Un informe del IAPG revela que la formación neuquina requerirá, además de inversiones colosales de capital, un consumo sin precedentes de bienes y servicios. El capital humano, la logística y la infraestructura aparecen como desafíos críticos para sostener su expansión.

El crecimiento proyectado para Vaca Muerta implicará una inversión de hasta USD 200.000 millones en las próximas décadas, según distintas estimaciones de la industria. Pero no solo se trata de capital: la formación demandará un consumo extraordinario de bienes y servicios.

Así lo revela el estudio “La Cadena de Valor para el desarrollo de Vaca Muerta: Análisis y Proyección de los Insumos y Servicios Requeridos”, elaborado por la consultora Aleph Energy para la Comisión de Planeamiento y Análisis Económico del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG). La investigación se presentó durante la AOG 2025, uno de los principales eventos del sector.

Más de 40.000 trabajadores en Vaca Muerta

De acuerdo con el informe, en su pico de actividad la cuenca neuquina podría necesitar entre 30.000 y 43.000 trabajadores adicionales, lo que representa un incremento del 60% sobre el nivel actual de empleo directo en la extracción de gas y petróleo.

Este aumento equivaldrá a entre 400 y 518 millones de horas-hombre acumuladas, una escala sin antecedentes en la historia energética argentina.

El estudio advierte que la consolidación de Vaca Muerta como motor económico dependerá de la estabilidad macroeconómica y de la existencia de marcos regulatorios predecibles y competitivos.

Más allá de las cifras, lo que está en juego es la capacidad de transformar recursos naturales en desarrollo económico sostenido. La oportunidad no solo pasa por extraer hidrocarburos, sino también por fortalecer cadenas de valor, tecnología y empleo de calidad.

Logística: el eslabón crítico

La magnitud de las proyecciones expone un desafío central: la logística. El documento advierte que hacia 2029 serán necesarios entre 9 y 11 millones de viajes de camiones para transportar agua, áridos, insumos químicos, combustibles y equipos.

Este flujo generará un impacto directo sobre rutas, caminos y servicios conexos, obligando a planificar inversiones en infraestructura para evitar cuellos de botella que frenen la producción.

A este reto se suma la construcción de entre 18 y 26 plantas de tratamiento de crudo hacia 2040, con picos de hasta seis instalaciones simultáneas en 2029.

Se trata de proyectos de ingeniería de gran escala que no solo requerirán acero, hormigón y maquinaria pesada, sino también decenas de miles de trabajadores temporales y especializados.

Demanda de insumos y proveedores locales

La expansión de Vaca Muerta tendrá efectos transversales sobre múltiples sectores productivos. La construcción civil, el suministro de áridos, agua y arena, la industria metalmecánica y siderúrgica, así como rubros vinculados a la tecnología, motores, bombas e ingeniería, estarán entre los más requeridos.

Si bien una porción importante de los insumos críticos para perforación y fractura deberá importarse, existen segmentos en los que la industria local podría abastecer competitivamente.

Loreta Preska, Juicio por YPF, Vaca Muerta Sur, VMOS SA
En su pico de actividad la cuenca neuquina podría necesitar entre 30.000 y 43.000 trabajadores adicionales, lo que representa un incremento del 60% sobre el nivel actual de empleo directo.

Actualmente, las 37 principales compañías de oil & gas en el país operan con una red de casi 10.000 proveedores, de los cuales el 78% son pymes. Entre 2019 y 2021, estas empresas generaron una facturación promedio de USD 4.000 millones anuales. El desarrollo de Vaca Muerta multiplicaría esos volúmenes, abriendo la posibilidad de fortalecer la trama empresarial local siempre que logre adaptarse al ritmo de crecimiento y superar limitaciones estructurales.

Empleo calificado y políticas de formación

El horizonte de expansión podría crear hasta 36.000 nuevos puestos de trabajo adicionales con énfasis en mano de obra calificada.

Técnicos, ingenieros y profesionales vinculados a la industria energética serán cada vez más demandados. Sin embargo, la brecha de formación y la disponibilidad de recursos humanos especializados representa un desafío que exigirá políticas de capacitación articuladas entre sector público y privado.

Más allá de los requerimientos técnicos, el estudio advierte que la consolidación de Vaca Muerta como motor económico dependerá de la estabilidad macroeconómica y de la existencia de marcos regulatorios predecibles y competitivos.

Instrumentos como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) podrían ser decisivos -según el informe- para atraer capital internacional y garantizar que las inversiones encuentren condiciones favorables de rentabilidad.

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