Periodista especializada en Minería, Energía y Ambiente.
El financiamiento para el inicio de la construcción -aún sin fecha estimada- del megaproyecto de cobre de San Juan podría involucrar a una compañía minera mayor o una empresa consumidora de concentrados de cobre. Demadará una inversión de Usd 4100 millones durante cuatro años.
La aprobación del Informe de Impacto Ambiental para el proyecto Josemaría (o DIA, que son las siglas de Declaración de Impacto Ambiental en la jerga minera), que fue otorgada por la autoridad minera de San Juan a la empresa canadiense Lundin Mining en abril de 2022, generó para todo el arco minero nacional grandes expectativas sobre el inicio de su construcción, que se estima demandará Usd 4100 millones.
Poco días antes del primer aniversario de ese “hito significativo”, tal como lo calificó en su momento la compañía, el VP de Asuntos Corporativos, Alfredo Vitaller, ratificó el compromiso de desarrollar y operar el mega emprendimiento de cobre, que cuenta con reservas minerales probadas y probables de 6.700 millones de libras de cobre, 7 millones de onzas de oro y 30,7 millones de onzas de plata, durante una conferencia de prensa presencial en la ciudad San Juan y también virtual para el resto del país.
En Argentina hay proyectos de cobre en carpeta por más de Usd 20.000 millones, algunos en etapa de exploración avanzada, y otros en factibilidad
Declaraciones previas a la prensa internacional del CEO de Lundin Mining, Peter Rockandel, donde decía que como parte de la búsqueda de financiamiento para imprimir mayor celeridad a Josemaría, también se podría vender una participación mayoritaria a otras empresas, motivaron la necesidad de aclarar públicamente el posicionamiento de la firma en relación al proyecto.
“Nos encontramos evaluando diferentes posibles opciones de financiamiento, entre las cuales se está también considerando la incorporación de uno o más socios estratégicos. Con Josemaría siendo un megaproyecto, el financiamiento podría involucrar a una compañía minera mayor o una empresa consumidora de concentrados de cobre, fórmula que ha sido usada en otros proyectos de esta magnitud”, señalaron desde la firma.
De acuerdo con Vitaller, actualmente el proyecto se encuentra en una etapa de pre-construcción, que implica el análisis de la ingeniería y el otorgamiento de una serie de permisos sectoriales.
“Nuestra meta para este año es tratar de concluir con la revisión de ingeniería que requiere el proyecto y luego avanzar hacia una etapa de financiación”, confirmó el directivo. “La figura de un socio estratégico no es determinante ni un condicionante para avanzar. Lundin Mining puede buscar otras vías de financiamiento diferentes, pero siempre con el interés en ser quien conduzca los destinos de Josemaría”, aclaró.
En el último reporte de la compañía (publicado en octubre) se indica además que: “Se realizan trabajos de revisión de los costos de capital para entregar un reporte técnico actualizado hacia la segunda mitad del año 2023”.
Con la mina de oro Veladero que anticipó su cierre de producción para antes de que termine la década, más el duro golpe que implicó el hecho de tener que dejar en el camino al proyecto Lama, el brazo argentino del plan binacional con Chile, Pascua-Lama, los sanjuaninos ponen todas sus expectativas en el paso a paso de Josemaría hacia el inicio de producción, en el que se prometen más de 4000 empleos locales. En tanto, para la fase de construcción, se prevén que se requerirán entre 8.000 y 10.000 empleos directos durante los cuatro años y cuatro o cinco veces más en empleos indirectos.
Para las arcas nacionales, también la concreción de el megaproyecto de cobre se presenta como uno de los anhelos más importantes. Argentina no cuenta con ningún proyecto de cobre en operación desde que el yacimiento Bajo de la Alumbrera, en la provincia de Catamarca, cesó sus operaciones en el año 2018, y si bien Josemaría no es el único en carpeta (en total, se enlistan 8 proyectos de similar envergadura), es el que más avanzó en cuanto a los pasos previos a su inicio operativo.
“Aún no podemos decir exactamente cuándo se iniciará la construcción, ya que esto depende de muchos factores”, puso un freno Vitaller. “En Argentina hay 17 tipos de cambio e incertidumbre electoral, son entre otras cosas las que preguntan los inversores interesados en este gran yacimiento de cobre que demanda el mundo”, explayó.
Para el sector minero, el cercano inicio de Josemaría no solo se remarca por su avance en cuanto a los procesos previos a la fase de construcción propiamente dicha, sino porque se estima que su efectiva puesta en marcha podría traccionar a los otros ocho desarrollos (Taca Taca, Los Azules, Pachón, Filo del Sol, Altar, Mara y San Jorge).
Además, durante la conferencia se hizo mención a la reciente licitación relacionada al avance del proyecto, que tiene que ver con las tareas de mantenimiento de un tramo de 76 kilómetros de la Ruta 430, que va de Malimán hasta el ingreso al Parque San Guillermo. Esos trabajos quedaron adjudicados a una firma procedente del departamento Iglesia, denominada El Faro. Este mantenimiento vial también permitirá continuar con los relevamientos relacionados a la línea de base ambiental y estudios complementarios para la ingeniería de detalle del futuro “Corredor Norte”, así como para la línea de base ambiental de la futura Línea de Extra Alta Tensión (LEAT) que abastecerá de energía a la mina.
Cobre: para 2030, el mundo va a necesitar 35 proyectos como Josemaría
El consumo de cobre va a crecer exponencialmente en todo el mundo impulsado por el contexto de la transición energética y la movilidad eléctrica. Esto ocurre porque las tecnologías que las permiten –como vehículos eléctricos, turbinas eólicas, paneles solares, etc.– necesitan de minerales para poder funcionar y, entre ellos, el cobre tiene un amplio protagonismo debido a sus altas tasas de conductividad eléctrica y por su ductilidad y maleabilidad.
Para poner en contexto, las previsiones de actores del sector indican que la demanda de cobre a nivel mundial para el 2030 aumentará a 33 millones de toneladas. Este salto implica que será necesario incorporar 35 proyectos de cobre de dimensiones similares a las de Josemaría.
De acuerdo con un informe de coyuntura del mercado de cobre publicado por la Secretaría de Minería de la Nación, en Argentina hay proyectos de cobre en carpeta por más de Usd 20.000 millones. Algunos están en etapa de factibilidad como Taca Taca, en Salta, Los Azules, Pachón o Filo del Sol, en San Juan, o en exploración avanzada, como Altar, también en San Juan, o prefactibilidad como el proyecto Mara, que se plantea en Catamarca como un empalme con el cierre de Bajo de la Alumbrera y que podíra aprovechar la infraestructura existente asociada con la exmina, hoy en desuso, para su desarrollo y operación, y el proyecto San Jorge, en Mendoza.
Según el documento, Pachón, Los Azules y Taca Taca sumados representan el 66% de los recursos y reservas totales de cobre de Argentina. Su construcción y puesta en marcha demandarán más de Usd 10.000 millones, casi la mitad de la inversión total proyectada para los 8 proyectos (Usd 22.200 millones).
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