El gas del shale se consolida por en encima del convencional y el tight como fuente del total nacional. Y los proyectos de GNL prometen triplicar el volumen actual de extracción en la cuenca neuquina.

Aunque la gran apuesta del sector está en los ambiciosos proyectos de gas natural licuado (GNL), mayo dejó en claro que Vaca Muerta sigue siendo el corazón de la producción de gas en Argentina. De hecho, el shale ya explica más de la mitad del gas que se extrae a nivel nacional.

Según los datos oficiales obtenidos de las declaraciones juradas de las operadoras ante la Secretaría de Energía, la producción de gas promedió en mayo los 146,09 millones de metros cúbicos diarios.

Si bien ese número es apenas inferior al del mismo mes del año pasado, no se trata de un retroceso técnico: las temperaturas más cálidas para esta altura del año hicieron caer la demanda, y con ella, la oferta.

Para junio, con la llegada de los primeros fríos intensos y más capacidad disponible en el Gasoducto Perito Moreno y en el Gasoducto Norte, se espera un repunte de la producción. Incluso, podría superar el récord histórico alcanzado el invierno pasado.

El shale gas de Vaca Muerta sigue ganando terreno. El mes pasado aportó 79,35 millones de metros cúbicos diarios, lo que equivale al 54,31% del total nacional.

Un año atrás, representaba el 51,30%. Mientras tanto, el gas convencional siguió su curva descendente: cayó de 53,22 a 51,29 millones de metros cúbicos diarios, y su participación pasó del 35,41 al 35,10%.

El tight gas –que se extrae de arenas compactas, típicamente en Santa Cruz, Río Negro y otros yacimientos de Neuquén– también mostró signos de retracción. Su peso en el total bajó del 13,28% al 10,57%, con una merma de producción de casi 4,5 millones de metros cúbicos diarios en un año.

Para junio, con la llegada de los primeros fríos intensos y más capacidad disponible en el Gasoducto Perito Moreno y en el Gasoducto Norte, se espera un repunte de la producción. Incluso, podría superar el récord histórico alcanzado el invierno pasado.

GNL: la llave para multiplicar la producción

Aunque el nivel actual de producción en Vaca Muerta es elevado, el potencial para el GNL es muchísimo mayor.

Solo la fase inicial del proyecto Southern Energy (SESA), parte del plan Argentina LNG, requerirá 25 millones de metros cúbicos diarios para abastecer dos barcos.

GNL, Southern Energy S.A., Río Negro, Golfo San Matías, YPF
Aunque el nivel actual de producción en Vaca Muerta es elevado, el potencial para el GNL es muchísimo mayor.

Pero el plan completo, en sus tres etapas, proyecta una demanda que supera los 100 millones diarios, lo que implicaría triplicar la producción actual del yacimiento.

Claro que, además de atender el frente exportador, las empresas deberán cumplir con el abastecimiento interno, regulado por los contratos del Plan Gas.Ar hasta diciembre de 2028.

Actualmente, el GNL representa más de un tercio del comercio global de gas, y se espera que esa proporción aumente significativamente hacia 2050. La razón es simple: es una de las fuentes más eficientes y viables para reemplazar al carbón en la generación energética.

Además, puede almacenarse y transportarse con mayor flexibilidad que el gas por caño, lo que lo vuelve ideal para mercados alejados o de alta volatilidad.

En ese contexto, Argentina busca aprovechar su oportunidad histórica: transformar su gigantesco potencial gasífero en dólares constantes. Y si el cronograma se cumple, en apenas cinco años podrían comenzar las primeras exportaciones desde la costa atlántica.

Inversiones: petróleo gana protagonismo, el gas se enfría

Durante 2024, las inversiones en el sector hidrocarburífero pegaron un salto notable: llegaron a los U$S 12.830 millones, más de U$S 1.000 millones por encima de lo registrado en 2023 y de lo que se había proyectado oficialmente.

El cálculo original era de U$S 11.095 millones, por lo que el sobrecumplimiento confirma el dinamismo del sector.

Según un informe de coyuntura de la consultora Economía & Energía (E&E), las inversiones en hidrocarburos representaron el 12,8% del total nacional.

Pero si se descartan las obras de construcción, ese porcentaje sube al 28%, lo que pone en evidencia el peso estratégico del sector como traccionador de inversión productiva.

La gran mayoría de esos fondos se destinaron al petróleo: la perforación y reparación de pozos absorbió U$S 6.031 millones, un 30% más que en 2023.

El gas natural, en cambio, no corrió con la misma suerte: las inversiones cayeron un 30% y se espera que en 2025 la baja continúe, con una retracción proyectada del 24%.

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