El nuevo formato contempla un 51% de acciones para el Estado Nacional, un 39% para inversores privados y un 10% reservado para los empleados. “Ya existen ofertas de contratos a largo plazo para la compra de carbón y propuestas para la reactivación de la usina”, aseguró su interventor.

La estatal Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) avanza en su conversión a sociedad anónima, en un esquema que mantendrá el control estatal pero abrirá el juego al capital privado y a los trabajadores.

Según explicó su interventor, Pablo Gordillo Arriagada, el nuevo formato para contempla un 51% de acciones para el Estado Nacional, un 39% para inversores privados y un 10% reservado para los empleados.

“La empresa podría generar energía por primera vez”, anticipó el interventor de YCRT, quien además señaló que ya se inició un diálogo con el gobierno de Santa Cruz para que la energía de la usina se integre al sistema local, algo que fue aceptado.

“Creemos que la participación de los trabajadores dentro del régimen de propiedad participada es importante”, afirmó Gordillo, quien destacó que esto también “habilita la integración de un director por parte de los trabajadores”.

El proceso avanza en medio de las preocupaciones sindicales por la estabilidad laboral. En ese sentido, el interventor aclaró: “De parte nuestra compartimos y estamos trabajando para que eso suceda”.

Y fue tajante al desligar la transformación jurídica de posibles recortes de personal: “A veces se confunden ciertos comentarios… me parece que no tiene nada que ver una cosa con la otra”.

Actualmente, la empresa opera con cuatro convenios y cuatro acuerdos laborales vigentes. Gordillo confirmó que el plazo para negociar los nuevos convenios colectivos se extenderá hasta agosto, y agregó que también se está trabajando sobre las cuentas para sostener a “casi 2.000 trabajadores activos y 1.400 pasivos, a quienes se les complementa para que lleguen al 82% móvil”.

Interés privado por YCRT

La reestructuración despierta el interés de privados. “Ya existen ofertas de contratos a largo plazo para la compra de carbón y propuestas para la reactivación de la usina”, aseguró Gordillo.

No obstante, explicó que todo sigue a la espera de definiciones legales: “Todo eso ha sido elevado a la Secretaría de Energía, que es donde dependemos hoy”.

Y remarcó que el control estatal estará asegurado: “Al ser una sociedad anónima donde el 51% es de mayoría estatal, nosotros vamos a tener el control de un órgano fiscalizador de tres directores designados por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN)”, lo que, según el interventor, garantizará transparencia y rendición de cuentas.

Una apuesta para reducir el rojo

Hoy, el déficit operativo de YCRT está centrado en salarios y gastos corrientes. Frente a ese escenario, se presentó un plan de reactivación basado en dos ejes: exportación de carbón y generación eléctrica.

“La empresa podría generar energía por primera vez”, anticipó Gordillo, quien además señaló que ya se inició un diálogo con el gobierno de Santa Cruz para que la energía de la usina se integre al sistema local, algo que fue aceptado.

carbón, ycrt
El carbón de Río Turbio sigue teniendo mercado: la demanda internacional –especialmente desde China– lo mantiene como un recurso valioso para la industria global.

“La expectativa es que la inversión privada busque rentabilidad, pero con la meta de evitar despidos y mantener márgenes aceptables”, dijo Gordillo, diferenciándose del criticado proceso vivido en la era Taselli.

Crisis estructural y recambios

YCRT arrastra una historia de crisis donde se cruzan problemas económicos, políticos y estructurales. Desde hace años, la empresa convive con sobredimensionamiento de personal, falta de inversiones, desorden administrativo y manejos poco claros.

Uno de los episodios más recientes fue la salida de Thierry Decoud, designado durante el gobierno de Mauricio Macri, y que fue desvinculado hace dos meses por la Jefatura de Gabinete tras denuncias de presunta corrupción.

Según se supo, dos personas cercanas a Decoud fueron investigadas por pedir retornos en su nombre para cerrar un contrato con una firma israelí.

En su lugar asumió Pablo Sebastián Gordillo Arriagada, funcionario alineado con el gobernador Claudio Vidal y de buen diálogo con el ministro Guillermo Francos.

Mientras tanto, el carbón de Río Turbio sigue teniendo mercado: la demanda internacional –especialmente desde China– lo mantiene como un recurso valioso para la industria global.

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