En noviembre el sector alcanzó un superávit de USD 859 millones y acumuló 6.900 millones en 11 meses. Los volúmenes de crudo exportado siguen en fuerte crecimiento y balancean la baja del barril en los mercados. Y estiman que para el cierre de año, el positivo superará los 7.500.
El sector de los hidrocarburos cerrará un año histórico de la mano de Vaca Muerta. A pesar de los precios deprimidos del petróleo, los volúmenes vendidos al exterior no paran de crecer y en noviembre se alcanzó la balanza energética más alta del año.
De acuerdo a los datos oficiales, este saldo positivo respondió a una combinación de mayores ventas al exterior y un nivel contenido de importaciones. El superávit del mes significó un ingreso de 859 millones de dólares, consolidando una tendencia que se mantiene a lo largo del año.
Además del crudo, otros productos energéticos contribuyeron al resultado de noviembre. El gas natural mostró un crecimiento relevante en términos interanuales, al igual que los envíos de butanos y naftas,
Con este resultado, el acumulado anual se ubicó en torno a los 6.900 millones de dólares, con proyecciones que anticipan un cierre cercano o superior a los 7.500 millones hacia diciembre.
Los números del petróleo
Uno de los factores centrales detrás de este desempeño fue el fuerte incremento de las exportaciones de petróleo. Las ventas externas de crudo mostraron una suba interanual del 122%, lo que permitió compensar la caída de los precios internacionales.
El balance petrolero se apalanca en los niveles de producción que aumentaron a lo largo de todo el año, alcanzado un nuevo máximo histórico cercano a los 860 mil barriles diarios por mes. Este aumento de la oferta permitió sostener el flujo exportador aun en un escenario de cotizaciones internacionales a la baja
En el conjunto del sector energético, los precios de exportación registraron una caída promedio del 8,7%, mientras que los volúmenes comercializados aumentaron un 67,7% en comparación con el mismo mes del año anterior.
Además del crudo, otros productos energéticos contribuyeron al resultado de noviembre. El gas natural mostró un crecimiento relevante en términos interanuales, al igual que los envíos de butanos y naftas, que también aportaron divisas al balance del mes, aunque con una incidencia menor respecto del petróleo.
En conjunto, las exportaciones energéticas totalizaron 1.008 millones de dólares, lo que representó un incremento del 52,8% frente a noviembre de 2024. Se trató, además, del tercer mes consecutivo en el que las ventas externas del sector superaron el umbral de los mil millones de dólares.
Importaciones moderadas
Por el lado de las importaciones, el comportamiento fue más contenido. Las compras externas de energía se ubicaron en 149 millones de dólares, uno de los niveles más bajos del año, aunque con un aumento interanual del 12,9%. Este desempeño contribuyó de manera directa al resultado final del intercambio comercial energético.
Dentro de las importaciones, la energía eléctrica encabezó el listado de compras, seguida por el gasoil y las gasolinas. Estos rubros concentraron la mayor parte del gasto externo del mes, en un contexto de demanda estacional y ajustes en la matriz de abastecimiento.
De cara al cierre del año, las perspectivas siguen siendo positivas. La consultora ABECEB señaló que, “confirmada nuestra percepción de que el saldo comercial tiene espacio para ser más holgado hacia fin de año, en un escenario donde los efectos de medidas extraordinarias se difuminan y las exportaciones crecen por encima de las importaciones”, el comercio exterior argentino podría cerrar 2025 con un superávit cercano a los 11.400 millones de dólares.
Los precios internacionales
En palabras de Horacio Marín, CEO de YPF, Vaca Muerta es rentable hasta con un barril de 45 dólares. Sin embargo, algunas alarmas empiezan a encenderse por la volatilidad en los precios, que podrían seguir bajando en 2026.
Este mes, el mercado internacional del petróleo volvió a mostrar señales de debilidad con una nueva caída del Brent por debajo de los 60 dólares por barril, un nivel que no se veía desde abril, cuando el impacto de la suba de aranceles en Estados Unidos generó una fuerte corrección de precios.
El impacto no es homogéneo dentro del sector y las operadoras del segmento convencional aparecen como las más expuestas, ya que enfrentan estructuras de costos más elevadas y márgenes mucho más ajustados. En ese contexto, la eliminación de los derechos de exportación funcionó como un alivio clave para evitar que varias de estas compañías operen con resultados negativos.
Las proyecciones privadas no son muy alentadoras. S&P Global dicen que el precio continuar bajando, incluso, hasta los 50 dólares por barril. Algo menos pesimista es la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) que visualiza precios de 55 dólares para el Brent y de 51 dólares para el WTI.
En tanto, JP Morgan y Goldman Sachs se ubican un paso más adelante en sus pronósticos con un rango de entre 56 y 58 dólares. En todos los casos, se trata de un valor entre un 25% y un 37% más bajo en comparación con la cotización media del 2024 cuando se ubicó alrededor de los 80 dólares el barril.
