extendió cuatro semanas, con paros y asambleas que afectaron incluso a Montecon, la terminal que maneja cerca del 25% del tráfico portuario de la ciudad.

Durante el conflicto, nueve buques cancelaron sus recaladas en Montevideo y se sumaron una decena de cruceros antárticos que debieron trasladar sus operaciones a Buenos Aires, lo que provocó pérdidas millonarias para exportadores y empresas portuarias.

Según la Unión de Exportadores, solo durante los primeros siete días de paro, las pérdidas ascendieron a al menos 60 millones de dólares.

El conflicto concluyó el 28 de octubre con un preacuerdo refrendado en asamblea, que incluyó un bono extra para los trabajadores, la creación de una mesa de seguimiento tecnológico y la garantía de no despidos.

El ministro de Trabajo, Juan Castillo, destacó que el entendimiento fue posible gracias a “la constancia y la apuesta al diálogo tripartito”, subrayando la importancia de mantener la negociación incluso en momentos de alta tensión.

Sin embargo, a mediados de noviembre la tregua alcanzada en el puerto de Montevideo, tras el largo diferendo entre la terminal de contenedores y los trabajadores, volvió a romperse, con otro paro de 24 horas en el marco de la disputa salarial. La tensión aún persiste, aunque no hubo medidas adicionales por parte del sindicato.

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