La iniciativa demandará más de 2.000 millones de dólares, en sociedad con YPF. Incluye una planta en Neuquén, un ducto de 600 kilómetros y una terminal atlántica. Se prevé que las obras comiencen en 2026.

El apogeo que atraviesa el segmento del gas en la Argentina convoca a las empresas a diseñar nuevos proyectos de exportación. En ese contexto, Pluspetrol avanza en el diseño de Vaca Muerta Liquids, una iniciativa de infraestructura que apunta a la industrialización y comercialización de líquidos del gas natural (NGLs).

Con una inversión estimada en más de 2.000 millones de dólares, la propuesta contempla la instalación de una planta de procesamiento en Neuquén, un poliducto de aproximadamente 600 kilómetros y una terminal exportadora en la costa atlántica. Desde la compañía esperan que la obra acceda al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).

El complejo podría alcanzar un volumen de exportaciones anuales de hasta 5.000 millones de dólares.

El desarrollo fue presentado por Sergio Cavallin, gerente de Desarrollo Comercial Corporativo de Pluspetrol, durante un encuentro virtual organizado por Megsa. Allí explicó que el inicio de los trabajos está previsto para 2026 y que la etapa final de ejecución se completaría en 2029.

“Es un proyecto que califica dentro del RIGI y después puede tener otras ampliaciones también incorporadas”, afirmó, en alusión a la posibilidad de extender su alcance a medida que se consoliden las condiciones técnicas y económicas del sector.

Detalles del proyecto y una sociedad clave

La instalación está diseñada para dar respuesta a una necesidad operativa y a una oportunidad de mercado. Por un lado, permitirá separar los líquidos del gas natural y facilitar el despacho de gas seco, liberando capacidad de transporte en los gasoductos existentes. Por otro, generará productos exportables de alto valor agregado.

De acuerdo con las proyecciones de la empresa, el complejo podría alcanzar un volumen de exportaciones anuales de hasta 5.000 millones de dólares una vez que se encuentre en funcionamiento.

Desde el punto de vista económico, el tratamiento de NGLs permite mejorar sustancialmente la rentabilidad de los desarrollos no convencionales. Cavallin detalló que mientras el gas natural cotiza entre 3 y 4 dólares por millón de BTU, los líquidos tienen un valor de entre 10 y 12 dólares.

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La inversión estimada supera los 2.000 millones de dólares.

“Triplicás o cuadruplicás el valor. En la ventana de transición entre el gas y el petróleo, un pad de pozos genera un free cash flow de 200 millones de dólares y pasa a 270 luego de pasar el gas por una planta de NGLs. Y en la ventana de petróleo, por el gas asociado, el free cash flow pasa de 240 a 260 millones de dólares”, precisó Cavallin.

La iniciativa se apoya en una asociación previa con YPF, con quien Pluspetrol comparte la operación de bloques como La Calera, una de las áreas con mayor presencia de líquidos en la formación.

No obstante, la intención de la empresa es ampliar la base de participantes y sumar a otros operadores, tanto nacionales como internacionales. “Queremos que no sea una solución solo para Pluspetrol e YPF, sino para toda la industria”, sostuvo el ejecutivo.

Pluspetrol y una mirada a largo plazo

El planteo estratégico contempla una mirada a largo plazo, en línea con la necesidad de diversificar las salidas comerciales del país más allá del mercado regional. En ese sentido, Cavallin remarcó que proyectos como Vaca Muerta Liquids deben pensarse más allá de las necesidades inmediatas.

“Así como el proyecto VMOS apunta hacia el futuro, este también tiene que hacer lo mismo y no solo pensar en las necesidades actuales. Aunque esto genere mayores necesidades de inversión”, afirmó. Pluspetrol evalúa que los líquidos del gas natural tendrán una demanda internacional sostenida, aún en escenarios de transición energética.

Esta proyección favorece el posicionamiento de Vaca Muerta como una fuente competitiva en segmentos como el etano y el gas licuado de petróleo (GLP), en momentos en que el petróleo tiende a perder peso relativo en los mercados globales. “Argentina podría posicionarse como el segundo proveedor global de etano”, adelantó Cavallin.

El GLP, en particular, aparece como una alternativa viable para regiones del mundo donde el acceso a la energía moderna sigue siendo limitado. Cavallin mencionó que todavía hay mil millones de personas que cocinan con leña o biomasa, lo cual representa un nicho de mercado con potencial de crecimiento.

“Cuando llegamos a Perú, el consumo de GLP era de 400 mil toneladas por año y hoy es 2,4 millones. Se multiplicó por seis porque la gente pasó de la leña al GLP cuando desarrollamos Camisea”, completó.

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