Con el aumento de capacidad de transporte del Oleoducto Trasandino, las productoras de la Patagonia piensan en la exportación vía Chile a China y otros países asiáticos.

Después de 17 años, en los últimos tres meses Chile volvió a recibir exportaciones regulares de crudo desde la Argentina, a través del recuperado Oleoducto Trasandino (Otasa), que se extiende desde la planta ubicada en la localidad de Puesto Hernández, en Neuquén, hasta la refinería Bío Bío de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP).

Estas primeras operaciones encabezadas por YPF -y secundadas por un pool de compañías que operan en la formación de Vaca Muerta-, representó la vuelta al mercado internacional de la petrolera nacional, luego de haber asegurado meses atrás el abastecimiento a pleno de sus tres refinerías que suministran los combustibles al mercado local.

Pero la expectativa está puesta en que los 40.000 barriles diarios de exportaciones de crudo se puedan incrementar hasta en un 75% en los próximos meses, es decir a unos 70.000 barriles cuando se complete la construcción del Oleoducto Vaca Muerta Norte.

El desafío del Sudeste asiático para Vaca Muerta requerirá una creciente infraestructura de transporte a través de la Cordillera, por lo que se habla de un segundo ducto que multiplique la capacidad actual.

Esa obra que avanza con una inversión superior a los US$ 250 millones por parte de YPF, y que podría estar concluida en unos dos meses, permitiría cubrir el tope de capacidad del ducto de Otasa de unos 110.000 barriles diarios, ya que partiendo desde el área La Amarga Chica y recorriendo el hub de bloques de mayor productividad tendrá una capacidad de unos 25.000 metros cúbicos por día, es decir más de 155.000 barriles.

La importancia de este paso es tal que en la industria se estima que con las exportaciones que hay comprometidas sólo este año se podrían exportar cerca de 600 millones de dólares a Chile, país que lograría sustituir de manera sustancial sus importaciones de ultramar a costos más bajos, tal como ocurrió a pleno a fines de los 90 y comienzos del presente siglo.

Otasa, Gasoductos, exportación
En junio, Neuquén se anotó un récord en la exportación de petróleo, con el envío de 2,77 millones de barriles.

Pero las posibilidades de la industria del país trasandino en cuanto a demanda resultan sensiblemente inferiores a la capacidad de producción que se le proyecta a Vaca Muerta y mucho más la de mediano plazo que plantean las operadoras en la cuenca neuquina, por lo cual desde un principio la rehabilitación del ducto de Otasa cobraba una importancia estratégica por permitir llegar a los puertos chilenos sobre el Pacífico.

Esa podrá convertirse en la primera salida del shale oil hacia los mercados en pleno crecimiento del sudeste asiático, que por cuestiones de costos logísticos sólo se pueden vincular con el crudo argentino a través del Pacífico.

El desafío requiere infraestructura en Vaca Muerta

En la industria, sin embargo, se anticipa que el desafío del Sudeste asiático para Vaca Muerta requerirá una creciente infraestructura de transporte a través de la Cordillera, por lo que se habla de un segundo ducto de transporte que multiplique la capacidad actual, y a la vez una necesidad de almacenamiento en tanques muy superior a lo que se dispone en las zonas portuarias chilenas. Es decir, proyectar en el país trasandino lo que ya se está desarrollando en la costa bonaerense con el proyecto de ampliación de Oldelval y Oiltanking en el bahiense Puerto Rosales.

China es reconocido como el mayor importador mundial de crudo, por lo que el empuje de su economía es un gran motor para la demanda. Pero el sudeste asiático alberga otra de las economías de más rápido crecimiento y en conjunto se espera que la población acumulada crezca 13 % para 2030, y que el PIB de la región se duplique en el mismo período.

Esa misma región viene recibiendo en los últimos años inversiones en la industria de refinación, siendo Indonesia, Taiulandia, Malasia, Vietnam y Filipinas los puntos críticos regionales de abastecimiento de combustible y su consecuente crecimiento de la demanda de petróleo.

Oleoducto Trasandino
La rehabilitación del Oleoducto Trasandino ya implicó un salto exportador de la petrolera estatal YPF.

