Luego de 126 días de trabajo, retiraron los combustibles nucleares alojados en 241 piezas de 5,3 metros. Así, se descontamina el reactor para poder avanzar con las siguientes fases de la modernización, que implica un desembolso de 673 millones de dólares.
La central nuclear Atucha I dio un paso clave para la extensión de su vida útil tras completar el retiro de los combustibles nucleares del reactor.
Los 241 elementos combustibles, cada uno con una longitud de 5,3 metros, fueron extraídos tras 126 días de trabajo y trasladados a la pileta de enfriamiento dentro de la zona radiológicamente controlada.
Este procedimiento es fundamental para reducir la actividad radiactiva en el circuito primario del reactor antes de proceder con su descontaminación y es una tarea esencial para permitir las próximas fases del proyecto.
Atucha I dejó de operar el 29 de septiembre tras cumplir su primer ciclo de vida de 50 años.El proyecto de extensión contempla la ejecución de 41 tareas obligatorias para certificar su operación segura.
La empresa Nucleoeléctrica Argentina contrató a la firma francesa Framatome para llevar a cabo esta instancia. Se espera que los técnicos de la compañía arriben al país en los próximos días para iniciar su trabajo el 1° de marzo.
Además de las tareas de descontaminación, se están realizando modificaciones en los accesos a la zona radiológicamente controlada. Estas obras permitirán mejorar la movilidad del personal y optimizar los tiempos de ejecución en las fases más exigentes de la renovación.
Con estas intervenciones, se busca garantizar que la central pueda operar con los estándares de seguridad y eficiencia requeridos por la Autoridad Regulatoria Nuclear. Atucha I dejó de operar el 29 de septiembre tras cumplir su primer ciclo de vida de 50 años.
El proyecto de extensión de vida contempla la ejecución de 41 tareas obligatorias para certificar su operación segura, así como 251 subproyectos orientados a optimizar su desempeño. Hasta la fecha, se han completado 78 de estas iniciativas, que abarcan desde mejoras en los sistemas de seguridad hasta la implementación de nuevas tecnologías.
La extensión de la vida útil de Atucha I
Uno de los principales beneficios de la modernización será la ampliación del intervalo entre paradas de mantenimiento, pasando de 12 a 18 meses. Esta mejora reducirá la presión sobre los sistemas de seguridad y aumentará la continuidad operativa de la central, elevando su factor de carga al 88%.
De esta manera, se espera que Atucha I pueda seguir aportando energía al sistema con mayor eficiencia y confiabilidad.
El proyecto en su conjunto, que también incluye la construcción del Almacenamiento en Seco de Elementos Combustibles Gastados de Atucha II, demandará una inversión de 673 millones de dólares.
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La actual parada técnica tiene un plazo estimado de 30 meses, durante los cuales se realizarán las mejoras necesarias para extender la vida útil de la central.
Las intervenciones contempladas buscan asegurar que Atucha I continúe operando con un nivel óptimo de seguridad y sostenibilidad por otros 20 años.
Para ello, se implementarán mejoras en el diseño del reactor y en la infraestructura de soporte, lo que permitirá un mayor aprovechamiento del combustible nuclear y una menor necesidad de intervenciones correctivas en el futuro.
La extensión de vida de Atucha I se enmarca en una estrategia más amplia de Nucleoeléctrica Argentina para consolidar la generación nuclear como un pilar del sistema energético nacional.
Con una demanda creciente de energía y la necesidad de fuentes confiables, la continuidad operativa de la central representa un aporte clave para el abastecimiento del país.
En paralelo, se prevé que los trabajos en la central generen un impacto positivo en la industria local, con la participación de proveedores nacionales en distintos aspectos del proyecto. Esto contribuirá al desarrollo de capacidades técnicas y a la generación de empleo en el sector nuclear argentino.
El éxito del proceso de extensión de vida de Atucha I dependerá de la correcta ejecución de cada una de sus fases. Con la descontaminación del reactor como próximo gran hito, el proyecto avanza en tiempo y forma, con el objetivo de garantizar que la central pueda seguir operando de manera segura y eficiente en los años venideros.