Los registros de septiembre arrojan una marcada baja en la cantidad de rigs activos. En contraste, la eficiencia de las perforaciones en el yacimiento neuquino permitió disminuir los plazos de ejecución.
Mientras Vaca muerta marca el ritmo de la actividad hidrocarburífera en la Argentina, el fracking a nivel nacional viene de dos meses a la baja y la situación fuera de la roca madre es incluso más compleja. En un año se dieron de baja 10 equipos de perforación, una tendencia preocupante que espera encontrar solución de la mano del RIGI y la eximición del pago de derechos de importación.
En este escenario, mejorar la eficiencia de los procesos toma aún más relevancia. Los datos sobre la caída de rigs activos fueron relevados por la consultora Tecnopatagonia. A través de un informe, la firma dio a conocer que en septiembre de 2023 había 64 equipos operando y ahora hay 52, lo que evidencia un desplome del 12%.
Este descenso es aún más pronunciado en los equipos destinados a la perforación de recursos convencionales, que pasaron de 27 a 17, lo que representa una disminución del 31%. Por su parte, los equipos asignados a la perforación de recursos tight también cayeron significativamente, de 4 a 1.
En tanto, los destinados al shale se han mantenido más estables, con un ligero incremento en septiembre de 2024. Este segmento centralizado en Vaca Muerta cuenta con 34 rigs, e impulsa la actividad en todo el país, e incluso ha ganado eficiencia.
El fracking en Vaca Muerta marca el camino de la eficiencia
La mejora en la eficiencia de los pozos en Vaca Muerta sigue marcando un avance significativo en el desarrollo hidrocarburífero de Argentina.
Con 34 equipos activos, la formación ha logrado optimizar los tiempos de perforación y aumentó la longitud promedio de las ramas horizontales de los pozos en un 9% en comparación con 2023.
De acuerdo con el informe de Luciano Fucello, de la Fundación Contactos Energéticos (FCE), en septiembre de 2024 se completaron 1.403 etapas de fractura en Vaca Muerta, lo que representa una caída del 4,65% respecto de agosto. Este descenso sitúa a septiembre entre los meses con menor actividad del año, superando solo a enero y febrero.
En contraste, el pico de actividad se alcanzó en marzo con 1.643 fracturas, reflejando una desaceleración en los meses posteriores.
A pesar de esto, Mariano de la Riestra, socio gerente de Tecnopatagonia, anticipa que el año cerrará con aproximadamente 18.000 etapas, un 20% más que en 2023, lo que pone en perspectiva el impacto positivo de las mejoras en la eficiencia.
Un factor clave en esta mejora ha sido la optimización del tiempo de perforación por pozo. Según De la Riestra, el promedio de tiempo de perforación se encuentra entre 23 y 27 días, dependiendo de la arquitectura del pozo, aunque se han registrado perforaciones «best in class» en menos de 20 días.
El número de equipos de perforación ha sido un indicador constante del nivel de actividad en la cuenca neuquina.
Aunque se alcanzó un pico de 42 equipos en 2023, actualmente operan 34 rigs en Vaca Muerta, de los cuales la gran mayoría están dedicados al shale, con solo un equipo enfocado en perforaciones tight y ninguno en el segmento convencional.
A pesar de la disminución en el número de equipos operando en el segmento convencional, la eficiencia en los procesos de perforación y fractura sigue siendo un aspecto esencial para atraer nuevas inversiones.
Según De la Riestra, la clave para convertir a Argentina en un exportador neto de hidrocarburos radica no solo en mejorar los tiempos de perforación y en aumentar la longitud de los laterales de los pozos, sino también en incrementar la cantidad de equipos activos. «Van a hacer falta más equipos perforando», aseguró.
Se espera que el próximo año marque un punto de quiebre con un aumento en el número de rigs activos, la cantidad de pozos perforados y las etapas de fractura completadas. De hecho, se anticipa que se requerirá un 20% más de productos asociados a los récords de volumen registrados en 2024.