El despacho de naftas y gasoil bajó un 4,2% en agosto y no logra estabilizarse. Infgluyeron factores estacionales, la coyuntura económica y los patrones de consumo específicos de cada segmento.

La demanda de combustibles en Argentina sufrió en agosto una nueva caída, consolidando el patrón errático de principios de año. El mercado ha experimentado una notable inestabilidad, marcada por fluctuaciones constantes que han generado una dinámica en forma de «serrucho».

El registro del octavo mes del año arroja una baja del 4,2% con respecto a la variación positiva de julio. Este retroceso afectó tanto a las naftas como al gasoil, aunque con comportamientos divergentes dentro de cada uno de estos grupos.

Durante cuatro meses consecutivos, se alternaron subidas y caídas en la demanda de combustibles.

En el caso de las naftas, la premium mostró una disminución más pronunciada del 5,05%, en comparación con la caída del 1,2% de la nafta súper. Este comportamiento puede explicarse, según los expertos, por el perfil del consumidor en julio, cuando el turismo impulsado por las vacaciones de invierno generó una mayor demanda de naftas premium, preferidas por usuarios de mayor poder adquisitivo. El descenso en agosto refleja el fin de este fenómeno estacional.

Por otro lado, el gasoil presentó una dinámica inversa: el grado 2 (de menor calidad) cayó un 6,6%, mientras que el grado 3 (gasoil premium) lo hizo en un 2,29%.

Esta diferencia radica en el uso del gasoil dentro del sector productivo, especialmente en actividades vinculadas al campo. Las máquinas más modernas y de mayor eficiencia energética, típicamente empleadas en el sector agrícola, utilizan un derivado de mayor calidad, lo que explica la menor caída en este tipo de combustible, a pesar de las dificultades económicas.

Las causas de la inestabilidad

Durante cuatro meses consecutivos, se alternaron subidas y caídas en la demanda, tendencia que refleja la influencia de varias cuestiones. Más allá del impacto estacional de las vacaciones de invierno en julio, otros factores explican la fluctuación en el comportamiento del consumo.

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La demanda de combustibles acumula cuatro meses de de subas y bajas consecutivas.

La situación económica general del país, con una actividad económica debilitada y la presión inflacionaria, ha afectado el consumo tanto en el segmento de particulares como en el sector productivo. Sin embargo, expertos del rubro afirman que la demanda, pese a las caídas intermensuales, ha alcanzado un nivel aceptable considerando el contexto macroeconómico.

Las comparaciones con 2023 deben tomarse con cautela, ya que en ese año se registró un consumo «inusualmente alto por parte de compradores de países limítrofes«, advirtió el CEO de YPF, Horacio Marín. Los precios más bajos en Argentina, en comparación con los países vecinos, atrajeron a muchos extranjeros, lo que infló temporalmente las ventas..

Cambios en la cuota del mercado

Uno de los aspectos destacados de agosto fue el ajuste en la participación de mercado de las principales petroleras. YPF, líder tradicional en la venta de combustibles en Argentina, redujo su cuota, pasando de un 57,7% en agosto de 2023 al 54,7% en el mismo mes de este año. Situación que podría revertirse a partir de la baja aplicada por la compañía de bandera en octubre.

Esta pérdida fue capitalizada principalmente por Shell, que aumentó su participación de un 17,9% a un 19,2%. Axion y Puma también registraron incrementos, alcanzando el 14,7% y el 6,7%, respectivamente.

Esta redistribución en la cuota de mercado refleja varios factores, desde decisiones estratégicas de precios hasta la disponibilidad de productos y la percepción de calidad por parte de los consumidores. Es importante destacar que, en un contexto de demanda volátil, las petroleras de menor tamaño han logrado fortalecerse en nichos específicos lo que ha permitido un reajuste en la dinámica competitiva del sector.

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