El sistema binacional, que tiene a YPF, Chevron y ENAP como los principales accionistas, cuenta con una extensión de 427 kilómetros y el objetivo de rehabilitarlo tras casi 17 años de inactividad permitió desde el inicio de los trabajos hace casi dos años garantizar el despacho de petróleo a Chile y en segunda instancia a los mercados de Oriente.

Para ello, se trabaja en similares obras de recuperación de ductos en el tramo del lado chileno que va desde la refinería de Enap hacia el complejo portuario de Concepción. La Región dispone del sistema portuario más grande y diverso del país, compuesto por 6 importantes terminales: Talcahuano, San Vicente, Lirquén, Penco, Coronel y Cabo Froward (terminal Coronel), por lo que la logística exportadora está asegurada.

La empresa chilena Enap fue la encargada de llevar a cabo los primeros contratos de suministro que comenzaron en mayo con la empresa YPF, a la que luego se sumaron la malaya Petronas, la noruega Equinor, la argentina Vista y la angloholandesa Shell, el consorcio que lleva adelante el suministro actual de crudo, y que están a la espera del ducto de Vaca Muerta Norte.

La misma petrolera chilena señaló oportunamente que la ampliación de la cartera de compra de crudo implica a la vez el cambio de sus operaciones para pasar a recibir cerca de un 25% de sus compras de petróleo por oleoducto, y asegurar mayor estabilidad y seguridad a las refinerías Aconcagua y Bío Bío.

La recuperación de esta traza resultará estratégica para mantener el crecimiento productivo de Vaca Muerta y descomprimir la demanda sobre el transporte del Oleoducto del Valle (Oldelval) que conecta la cuenca neuquina con Puerto Rosales, en la zona de Bahía Blanca, y puerta de salida al resto del mundo. El proyecto Oldelval -que extiende el sistema de transporte desde Vaca Muerta hacia el oeste-, se encuentra en pleno proceso de duplicación de su capacidad con obras por más de 1.100 millones de dólares.

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La rehabilitación del ducto de Otasa tiene una importancia estratégica por permitir llegar a los puertos chilenos sobre el Pacífico.

En junio, la provincia de Neuquén se anotó un récord en la exportación de petróleo, con el envío de 2,77 millones de barriles, el volumen más alto del primer semestre del año. Esta cifra representó el 29% de la producción total de la provincia, generando ingresos cercanos a los 184,8 millones de dólares, gracias a un precio promedio de alrededor de 67 dólares por barril.

Entre las empresas que más exportaron en la primera mitad de este 2023, se encontraban: Vista Energy (la operadora que más exportó con 491.000 barriles), Petronas (470.000), Compañía de Hidrocarburos No Convencional (469.000) y Shell (455.000). Así, en lo que va de 2023, se han exportado 14,15 millones de barriles de petróleo (24% de la producción provincial), valuados en 987,6 millones de dólares, significando un total de 1.318 millones de dólares.

Palermo Aike también mira a Oriente

Con el mercado local abastecido en su demanda de crudo, el futuro de la formación no convencional de Palermo Aike –que en los próximos días comenzará su etapa más importante de exploración– tiene completo destino de exportación. Su ubicación en el extremo sur de la provincia de Santa Cruz le permite evacuar la futura producción por Punta Loyola o Punta Quilla e ir al Pacífico donde se encuentra una de las mayores demandas del mundo que son los países del sudeste asiático. Las características geográficas de la región permiten contar con puertos aguas profundas, lo que hoy favorece la salida de la producción minera, principal recurso exportador de la provincia.

Es así, que ya proyecta que el crudo de Palermo Aike tendrá resuelta sus necesidades de infraestructura con oleoductos mucho más cortos que los que requiere Vaca Muerta, y con la posibilidad de tener como objetivo tanto el Atlántico como el Pacífico a través del cercano Estrecho de Magallanes.

En Palermo Aike, una formación con un potencial de 130 trillones de pies cúbicos y 6 billones de barriles de petróleo -es decir un tercio de Vaca Muerta-, YPF en sociedad con la Compañía General de Combustibles (CGC) comenzarán esta segunda quincena de agosto la perforación de un primer pozo con 200 etapas de fractura y unos 3.500 metros de profundidad y una rama horizontal de 1.000 metros, cuyos resultados se conocerán a comienzos de 2024.

Los pasos a seguir serán comprobar la productividad de la roca y después queda a todos el gran desafío de hacer comercial el recurso, eficientizar toda la operación.

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