Los costos siguen en descenso, aunque el ritmo se modera frente a tensiones en materias primas, aranceles y la dinámica de producción global. El nuevo escenario condicionará la competitividad del segmento y la expansión del almacenamiento.
El mercado global de baterías de litio cierra 2025 con una caída destacada y esa reducción resultó clave para acercar los autos eléctricos a la paridad de precio frente a los modelos de combustión, y por ello tuvo fuerte repercusión industrial y comercial.
En este año que termina, los paquetes promedio alcanzaron los 108 dólares por kilovatio-hora (kWh), cerca de un 8% menos respecto de 2024 y el nivel más bajo registrado hasta ahora.
Para 2026, el informe más reciente de BloombergNEF proyecta un descenso moderado hasta alrededor de 105 dólares/kWh, es decir, una contracción anual estimada en torno al 3%.
La desaceleración respecto al 20% de 2024 responde a condiciones cambiantes: mientras que la sobrecapacidad de fabricación y la difusión de químicas más económicas empujan los precios hacia abajo, la persistencia de costos elevados en materias primas y las barreras comerciales limitan el potencial de ahorro.
Factores que empujan y frenos que amenazan la tendencia
Entre los factores que sostienen la baja figura la excesiva capacidad productiva concentrada en China. Las gigafactorías asiáticas producen más celdas de las que la demanda inmediata absorbe, obligando a ajustar precios para colocar inventario.
Paralelamente, la adopción de la química LFP (litio-hierro-fosfato) ha acelerado: es más económica y ofrece ventajas en seguridad, por lo que se está convirtiendo en la opción preferida para modelos de gama media, contribuyendo a abaratamientos notorios.
Frente a eso, aparecen frenos relevantes: los precios del litio -pese a la baja pronunciada-, níquel y cobalto se mantienen por encima de niveles que permitirían un descenso más pronunciado; la volatilidad de esos mercados añade incertidumbre a las decisiones de inversión; y las políticas arancelarias en Estados Unidos y la Unión Europea sobre importaciones chinas podrían restar hasta un 5% del ahorro proyectado, según BloombergNEF.
En ese marco, la economía de escala sigue siendo un salvavidas: con Europa registrando un incremento de matriculaciones de alrededor del 25% en 2025, los volúmenes permitieron optimizar producción y logística, manteniendo presión a la baja sobre los costos unitarios.
Baterías de litio: demanda, industria y oportunidades
La evolución de precios tiene efectos prácticos. Un paquete de 60 kWh, habitual en compactos, podría costar cerca de 6.300 dólares en 2026 frente a 7.200 el año previo, con impacto directo en el precio final de los autos.
Esa dinámica acerca a modelos como el Renault 5 o el Citroën ë-C3 a la paridad con equivalentes térmicos en determinados mercados, y refuerza la competitividad de propuestas chinas que ya operan en Europa.

En España, donde la movilidad eléctrica crece con fuerza, la conjunción de ayudas públicas y baterías más baratas facilita la renovación de flotas urbanas y la adopción por parte de familias.
Más allá del automóvil, la caída de costes abre oportunidades en almacenamiento estacionario: hogares y redes pueden integrar más renovables, lo que mejora la gestión de la demanda y la estabilidad del sistema eléctrico.
No obstante, la dependencia industrial respecto de la producción china plantea riesgos estratégicos: si los conflictos comerciales escalan, los precios podrían estabilizarse o repuntar, afectando tanto a fabricantes como a consumidores.
En paralelo, la industria mira hacia la diversificación de suministros y la innovación. Proyectos mineros en Australia y Chile y desarrollos en elaboración de electrodos y nuevos ánodos prometen reducir la exposición a cuellos de botella de materias primas.
Al mismo tiempo, tecnologías emergentes —ánodos de silicio, electrolitos sólidos— podrían recortar costos de manera drástica a mediano-largo plazo, aunque su despliegue masivo todavía exige años de inversión y pruebas.
Aunque la velocidad del descenso de precios ceda terreno en 2026, la dirección general se mantiene: baterías más asequibles sostendrán la electrificación y ampliarán mercados en automoción y almacenamiento.




