Con temperaturas más templadas y menor demanda energética, Atucha II y Embalse pararon al mismo tiempo. Y en paralelo, Atucha inició los anunciados 30 meses de detención para la extensión de su vida útil.

Durante cuatro días, Argentina no recibió ningún aporte de energía nuclear, específicamente del 29 de septiembre al 2 de octubre.

El corte se debió a paradas programadas en las tres centrales nucleares del país: Atucha I, Embalse y Atucha II.

Las temperaturas moderadas y una demanda de energía estabilizada crearon el escenario ideal para realizar estas labores de mantenimiento.

La detención de las centrales nucleares

La primera en salir de operaciones y retomarlas fue la central nuclear Embalse, que volvió a estar en funcionamiento el 3 de octubre a las 4:20 de la madrugada, tras haber estado fuera de servicio desde el 5 de agosto por mantenimiento estacional.

Este tipo de paradas son fundamentales para garantizar que las instalaciones continúen funcionando con los más altos estándares de seguridad y eficiencia. Estas intervenciones de mantenimiento son esenciales para la longevidad y el correcto funcionamiento de las plantas.

Por otro lado, Atucha II, ubicada en Lima, provincia de Buenos Aires, cesó por completo sus operaciones el 23 de septiembre y no se espera que vuelva a estar en funcionamiento hasta el 8 de diciembre.

Las tareas en la planta cordobesa, que tiene una capacidad instalada de 656 MW, se extendieron por poco más de dos meses. Al día siguiente, el 4 de octubre, Embalse ya operaba a plena capacidad, según información proporcionada por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA).

Con una capacidad de 745 MW, es la planta que más energía aporta al sistema eléctrico nacional, por lo que su parada representa un desafío significativo. Según la empresa operadora, Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), la central está sometida a una parada programada por mantenimiento estacional que durará dos meses y medio.

Atucha II es la planta más moderna de las tres, ya que fue puesta en marcha el 3 de junio de 2014, y a finales de ese mes se conectó al Sistema Interconectado Nacional. Su importancia radica no solo en su aporte energético, sino también en el papel estratégico que desempeña dentro de la matriz eléctrica argentina.

La salida de Atucha I por 30 meses

El 28 de septiembre, la única central nuclear en operación fue Atucha I, que aportó 360 MW al sistema eléctrico.

Sin embargo, al día siguiente, el 29 de septiembre, la planta entró en una parada programada de larga duración, que se extenderá por 30 meses, manteniéndola fuera de servicio hasta el 31 de marzo de 2027.

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Atucha I entró en una parada programada de larga duración, que se extenderá por 30 meses, manteniéndola fuera de servicio hasta el 31 de marzo de 2027.

NASA explicó que este tipo de paradas son fundamentales para garantizar que las instalaciones continúen funcionando con los más altos estándares de seguridad y eficiencia. Estas intervenciones de mantenimiento son esenciales para la longevidad y el correcto funcionamiento de las plantas.

Por otro lado, el Gobierno nacional ya se prepara para un verano que podría presentar picos de consumo eléctrico debido a las altas temperaturas.

En ese sentido, el retorno de Atucha II a principios de diciembre será fundamental para enfrentar el incremento en la demanda.

El riesgo de cortes de luz en verano

El Gobierno enfrenta una creciente preocupación por un posible problema de suministro energético durante el próximo verano, particularmente entre febrero y marzo, cuando se espera que la demanda de electricidad alcance los 30.700 MW, superando en 1.000 MW el récord histórico de 29.653 MW registrado en febrero de este año.

El secretario de Coordinación de Energía y Minería, Daniel González, anunció hace dos semanas que la central nuclear Atucha I iba a cesar sus operaciones a finales de septiembre para iniciar las obras de extensión de su vida útil, tal como estaba previsto desde el año pasado.

Este cierre temporal tendrá un impacto en la oferta de electricidad del país, justo cuando se anticipa un nuevo récord de consumo energético y posibles tensiones en el suministro para el próximo verano.

Un informe de CAMMESA advirtió meses atrás que la capacidad de generación local y las importaciones de energía de países vecinos podrían no ser suficientes para cubrir el pico de demanda previsto para el verano de 2025.

“En un momento se consideró la opción de detenerla antes para que pudiera estar operativa durante el verano y luego retomar las obras, pero finalmente se decidió no hacerlo”, explicó el funcionario.

Aunque la central nuclear Atucha I representa apenas poco más del 1% de la demanda nacional en momentos de mayor consumo, cada megavatio (MW) cuenta en un contexto de restricciones de oferta energética.

Por otro lado, la semana pasada el Gobierno nacional puso en marcha un plan de contingencia energética diseñado para los próximos dos años, con el objetivo de mitigar el riesgo cortes de luz tanto en hogares como en industrias.

El conjunto de iniciativas que incluye el paquete resulta necesario ante la escasez de generación de energía, como incentivos económicos a las generadoras para que aumenten la oferta y un sistema de limitación de demanda a los grandes consumidores.

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