Un informe de Cammesa señala que la demanda eléctrica llegará a su pico en febrero y sobrepasará al sistema, incluyendo las importaciones. El Gobierno debe abordar las limitaciones del parque de generación para garantizar el abastecimiento.
En un reciente informe, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) advirtió sobre la posibilidad de cortes de luz masivos en Argentina durante febrero de 2025. Esta alerta se debe a que se espera un pico de consumo récord, alcanzando los 30.700 megavatios (MW).
Según la estatal, la insuficiencia de la energía producida, incluso con importaciones, pone en riesgo la estabilidad del suministro eléctrico en el país, más aún con la pédida de herramientas que tuvo Cammesa.
De hecho el reporte de la mayorista llega poco después que el Gobierno le quitara la facultad de comprar combustibles y gas para abastecer a las centrales térmicas. En ese contexto, el informe subraya la necesidad urgente de invertir en generación eléctrica para evitar estos cortes.
Los factores que podrían derivar en cortes de luz
Sin las inversiones necesarias, el sistema eléctrico no podrá cubrir la demanda, lo que obligaría a implementar cortes programados para evitar un colapso, advierten en Cammesa.
A este escenario, hay que agregarle que la capacidad proyectada disminuyó luego de que el gobierno canceló la licitación TerConf, que buscaba ampliar el parque termoeléctrico.
La convocatoria había sido adjudicada en noviembre de 2023 y preveía una inversión de aproximadamente 4.000 millones de dólares para incrementar la capacidad de generación en 3.340 MW.
La situación es crítica debido a la alta demanda de energía en los meses de verano, exacerbada por las olas de calor cada vez más frecuentes.
En los últimos años, Buenos Aires ha experimentado hasta seis olas de calor y 21 días consecutivos con temperaturas superiores a los 25°C.
Sin las inversiones necesarias, el sistema eléctrico no podrá cubrir la demanda, lo que obligaría a implementar cortes programados para evitar un colapso.
La proyección de Cammesa indica que la demanda oscilará entre los 30.500 y 30.700 MW entre diciembre y marzo de 2025.
Esto significa que el sistema podría enfrentarse a un déficit de hasta 3.000 MW en días de máximo consumo.
En estos escenarios, se operaría con reservas rotantes reducidas, lo que incrementa el riesgo de Energía No Suministrada (ENS) y cortes programados.
Según el documento oficial, la probabilidad de abastecer el pico máximo con las reservas requeridas es del 80,9%, lo que deja un 19% de probabilidad de necesitar medidas operativas adicionales.
En ese marco, se necesitaría una oferta adicional de 3.000 MW provenientes de importaciones, para que la probabilidad de garantizar el suministro salte al 97%, sin embargo, esto depende de que el sistema funcione sin problemas, incluyendo la disponibilidad de gas y combustibles líquidos.
Proyectos cancelados y problemas financieros
La suspensión de distintos proyectos destinados aumentar la capacidad de generación y transmisión de energía aumentan la incertidumbre.
A la baja de TerConf se le suma al enfriamiento de las inciativa para ampliar ampliar las estaciones transformadoras Plomer y Smith en el Gran Buenos Aires, que iba a financiar China.
La situación también se complica por los problemas financieros de las empresas generadoras de energía, que han visto reducida su capacidad de inversión debido a la decisión del gobierno de pagar con un bono en dólares y recortar efectivamente el 50% de los subsidios.
Las empresas argumentan que esta medida ha disminuido los recursos disponibles para el mantenimiento de las máquinas, aumentando el riesgo de que no estén operativas cuando se necesiten.
El informe de Cammesa señala que los problemas más graves podrían ocurrir entre la semana 9 y 10 de 2025, del 27 de febrero al 12 de marzo.
Durante este periodo, el Gran Buenos Aires podría superar la demanda de 11.200 MW registrada en marzo de 2023, lo que resultaría en sobrecargas en las líneas de alta tensión y un suministro de energía al límite.