Con un crecimiento exponencial de las ventas online que se mantuvo tras la pandemia, el sector logístico tuvo que adaptarse rápidamente al nuevo escenario. Seguimiento paso a paso y nuevas redes, entre los principales cambios.
Por Lucas Martínez
En los últimos años, el comercio electrónico se transformó en una parte fundamental del mercado minorista a nivel global. La irrupción del ecommerce, que se vio acelerada en la pandemia, tuvo un impacto significativo sobre las operaciones logísticas: instaló hábitos de consumo que aún hoy moldean la realidad del sector.
La transformación digital y la innovación tecnológica son actualmente los aspectos clave a desarrollar para gestionar el nuevo volumen de pedidos que se realizan por el canal online.
Este escenario impactó tanto en las empresas dedicadas a las operaciones logísticas, que se vieron obligadas a desarrollar su contraparte virtual para mantenerse competitivas, como en aquellas minoristas alejadas al rubro, que tuvieron que sumar a sus equipos personal especializado en logística para contar con su ecommerce propio.
No obstante, esto no sucede en todos los casos: muchas compañías optan por tercerizar los procesos relacionados con la última milla -que van desde la administración de los inventarios hasta la gestión de los envíos-, mientras que otras, directamente utilizan las plataformas más consolidadas y populares para ahorrar costos.
La información, uno de los valores más influyentes para las empresas, también es un beneficio para los clientes, que pueden jerarquizar cada vez más sus elecciones.
Lo que a esta altura de 2023 no puede negarse, es que la presencia online es fundamental y, prácticamente, mandataria para el éxito comercial. Según estimaciones de eMarketer, las transacciones vía negocios digitales alcanzarán cerca de 6.5 billones de dólares este año y superará los 7 billones para 2025.
El pronóstico de crecimiento de las ventas ecommerce en retail es de alrededor del 9%, un alza que se mantendrá bastante estable durante el próximo trienio. Si bien las predicciones muestran una estabilización tras el aumento disparado en 2020, es claro que este segmento ya ocupa una gran parte del mercado y supone desafíos logísticos sin precedentes.
Actualmente, las empresas se dividen entre las que supieron adaptarse a las nuevas exigencias y lograron ampliar su portafolio de procesos logísticos, las que se encuentran en desarrollo de su presencia digital, y las que por distintas cuestiones quedaron rezagadas y luchan por mantenerse a flote apoyándose en sus operaciones.
Las lógicas del nuevo mercado
La influencia del ecommerce ha transformado profundamente las lógicas del mercado. “Históricamente, las empresas eran las que tiraban del mercado empujando la ofertas y los consumidores elegían de los que había, ahora eso ha cambiado”, explica Cristian Ferreyra, Fundador de Hub logístico, Co fundador de HubxLina y actual director logístico de Kaibos.
En paralelo a las nuevas herramientas que ofrecen las plataformas digitales que componen el universo del comercio electrónico, llegaron herramientas para los clientes.
La información, uno de los valores más influyentes para las empresas, también es un beneficio para los consumidores, que pueden jerarquizar cada vez más sus elecciones y cuenta con más recursos para tomar decisiones.
“Ahora es el cliente el que tira de la propuesta de valor y eligen ellos, qué producto quieren, cuándo lo quieren, hacen sugerencias, piden por cual canal lo quieren, si lo buscan en físico, pero lo quieren digital, entonces las marcas que quieran adelantarse a las exigencias de la demanda, deben concentrarse en el consumidor”, explica Ferreyra.
Otra cuestión clave que destaca el especialista es la decisión que toman las firmas sobre la manera en la que ingresan el mercado digital. La discusión ya no se limita a tener un canal online o no, ahora las empresas deben elegir si desarrollar o no su propia tienda digital.
“En online podés vender en tu propia tienda donde sos dueño y señor de las políticas de precios, estableces qué tipo de colecciones vas a mostrar, con qué frecuencia, con que profundidad, con qué tipo de envíos, etcétera”, destacó el especialista.
