Representantes de SACDE, Techint y Contreras detallaron la presión que genera tener que cumplir en tiempo récord con nuevos ductos, ampliaciones de transporte y obras asociadas al GNL. Destacaron la necesidad de sumar personal calificado y tecnología; y de compartir estrategias.
La expansión acelerada de proyectos energéticos en Vaca Muerta creó un escenario de mayor exigencia para las empresas encargadas de ejecutar obras de infraestructura. La simultaneidad de ductos, sistemas de transporte, instalaciones vinculadas al GNL y desarrollos mineros redefinió la organización interna de las constructoras.
Estas empresas enfrentan un volumen de trabajo sin precedentes y la necesidad de sostener ritmos de obra cada vez más ajustados.
En un panel del Energy Day, evento organizado por Econojournal, representantes de SACDE, Techint y Contreras analizaron la presión operativa y cómo se intensificó en los últimos meses, demandando nuevas estrategias de planificación.
El avance simultáneo de obras energéticas y mineras obliga a ajustar la capacidad constructiva disponible.
Pablo Brottier, director ejecutivo de SACDE, describió cómo la compañía reorganizó su estructura para cumplir con los plazos del Oleoducto Vaca Muerta Sur, un proyecto que alcanzó el cierre mecánico tras finalizar su última soldadura en noviembre.
“En 150 días corridos se soldaron 440 kilómetros, con lluvia, viento y frío. El ducto está construido de punta a punta”, afirmó. La experiencia, explicó, confirma la capacidad operativa disponible en el país para ejecutar obras críticas en períodos breves.
El ejecutivo vinculó ese aprendizaje con el avance de la ampliación del sistema Perito Moreno de TGS, un proyecto que calificó como “la primera gran iniciativa cien por ciento privada y (que) va a riesgo”.
Además, remarcó que la nueva infraestructura deberá aportar 14 millones de metros cúbicos diarios adicionales de gas desde el invierno de 2027 y anticipó que la demanda laboral será significativa: se necesitarán alrededor de 2.000 trabajadores distribuidos a lo largo del trazado.
“La obra no se puede atrasar porque los bancos y los accionistas esperan su retorno desde el día siguiente de la habilitación”, sostuvo.
Buscando equilibrio en medio del boom de Vaca Muerta
Desde Techint, Alejo Calcagno describió un escenario de productividad excepcional, basado en aprendizajes previos y mayor incorporación tecnológica. Recordó que Vaca Muerta Sur se completó con adelanto significativo respecto del cronograma inicial. “Terminamos el ducto casi dos meses antes del programa y alcanzamos un récord de 175 soldaduras por día”, puntualizó.

El equipo trabaja ahora en instalaciones de superficie y pruebas hidráulicas, con el objetivo de dejar la obra habilitada antes de abril de 2026.
Calcagno señaló que Techint inició además la primera etapa de Duplicar Norte, la ampliación del sistema de Oldelval que permitirá descomprimir el transporte de crudo desde el hub norte de Vaca Muerta.
El directivo sostuvo que la agenda futura incluirá la ampliación de TGS, los proyectos de GNL de YPF y Pluspetrol, y los gasoductos asociados a las iniciativas de exportación de gas natural licuado impulsadas por PAE e YPF.
“Las perspectivas son muy buenas. El primer semestre del año que viene va a estar cargado de definiciones”, anticipó.
Alejandro Pérez Carrega, gerente de Operaciones de Contreras, se focalizó en la infraestructura asociada al desarrollo de GNL.
El representante de la compañía adelantó que la empresa comenzará las obras que conectarán el Gasoducto San Martín con la terminal flotante del proyecto Southern Energy, una instalación clave para las futuras exportaciones.

“Queríamos ser parte de este proyecto porque entendemos que el GNL es el puente para el desarrollo energético que necesita Argentina”, afirmó. Además, describió trabajos en instalaciones de superficie para YPF y Vista, y en proyectos mineros vinculados al litio.
El avance simultáneo de obras energéticas y mineras, señaló Pérez Carrega, obliga a ajustar la capacidad constructiva disponible.
La necesidad creciente de personal capacitado
La competencia por personal capacitado, por otra parte, se convirtió en un factor determinante para sostener la continuidad de los proyectos.
Los panelistas coincidieron en que la disponibilidad de soldadores, técnicos e inspectores será uno de los principales cuellos de botella en los próximos años, especialmente si se mantienen los actuales niveles de inversión.
Para compensar esa tensión, las empresas incorporaron nuevas herramientas de automatización y digitalización.
Calcagno enumeró parte de estas innovaciones: “Incorporar soldadura automática, doble junta, drones, impresión 3D y digitalización en inspección nos permitió ganar velocidad y eficiencia”.
También destacó que el contexto internacional empuja a reorganizar cadenas de suministro. “La geopolítica favorece el nearshoring: tener proveedores cerca permite cumplir con los plazos justo a tiempo”.
Brottier, por su parte, situó la experiencia reciente en un marco más amplio al que definió como un “triple milagro”, compuesto por “el salto tecnológico de las petroleras, la decisión inédita de invertir en infraestructura de manera conjunta y el primer project finance puro aplicado a una obra de este tipo en el país”.
Según explicó, esa combinación permitió acelerar obras que antes requerían mayores plazos, pero advirtió que sostener esa dinámica implica “entrenar gente, sumar tecnología y desarrollar proveedores”.
La coordinación entre compañías aparece como otro eje central para mitigar tensiones en la cadena de ejecución.
Pérez Carrega remarcó que compartir aprendizajes y estandarizar procesos facilita reducir plazos y permite aprovechar mejor los recursos disponibles.
“Cuando nos sentamos a repensar procesos y compartir aprendizajes, los tiempos bajan drásticamente. La construcción tiene un margen importante para mejorar, y el asociativismo va a ser clave”, afirmó.




