La decisión responde a la necesidad de corregir dos inconvenientes técnicos detectados en la planta. La consecuencia directa será el reemplazo de los 745 MW brutos que aporta la central al sistema interconectado con energía térmica.
En pleno arranque del invierno y con una demanda energética en alza, Nucleoeléctrica Argentina notificó la salida de servicio de la central nuclear Atucha II.
La decisión, que ya fue comunicada a CAMMESA —la entidad que organiza el despacho eléctrico en el país—, responde a la necesidad de corregir dos inconvenientes técnicos detectados en la planta.
Según indicaron fuentes de la empresa a EconoJournal, la parada no programada durará al menos ocho días.
Actualmente, Nucleoeléctrica opera tres centrales con una capacidad total de 1.763 MW brutos. La planta de Embalse funciona al 100%, mientras que Atucha I permanecerá desconectada hasta 2027.
La consecuencia directa será el reemplazo de los 745 MW brutos que aporta Atucha II al sistema interconectado con energía térmica, más costosa y dependiente de combustibles líquidos.
Desde CAMMESA confirmaron la salida, pero minimizaron su efecto en la confiabilidad del sistema: “El sistema tiene margen. Impacta principalmente en un mayor costo de reemplazo de esa generación con otra más cara, principalmente líquidos”.
Según explicaron desde Nucleoeléctrica, la decisión responde a dos problemas puntuales. Por un lado, se registró una falla en el sellado de una posición del reactor donde se realizó el recambio de elementos combustibles a través de la tapa del recipiente de presión.
“Hay una posición del reactor en la que realizaron un cambio de elementos combustibles y pasó que no sella como corresponde”, detalló una fuente interna.
Además, se detectaron vibraciones en el motor de una de las bombas principales del circuito, por lo que se optó por su retiro y posterior prueba de vacío. Ambos trabajos se realizarán durante esta parada breve, que se suma a las intervenciones anteriores.
Panorama nuclear: Embalse al 100%, Atucha I en pausa
La última parada programada de Atucha II se había llevado a cabo en la segunda mitad de 2024 y duró once semanas y media.
En esa oportunidad se reemplazaron tubos guía de sondas de medición y se inspeccionaron las soldaduras de los separadores del tanque del moderador, luego de que uno de ellos se desprendiera en 2023.

Aquella intervención requirió el desarrollo de un brazo mecánico especialmente diseñado para extraer piezas sueltas del interior del reactor, además de nuevos puntos de soldadura en los tres separadores restantes, todo bajo supervisión de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN).
Actualmente, Nucleoeléctrica opera tres centrales con una capacidad total de 1.763 MW brutos. La planta de Embalse funciona al 100%, mientras que Atucha I permanecerá desconectada hasta 2027 como parte del proyecto de extensión de vida útil.
Por lo tanto, la salida temporal de Atucha II genera un impacto directo en el parque nuclear activo.
La CNEA quiere volver a producir uranio
En paralelo, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) trabaja para recuperar un insumo estratégico para la generación nuclear: el uranio.
Su presidente, Germán Guido Lavalle, adelantó que la meta es cerrar acuerdos con empresas mineras antes de 2026 para reactivar la producción local, detenida desde 1995 con el cierre de la mina Sierra Pintada, en Mendoza.
El plan de la CNEA incluye cinco hitos clave a concretar en 2026: la puesta en marcha del reactor multipropósito RA-10, el reacondicionamiento de la Planta Industrial de Agua Pesada, la activación del Centro Argentino de Protonterapia, y dos metas vinculadas al uranio: reiniciar la minería y comenzar a enriquecerlo.
Para ello, el organismo apunta a explotar yacimientos propios como Sierra Pintada y Cerro Solo, este último en Chubut, donde se concentran los mayores recursos asegurados del país: 4.420 toneladas de uranio.
Según documentos de la CNEA, este yacimiento podría producir entre 500 y 550 toneladas anuales, suficiente para cubrir la demanda de las centrales nucleares argentinas —estimada en 220 toneladas por año— y exportar el excedente.