Pero señaló que el factor más determinante para tomar esta decisión tiene que ver con el dato. “El dato es el nuevo petróleo y es la forma en que las empresas toman mejores decisiones”, destacó el directivo. “Con tu propia tienda online sos el dueño de los datos de los consumidores”, agregó.
Esto toma relevancia ya que la alternativa es emplear plataformas digitales ya instaladas y con un alto volumen de consumidores, como ocurre a nivel global Amazon, y en un plano nacional, con Mercado Libre. “Cuando te vas a un market place, es la casa de otro, ahí alquilas un escaparate virtual, pero ahí no sos el dueño del dato, obtenés el dato mínimo, quien compra, la dirección y poco más”, sostiene Ferreyra.
En la actualidad, estas mega firmas cuentan con las operaciones logísticas más completas del mundo, tanto en el aspecto tecnológico y de equipamiento, como en la capacitación profesional. Esto lleva a muchas firmas a emplear una tercera opción, es decir, tener ambos canales.
“Las empresas optan por tener un portafolio de venta física y online, y sobre el online lo dividen en un 70% en inversión para una tienda propia y el 30% lo llevo al market place”, señala Ferreyra aunque advierte que el porcentaje varía dependiendo del producto o servicio entre otras cuestiones.
En ese sentido, aclara que las estrategias logísticas tienen que estar preparadas para las dos cosas, porque despachar desde una plataforma de terceros no es lo mismo que hacerlo desde tu hub al cliente final. “Si usas un market place tenés que seguir las reglas que ponen ellos, lo que incluye hacer un shipping plan, contratar fletes aprobados por ellos, y por ende la estructura logística requiere de un amplio conocimiento”, explica el fundador de hub logístico.
Es claro que el nuevo escenario llegó de manera acelerada y demanda operaciones logísticas más completas, con personal resiliente y flexible, que sepa adaptarse a las nuevas dinámicas.
Si usas un market place tenés que seguir las reglas que ponen ellos, lo que incluye hacer un shipping plan, contratar fletes aprobados por ellos, y por ende la estructura logística requiere de un amplio conocimiento
Al mismo tiempo, las exigencias de los consumidores, atravesadas por las lógicas surgidas en el comercio electrónico, implican una nueva mirada del mercado, ahora enfocado en los clientes, que tiran de la oferta y la llevan a innovarse.
Nuevo escenario, más desafíos y mejores profesionales
Para conocer más sobre los impactos del comercio electrónico en la industria a nivel nacional, Dinamicarg dialogó con Alejandro Leiras, Director de capacitación de la Asociación Argentina de Logística Empresaria, (ARLOG), una de las instituciones de referencia en el ámbito logístico que está compuesta por profesionales y empresarios vinculados al sector.
“El ecommerce está desafiando a la logística en el aspecto tecnológico, en la comunicación y en la preparación de personas, es decir, no solo necesitás profesionales técnicos, sino profesionales dinámicos”, consideró el especialista. En esa línea, explicó que la demanda de los clientes está caracterizada por el dinamismo, lo que genera un mayor interés en la preparación y profesionalización de los recursos con los que cuentan las empresas.
Entre las claves para afrontar las nuevas exigencias de los clientes en medio de un contexto económico complejo, Leiras hizo especial énfasis en la capacitación del personal. “No solo se necesitan profesionales que sean conocedores de los temas formales, sino personas que puedan integrar procesos, ganar flexibilidad. Lo más complejo que hoy tiene la logística no es tanto la tecnología, que sí, acá requiere costos de inversión muy altos, sino desarrollar personas que tengan la capacidad de dar respuestas dinámicas”, explicó.
Según el directivo de ARLOG, el mercado digital no pide rapidez tanto como si requiere de certezas, “muchos hablan del same day –entregas en el día-, pero lo que hoy reclaman los clientes son entregas programadas, quieren los pedidos en un determinado lugar a una determinada hora”.
De esta manera, hoy las organizaciones tienen el desafío de preparar a los profesionales tanto en los niveles de dirección como en los de operación. La preparación tiene que ser amplia, es decir, los conocimientos formales (académicos) sirven para crear hipótesis y seguir metodologías con rigor científico que permitan nuevos e innovadores escenarios.