Algunas aerolíneas evalúan incorporar asientos verticales, lo cual les permitiría ahorrar espacio y tabmién combustible, ya que son mucho más livianos que los tradicionales. Los desarrolló una empresa italiana de diseño y son conocidos como Skyrider 2.0.

Las low cost en Europa se preparan para introducir una modalidad de viaje que desafía las nociones tradicionales de comodidad a bordo: los “asientos de pie”. Si bien el concepto puede sonar contradictorio, se trata de estructuras diseñadas para mantener al pasajero en una posición semi-erguida durante todo el vuelo, apoyado en una suerte de asiento similar al de una bicicleta.

La propuesta busca abaratar al extremo el costo de los pasajes en rutas de corta duración, atrayendo a un segmento de viajeros dispuestos a sacrificar confort por tarifas mínimas. El sistema se basa en un diseño desarrollado por la firma italiana Aviointeriors, conocido como Skyrider 2.0.

Ryanair ya expresó interés en sumar estos asientos.

Esta estructura fue presentada originalmente en 2018 y recientemente superó las pruebas de seguridad requeridas por las autoridades aeronáuticas. “Su base original mantiene al pasajero más erguido, con una inclinación reducida que garantiza un confort adecuado”, asegura la empresa fabricante.

La implementación apunta a vuelos de menos de dos horas, donde la incomodidad inherente al diseño podría ser tolerable en función de un pasaje más barato.

Las ventajas que generaron interés de una low cost

Una de las principales ventajas señaladas por Aviointeriors es la eficiencia del modelo: cada unidad pesa la mitad que un asiento convencional, lo que permite disminuir el consumo de combustible. Además, su configuración más vertical posibilita reducir el espacio entre filas, aumentando hasta un 20% la capacidad total de la aeronave.

Este factor resulta especialmente atractivo para las low cost, cuyo modelo de negocios se basa en maximizar la cantidad de pasajeros por vuelo y reducir al mínimo los costos operativos. Aunque todavía no hay fechas oficiales ni compañías confirmadas para su adopción, Ryanair ya expresó interés en sumar estos asientos.

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El invento se llama Skyrider 2.0.

El CEO de la empresa, Michael O’Leary, ha sido uno de los defensores más entusiastas de la propuesta. En declaraciones que datan de más de una década, ya había anticipado su deseo de instalar hasta 10 filas con este sistema. “Podríamos ofrecer pasajes por entre 1 y 5 libras”, dijo entonces, lo que hoy equivaldría a entre 1,27 y 6,33 dólares.

Según Aviointeriors, el Skyrider 2.0 “crea espacio para diferentes clases dentro del mismo avión”, lo que sugiere que no se trataría de una eliminación de los asientos tradicionales, sino de una nueva opción dentro del abanico tarifario.

Cuestionamientos en debate

No obstante, el debate no está exento de controversias. Organizaciones de defensa del consumidor y expertos en salud ya han planteado interrogantes sobre los posibles efectos físicos de mantenerse erguido por lapsos prolongados en condiciones de vuelo.

Aunque las pruebas de seguridad hayan sido superadas, la discusión en torno al bienestar del pasajero promete ser intensa, especialmente si el modelo se convierte en tendencia.

En términos regulatorios, todavía queda por ver cómo responderán los organismos de aviación civil en cada país ante esta innovación. El hecho de que el diseño ya haya sido aprobado técnicamente no implica una autorización inmediata para su uso comercial.

La percepción pública, sumada a la presión de ciertos sectores, podría influir en la velocidad con la que este tipo de asientos llegue a estar disponible para los pasajeros. Este tipo de propuestas reflejan un patrón más amplio en la industria aérea: la constante búsqueda de nuevos mecanismos para reducir tarifas y mantener márgenes en un contexto de fuerte competencia.

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