Con la audiencia pública ya realizada, el Gobierno porteño fialmente avanza para llevar el pasaje de los actuales $125 a $757 en junio. El ajuste sigue siendo en tres etapas pero, por las demoras, redujeron el plazo de aplicación de tres a dos meses.
Luego de la suba de febrero en el transporte público del AMBA y a con un segundo ajuste en los trenes metropolitanos programado para mayo, el Gobierno porteño cerró el demorado proceso para validar el aumento del subte, que se aplicará en forma escalonada pero -ahora- en un plazo menor al que se había planteado inicialmente.
Según la última resolución de la empresa Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), los boletos darán en mayo un salto del 359% y alcanzarán los $574. Pero ese será solo el primer paso. Después de 15 días (en lugar de un mes, como marcaba el plazo inicial), llegará a $667 y luego de otras dos semanas, alcanzará en junio los $757.
Estos valores corresponden a los viajes que se abonen con la SUBE registrada. Pero al igual que sucede en colectivos y trenes, quien pierda el plástico y en ese momento deba utilizar uno recién comprado, o simplemente no haya nominalizado su tarjeta, deberá afrontar un costo extra.
Cuando el aumento se haya aplicado en su totalidad, en caso de no tener la tarjeta SUBE a su nombre, los pasajeros pagarán un recargo de $102,07, y el precio en el molinete ascenderá a $859,07.
Se trata de una sanción proporcionalmente muy inferior a la que se aplica desde este mes de abril en trenes y colectivos, en los que por la misma circunstancia el costo del pasaje casi se duplica, $400 (desde mayo) y $430, respectivamente. Igualmente, son valores que, con el recargo y todo, siguen resultando mucho más accesibles que el nuevo pase regular del subte.
Tras la postergación y los aumentos escalonados con el nuevo esquema de aplicación, el viaje en subte aumentará un 505% en dos meses.
Por su parte, el Premetro que conecta con la línea E en el sur de la Ciudad también incrementará el precio de sus pasajes. Pasarán de los $43,75 actuales a $200 a partir de mayo, y volverán a subir a $264 en junio.
La audiencia que no fue y los plazos modificados
Inicialmente se había planificado un incremento escalonado pero más gradual, con una progresión de $125 a $574 en abril, $667 en mayo y $757 en junio.
Sin embargo, estos plazos se vieron alterados debido a la suspensión inesperada de la audiencia pública programada para el 15 de marzo, atribuida por las autoridades porteñas a «problemas técnicos».
La imposibilidad de que los representantes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) se conectaran a Internet obligó a posponer el ajuste planificado.
Esta interrupción en el proceso llevó a la reprogramación del aumento, que finalmente se llevará a cabo en tres etapas a partir de mayo, en lugar de abril, con lo cual los usuarios ganaron un mes a la tarifa actual, pero ahora afrontarán una escalada más abrupta de sus costos de transporte diarios.
Lo ciertro es que con las subas escalonadas con el esquema actual, el viaje en subte aumentará un 505% en dos meses.
Este ajuste escalonado es el segundo que se aplica en lo que va del año. Entre enero y febrero, con la misma metodología, ya se habia implementado una primera corrección, que llevó el viaje de $80 a $110 en un primer tramo, y luego a los $125 actuales, acumulando un incremento de 56%.
Rechazo sindical a los aumentos en el subte
El aumento del subte fue criticado por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP). Los representantes sindicales manifestaron en un comunicado su «preocupación por el ritmo acelerado al que se encarece el transporte público, especialmente en un contexto donde los salarios de los trabajadores formales han experimentado una caída del 20% en los últimos cuatro meses”.
También destacaron que “los aumentos previos en la tarifa del subte no se han traducido en mejoras significativas en el servicio”, como por ejemplo “en la mejora de la frecuencia de los trenes, la prevención de inundaciones en los túneles durante lluvias, el mantenimiento adecuado de los trenes, la disponibilidad de repuestos y herramientas necesarias, y la atención al usuario”.
Desde el gremio y otras fuentes vinculadas al funcionamiento del subte por estos días repiten que el presupuesto 2024 de la Ciudad no contempla obras de extensión del Subte, por lo que se dedeuce que nada de lo que se recaude con el aumnento en los pasajes será destinado a la ampliación de la red.
La inversión de relativa envergadura prevista para este año -señalan- es el comienzo de la renovación parcial de la flota de la línea B, que ya había sido anunciada en años anteriores y está pendiente.