Está cerca de cerrar un acuerdo con una empresa estadounidense para reconvertir esa instalación que lleva años inactiva en Santa Fe, con terminal portuaria sobre la Hidrovía. El objetivo es exportar SAF, clave para la descarbonización aérea global.

YPF se encuentra en la fase final de un acuerdo estratégico con una empresa de Estados Unidos para reconvertir la refinería de San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe.

El proyecto busca transformar esta planta, que se encontraba prácticamente abandonada, en un centro de producción de biocombustibles destinados a la industria de la aviación para su exportación.

Se espera que en los próximos días o semanas se concrete un Memorándum de Entendimiento (MoU), que establecerá las bases para esta inversión.

A partir de este proyecto, se creará la figura de YPF Bio, sentando las bases para una eventual expansión en caso de que el Congreso modifique la normativa actual.

El mercado al que apunta esta iniciativa es el del Combustible Sostenible de Aviación (SAF, por sus siglas en inglés), un sector en plena expansión a nivel global.

Las aerolíneas de los países desarrollados, en busca de reducir su intensidad de carbono, están dispuestas a pagar un precio significativamente más alto por este tipo de biocombustibles.

La demanda de SAF se proyecta con un crecimiento exponencial, impulsada por el compromiso de la industria aeronáutica de alcanzar el 2% del consumo total de combustible para aviones con este tipo de energías.

YPF Bio, nueva figura para la petrolera estatal

Este proceso no requiere de una reforma de la ley nacional de biocombustibles, ya que la totalidad de la producción se destinará a la exportación, sin ingresar al mercado interno, el cual está protegido para las denominadas «pymes nacionales».

No obstante, se creará la figura de YPF Bio, sentando las bases para una eventual expansión en caso de que el Congreso modifique la normativa actual.

En cuanto a la estructura del acuerdo, YPF mantendrá el 50% de la participación de la refinería santafesina, mientras que la operación estará a cargo de la compañía norteamericana, reconocida por su experticia en este tipo de biocombustibles.

El proyecto ha estado en carpeta durante varios meses, contando con el apoyo de la gobernación de Pullaro. Se estima que la inversión rondará los 300 millones de dólares. El complejo, construido en 1938, es propiedad de YPF e incluye la refinería, el parque de tanques, la planta de despacho y el puerto.

Esta propuesta se suma a otra iniciativa en la provincia de Chubut, que también avanza en la producción de combustible sintético de aviación a partir de hidrógeno verde.

La Refinería San Lorenzo: una historia de transformaciones

La Refinería San Lorenzo posee una vasta trayectoria en el Cordón Industrial. Fundada en 1938 por YPF, la empresa estatal mantuvo su propiedad hasta 1993, año en que fue privatizada y vendida a Pérez Companc. Posteriormente, pasó a manos de la española Repsol y, más tarde, de la brasileña Petrobras.

combustible SAF
La propuesta central de este acuerdo es que la planta se transforme en productora de Combustible de Aviación Sostenible (SAF), también conocidos como «biojet».

En 2002, la refinería fue comprada por Oil Combustibles y, a fines de 2018, fue readquirida por YPF en sociedad con Dapsa por 85 millones de dólares.

Actualmente, la empresa petrolera estatal detenta la titularidad exclusiva de las instalaciones de la refinería y el puerto emplazado sobre la hidrovía Paraná-Paraguay.

Todo el complejo abarca la destilería, planta de despacho de combustible, parque de tanques, planta de asfalto y un puerto de gran envergadura.

La transformación hacia el «biojet»

La propuesta central de este acuerdo es que la planta se transforme en productora de Combustible de Aviación Sostenible (SAF), también conocidos como «biojet».

Estos biocombustibles han ganado terreno en la industria aeronáutica y son considerados la única opción real para lograr reducciones significativas en las emisiones de gases de efecto invernadero que provoca la aviación, con una capacidad de hacerlo entre un 50% y un 60 por ciento.

El objetivo es generar Aceite Vegetal Hidrotratado, un diésel renovable que se obtiene mediante un tratamiento con hidrógeno como catalizador. La materia prima para este proceso puede ser cualquier tipo de aceite vegetal, así como residuos de origen vegetal y/o animal.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) tiene el objetivo de lograr la neutralidad de carbono para 2050. Actualmente, la producción global de estos biocombustibles representa solo el 0,1% del total de combustibles que utiliza la aviación.

Esta producción actual es el triple de lo que se generó en 2023 y un tercio de lo que se proyecta producir en 2025. Estados Unidos y la Unión Europea planean exigir que los aviones utilicen un 2% de SAF, lo que se espera dispare aún más la demanda de combustibles renovables.

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